PARÍS.- El propietario del imperio del lujo LVMH, Bernard Arnault,
primera fortuna de Francia y de Europa y cuarta mundial, dijo este
sábado que no quiere exiliarse a Bélgica por razones fiscales, pero
confirmó haber «solicitado la doble nacionalidad franco- belga ».
«Contrariamente a las informaciones publicadas, Bernard Arnault precisa que es y sigue siendo residente fiscal francés»,
indicó un comunicado difundido por el magnate después de que el
periódico belga «La Libre Belgique» informara sobre sus gestiones de
nacionalización iniciadas en Bruselas.
«La
Libre Belgique» había recordado que, aunque reside en París, Arnault
dispone de un domicilio en Bruselas y habló de posibles razones fiscales
para justificar esta gestión.
La noticia del periódico belga dio libre curso a las especulaciones sobre la relación entre su decisión y los proyectos fiscales del gobierno francés.
El
presidente François Hollande reiteró recientemente su intención de
gravar en un 75% a las personas con ingresos más altos, una de las
principales promesas de su campaña presidencial.
Cercano al expresidente Nicolas Sarkozy y liberal declarado, Arnault posee una fortuna que la revista Forbes estima en 41.000 millones de dólares. En 1981, tras la victoria de la izquierda en Francia, Bernard Arnault se había exiliado durante tres años a Estados Unidos.
El
comunicado destacó que aunque obtuviera la doble nacionalidad franco-
belga , eso no cambiaría nada la situación de Arnault, ni tampoco «su
determinación para continuar el desarrollo del grupo LVMH y las
creaciones de empleo, que son su consecuencia en Francia».
Explicando las razones que motivaron la decisión, el comunicado señala que «Arnault, originario del norte de Francia, tiene numerosos vínculos con Bélgica,
tanto en el plano personal y familiar como profesional». Haciendo
hincapié en este último aspecto, el comunicado señala que «su grupo
(Grupo Arnault) tiene numerosas inversiones en Bélgica y espera
desarrollarlas». «Es en este marco en el que Bernard Arnault solicitó la
doble nacionalidad franco- belga», concluyó el comunicado.
El
magnate de 63 años presentó una petición a la Comisión de
Naturalizaciones de la Cámara de Representantes, una de las dos cámaras
del parlamento belga .
Consultado
por el diario belga , el presidente de esta comisión, Georges
Dallemagne, explicó que recibieron la petición la semana pasada. «El
caso será tratado como todos los demás. Tenemos 47.000 sobre la mesa»,
sugrayó. Explicó que el código de nacionalidad belga «prevé que un
candidato a la naturalización debe tener 18 años cumplidos, demostrar
tres años de residencia en Bélgica y, si no es el caso, probar vínculos
verdaderos con Bélgica».
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