LISBOA.- El Partido Socialista luso (PS), principal de la
oposición, rompió hoy el consenso con el Gobierno conservador en torno a
las exigencias del rescate financiero del país y pidió la retirada de
los últimos ajustes anunciados por el Ejecutivo.
En una declaración televisada al país, el secretario general del PS,
Antonio José Seguro, expresó su total oposición a esas medidas, y
adelantó que está dispuesto a presentar una moción de censura y rechazar
los Presupuestos estatales de 2013, aunque el Ejecutivo tiene mayoría
absoluta para superar ambas votaciones.
Seguro escenificó el fin del frágil consenso que mantenía el PS con
el Ejecutivo conservador sobre las obligaciones del programa de
austeridad pactado con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a
cambio del rescate de 78.000 millones negociado en abril de 2011, cuando
los socialistas estaban aún en el Gobierno.
El líder del PS avisó que si el Ejecutivo de coalición de
centro-derecha no da marcha atrás en la subida del 11 al 18 % en la tasa
que los trabajadores pagan a la seguridad social, presentará la moción
de censura en el Parlamento, aunque difícilmente prosperaría con las
actuales alianzas políticas.
"Hay una línea que separa la austeridad de la inmoralidad -y esa
línea se superó. O el primer ministro rectifica y retira la propuesta, o
el PS tomará todas las iniciativas constitucionales a su disposición
para impedir su entrada en vigor", manifestó Seguro.
El Ejecutivo luso anunció el viernes y el martes pasados una nueva
batería de recortes para 2013, incluyendo la muy criticada subida de la
aportación de los trabajadores a la seguridad social.
El Gobierno explicó que gracias a ese aumento rebajará a su vez la
contribución de las empresas desde el 23,5 al 18 % como medida para
fomentar el empleo, aunque los mismos empresarios, los sindicatos, la
oposición de izquierda y varias figuras de la coalición en el poder han
criticado la medida.
Para sustituirla, Seguro propuso hoy un nuevo impuesto a las
sociedades de carácter público y privado, responsables de la creación y
gestión de grandes infraestructuras.
"Nunca, pero nunca, seré cómplice de esta política del Gobierno",
declaró Seguro con vehemencia, aunque aclaró que seguirá comprometido
con el cumplimiento de los compromisos del rescate de Portugal.
"Soy consciente de la situación difícil del país y de los compromisos
externos que asumimos. Prometí honrarlos y los honraré hasta el fin",
aseguró.
Por exigencia de la UE y el FMI Portugal ha acometido profundas
reformas económicas, laborales, administrativas y judiciales, ha
recortado el gasto y las inversiones públicas, ha privatizado sus
principales compañías estatales y ha hecho fuertes subidas de los
impuestos al salario y al consumo.
En la última evaluación sobre el cumplimiento de objetivos, concluida
el martes, la llamada troika reconoció, no obstante, los problemas
económicos y sociales que sufre el país y aceptó suavizar sus metas de
reducción del déficit, que pasaron del 4,5 % al 5 % este año y del 3 %
al 4,5 % en 2013.
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