WASHINGTON.- Alrededor de 17 millones de estadounidenses
sufrieron escasez de alimentos en 2011, un incremento en cerca de
800.000 respecto al año anterior, según indica un informe del Gobierno
norteamericano.
En un informe hecho público este miércoles, el Departamento de
Agricultura ha indicado que el 5,5 por ciento de los norteamericanos
--cerca de 17 millones-- experimentaron en 2011 "una seguridad
alimentaria muy baja", hasta el punto de tener que saltarse alguna de
las comidas o incluso de no comer nada a lo largo del día por falta de
dinero para comprar alimentos.
El informe sobre seguridad alimentaria fue hecho público un día
después de que el Gobierno de Estados Unidos indicara que cerca de 46,7
millones de norteamericanos se habían apuntado el pasado mes de junio a
los cupones por alimentos, un incremento en 173.000 respecto a mayo.
La alta tasa de desempleo y el escaso crecimiento económico desde
la recesión de 2008-2009 han disparado hasta niveles inéditos las
inscripciones a los cupones por alimentos, el principal programa
norteamericano contra el hambre.
La candidatura republicana a las elecciones presidenciales del
próximo mes de noviembre ha propuesto un amplio recorte en este programa
y en Medicaid para ayudar a reducir el déficit, mientras que los
demócratas del presidente Barack Obama han advertido de que los recortes
propuestos son excesivos.
El presidente del Centro de Investigación y Acción sobre
Alimentos, Jim Weil, ha advertido de que este año la lucha contra el
hambre va a ser más complicada debido a la agotamiento de las
prestaciones por desempleo para decenas de miles de parados.
La tasa de inseguridad alimentaria general por individuo es del
16,4 por ciento, un porcentaje prácticamente inamovible desde 2008, el
año en que se registraron los mayores niveles desde 1995, cuando el
Departamento de Agricultura empezó a informar sobre seguridad
alimentaria.
Los mayores problemas de seguridad alimentaria se registran en el
sur, en las ciudades del interior, en las familias monoparentales, en
las familias negras e hispanas y en los hogares con niños. Las mayores
tasas (19,2) se detectan en los Estados de Mississippi y Arkansas y las
menores (7,8) en Dakota del Norte.
Casi todas las personas con problemas de inseguridad alimentaria
aseguraron a los autores del informe que algunos días se habían llegado a
quedar sin comida y no tenían dinero para comprar más. El 97 por ciento
de los encuestados afirmaron que se habían visto obligados a reducir el
consumo o a saltarse alguna comida y el 91 aseguraron que ésa era su
situación normal a lo largo del año. La mitad de los encuestados
perdieron peso por escasez de alimento.
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