domingo, 16 de septiembre de 2012

Empresas japonesas asentadas en China deciden suspender sus operaciones

TOKIO.- Empresas japonesas asentadas en China han decidido suspender sus operaciones ante la escalada de tensión bilateral que se ha producido en los últimos días a causa de la disputa por la soberanía de las islas Senkaku/Diaoyu. 

   Canon ha anunciado que entre el lunes y el martes cerrará las fábricas de impresión láser de Zhongshan, la de cámaras digitales de Zhuhai --ubicadas ambas en la provincia de Guangdong (sureste)--, y la de fotocopiadoras de Suzhou, en Jiangsu (este).
   En la misma línea, Panasonic ha informado de que su fábrica de Zhuhai permanecerá cerrada hasta el próximo martes, debido a las protestas protagonizadas por sus empleados chinos. La compañía ha recomendado al personal japonés que permanezca en casa.
   Ayer sábado un grupo de personas atacó las fábricas de Panasonic en Qingdao y Suzhou, ubicadas en las provincias de Shandong (este) y Jiangsu, respectivamente. Aunque todavía no ha cuantificado los daños, la empresa asegura que los edificios y la maquinaria están destrozados.
   Aeon también ha anunciado que sus tiendas en Qingdao permanecerán cerradas hasta este lunes, después de que fueran atacadas por un grupo de manifestantes chinos. Además ha apuntado que, en caso de que la situación empeore, evacuará a su personal a Japón.  
   Por su parte, Seven-Eleven y Ministop han adelantado que cerrarán las 40 tiendas que poseen en Chengdu y Qingdao, respectivamente, hasta este lunes, ya que han sido blanco de los ataques de los activistas chinos, según informa la televisión pública NHK.
   Las empresas han tomado esta decisión después de que miles de personas se manifestaran el pasado fin de semana en al menos 85 ciudades chinas para protestar por la compra de tres de las cinco islas Senkaku por parte del Gobierno de Japón.
   Las autoridades niponas creen que las protestas se intensifiquen el próximo martes, cuando de cumple el 81º aniversario del llamado incidente de Manchuria, que provocó la invasión japonesa del territorio chino.
   Así las cosas, la Embajada y los consulados de Japón han enviado correos electrónicos a los nacionales que residen en China para pedirles que ejerzan "la máxima precaución" mientras dure la oleada de manifestaciones antiniponas.
   El viceministro de Comercio de China, Jiang Zengwei, ya advirtió la semana pasada de que la operación de compraventa de las Senkaku podría tener consecuencias negativas sobre las relaciones comerciales entre Tokio y Pekín.
   En este sentido, apuntó que, en caso de que se produjera un boicot a los productos japoneses en el mercado chino, "no habría nada malo en ello, siempre que se lleve a cabo de una manera razonable", aunque aclaró que no ha habido un llamamiento oficial.
   La tensión bilateral se disparó la semana pasada, cuando el Gobierno de Japón anunció la compra de tres de las cinco islas a su propietario privado por 2.000 millones de yenes (20 millones de euros), que saldrán de los fondos reservados.
   El plan de compra se puso sobre la mesa el pasado mes de junio, cuando el jefe de Gabinete, Osamu, Fujimura anunció la intención del Gobierno de sustituir el actual contrato de arrendamiento por uno que garantizara el control de las autoridades niponas sobre el archipiélago.
   Sin embargo, la disputa territorial se remonta a 1895, cuando Japón se anexionó formalmente las islas para construir una planta procesadora de atún que dio empleo a 200 personas, aunque en 1940 el negocio se desplomó y las islas quedaron desiertas.
   Entre 1945 y 1972, el archipiélago permaneció bajo dominación estadounidense, como parte de los acuerdos alcanzados entre Washington y Tokio tras la Segunda Guerra Mundial. Desde la salida estadounidense de las islas, China y Taiwán reclaman su soberanía.
   China alega que descubrió el archipiélago en el siglo XIV y, a pesar de las tensas relaciones que mantiene con Taiwán, reconoce que algunas islas pertenecen al territorio como parte de la ciudad de Toucheng, ubicada en el condado de Yilan.
   En cambio, Japón asegura que el archipiélago pertenece al completo a la ciudad de Ishigaki, ubicada en la prefectura de Okinawa, y, por tanto, rechaza las reivindicaciones chinas y cualquier acuerdo alcanzado entre Pekín y Taipei.

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