ROMA.- El presidente de la Comisión Europea, José Manuel
Barroso, y el primer ministro italiano, Mario Monti, apoyaron hoy las
decisiones del Banco Central Europeo (BCE) al asegurar, respectivamente,
que la entidad actuó dentro de su mandato y con independencia y que su
acción supone un importante paso adelante.
Ambos políticos se reunieron en Roma horas después de que el
presidente del BCE, Mario Draghi, anunciara hoy un nuevo programa de
compra de deuda de los países bajo presión de la zona euro que no tendrá
"un volumen máximo".
Sin embargo, Draghi recalcó que una condición necesaria para la
actuación de la entidad en el mercado secundario de la deuda será que
los gobiernos acepten las "condiciones estrictas" que van unidas a un
programa de los fondos europeos de rescate.
En una rueda de prensa conjunta, Barroso evitó hacer comentarios
directos sobre las decisiones adoptadas por el Consejo de Gobierno del
BCE, aunque subrayó que la entidad monetaria está actuando en el "ámbito
de su mandato, que es el de mantener la integridad política y la
estabilidad de los precios".
El presidente de la Comisión Europea insistió en que el BCE "no puede
y no debe" financiar gobiernos, aunque señaló: "Creo que allí donde
falte una integridad en la política monetaria y, si en aquellos países
donde todo esto falta se comprometen con una disciplina rígida para
poder sanear sus cuentas, en estos casos el BCE debe intervenir".
Así, destacó que la entidad monetaria "debería actuar como está
actuando, en plena independencia", lo que es "esencial para la
credibilidad de un banco central".
Monti, por su parte, calificó las decisiones del BCE como "un
importante paso hacia adelante para una gobernabilidad de la zona euro
más satisfactoria".
Además, ambos políticos defendieron la necesidad de que todos los
países de la eurozona trabajen juntos para salir de la crisis, así como
de una mayor integración política y económica de la Unión Europea.
Barroso subrayó la necesidad de que Europa tenga un único supervisor
en el sector bancario y se refirió a la propuesta que se presentará a
este respecto el próximo 12 de septiembre.
"Para avanzar en la integración económica tenemos necesidad de una
unión política y una visión a largo plazo", afirmó Barroso, quien
aseguró que el mecanismo de supervisión financiera único no necesita una
modificación de los tratados y que debería entrar en vigor el 1 de
enero de 2013.
Asimismo, resaltó la importancia de aspectos como el crecimiento y la estabilidad para salir de la crisis.
Barroso elogió además los esfuerzos realizados por Italia para sanear
sus cuentas públicas y afirmó que con la recuperación de la confianza
por parte del país transalpino, su deuda se reducirá y el acceso al
crédito será más fácil, con efectos positivos en el crecimiento y la
ocupación.
En este sentido, Monti destacó que Italia está pagando un coste que
no está justificado en los fundamentos de su economía para financiarse
en los mercados, mientras que sobre la posibilidad de recurrir a las
ayudas dispuestas por el BCE consideró que "cualquier valoración es
prematura".
"Italia continúa actuando con disciplina y con reformas que podrían
no hacer necesarias estas ayudas", aseveró el primer ministro italiano.
La reunión entre Barroso y Monti de hoy se enmarca en la ronda de
contactos que desde finales de agosto están manteniendo los líderes
europeos para afrontar el futuro de la zona euro.
En el marco de estas reuniones, Monti se reunió ya el pasado martes
con el presidente francés, François Hollande, y el sábado se
entrevistará con el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy,
al margen del Foro Ambrosetti, cita anual del mundo económico que se
celebra en Cernobbio (norte de Italia).
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