viernes, 21 de septiembre de 2012

Schäuble dice que España no necesita un rescate soberano

BERLÍN.- Alemania, el principal contribuyente de la Unión Europea, dijo el viernes que España no necesita un rescate, enfriando las expectativas de que Madrid reciba un respiro con las compras de bonos del Banco Central Europeo.

Las declaraciones del ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang Schäuble, que contrastan con la presión que ejerce Francia para que Madrid despeje el camino para que el BCE pueda comprar sus bonos, parecen apuntar a desalentar al jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, respecto a una solicitud de ayuda.
"España no necesita un programa porque está haciendo lo correcto y tendrá éxito", dijo el ministro a corresponsales extranjeros en Berlín. "Lo que necesita España es la confianza de los mercados financieros y es ahí donde España tiene problemas reales", agregó.
En Madrid, la vicepresidenta del Gobierno negó una información de Reuters que decía que el Gobierno estaba considerando congelar las pensiones, dentro de su plan por implementar recortes y cumplir así con las eventuales condiciones de un rescate.
"El presidente del Gobierno ha dicho públicamente que lo primero que hizo cuando llegó al poder fue actualizar las pensiones y eso debería ser respetado. En sus palabras, eso sería lo último que tocaría", dijo a la prensa Soraya Sáenz de Santamaría.
Reuters citó además a fuentes con conocimiento del tema diciendo que España estaba considerando aumentar la edad de jubilación a 67 años desde los actuales 65.
El Gobierno se ha comprometido a subir en un 1 por ciento las pensiones y a hacer un ajuste regular del 3 por ciento por inflación para fin de año. Suspender la relación entre pensiones e inflación podría permitirle a Rajoy argumentar que no ha tocado las pensiones y al mismo tiempo ahorrar dinero en términos reales.
Los costes de endeudamiento de España han comenzado a subir nuevamente, conforme las autoridades del Gobierno y sus socios de la zona euro envían señales confusas sobre la necesidad de un rescate.
El país enfrenta un pago de deuda por 27.500 millones de euros a finales de octubre, pero las autoridades de la UE han dicho que no esperan que Rajoy presente un pedido de ayuda antes de las elecciones en su comunidad natal de Galicia el 21 de octubre, lo que sería demasiado tarde para recibir el respaldo del BCE antes de ese plazo.
El BCE ha condicionado sus compras de deuda en el mercado secundario a que los países que se verían beneficiados pidan ayuda primero con estrictas condiciones.
Italia podría caer también en la mira de los mercados tras decir el jueves que la contracción de la economía será mucho más fuerte de lo previsto este año y subir la meta de déficit.
Estos hechos demuestran que la calma que compró el BCE al anunciar su programa de compra de bonos podría tener una vida corta, a menos que respalde sus palabras con hechos.
El ministro de Finanzas alemán dijo además que nadie en la zona euro quería que Grecia dejara el área monetaria, pero señaló que Atenas debía demostrar que estaba respetando los términos del segundo plan de rescate.
"No hay ninguna garantía de que puedan seguir convenciendo a la gente de los otros países" de que está en su interés que Grecia permanezca en la zona euro, agregó el ministro.
Las autoridades de la UE y fuentes de Alemania dijeron que un informe crucial de la troika de acreedores sobre si la deuda de Grecia es manejable podría ser demorado hasta después de las elecciones del 6 de noviembre.
Pese a que esto fue desmentido por Grecia y por una alta fuente de la Comisión Europea, un escenario de ese tipo dejaría a Grecia peligrosamente corta de efectivo.
En Portugal, otra de las víctimas de la crisis, el primer ministro Pedro Passos Coelho prometió "escuchar al pueblo" tras una semana de masivas manifestaciones contra un plan para aumentar los impuestos. Esto sugiere que las medidas podrían ser suavizadas.
"No somos sordos frente a las dificultades que enfrenta el país", dijo el primer ministro ante el parlamento, en referencia a las protestas contra un plan para subir las contribuciones a la seguridad social.
Portugal está sumida en su peor recesión desde la década de 1970 y la popularidad del Gobierno de centroderecha se encuentra en mínimos históricos.

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