lunes, 24 de septiembre de 2012

Diferencias entre donantes y receptores encallan el presupuesto de la Unión Europea

BRUSELAS.- Las negociaciones sobre el marco presupuestario de la UE para el periodo 2014-2020 han encallado este lunes por el enfrentamiento entre los países contribuyentes netos, liderados por Reino Unido, que exigen más recortes, y los receptores de ayudas, entre ellos España, que piden que se mantengan las subvenciones comunitarias para compensar los ajustes nacionales y fomentar el crecimiento.

   El bloqueo dificulta que se logre un acuerdo en la cumbre extraordinaria de líderes europeos convocada para el 22 y el 23 de noviembre, tal y como pretende la presidencia chipriota. La última propuesta de Chipre perjudica especialmente a España porque pone en duda que vaya a haber ayudas específicas para Andalucía, Castilla-La Mancha, Galicia y Murcia.
   Durante el debate público de los ministros de Asuntos Europeos de los Veintisiete se han dibujado dos bandos contrapuestos. Por un lado, los autodenominados "amigos de mejorar el gasto", grupo que cuenta con el apoyo de la presidencia chipriota y reúne a los partidarios de recortar el presupuesto de la UE: Reino Unido, Finlandia, Holanda, Alemania, Austria, Italia, Suecia, Finlandia y Dinamarca.
   En el extremo contrario se sitúan los "amigos de la cohesión", que reclaman que se mantenga la propuesta de presupuesto de la Comisión y sobre todo que no disminuyan las ayudas a las regiones. Se trata de España, Eslovaquia, Bulgaria, República Checa, Croacia, Estonia, Grecia, Hungría, Letonia, Lituania, Malta, Polonia, Portugal, Rumanía y Eslovenia.
   En nombre de los contribuyentes netos ha hablado el ministro finlandés de Asuntos Europeos, Alexander Stubb. "Nuestro grupo apoya la línea de la presidencia de que el nivel de gasto total propuesto por la Comisión debe ajustarse a la baja", ha indicado. Los recortes deben afectar a todas las partidas y, en particular, al gasto administrativo "reduciendo por ejemplo el número de funcionarios" de la UE.
   Dentro de este grupo, Dinamarca y Suecia han reclamado expresamente que se supriman las ayudas a las regiones en transición, con un PIB entre el 75% y el 90% de la media comunitaria, categoría en la que están Galicia, Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia (aunque Austria y Bélgica han apostado por un tratamiento especial), así como ajustes en agricultura.
   Suecia ha pedido además un recorte de más de 100.000 millones de euros respecto a la propuesta de Bruselas (971.000 millones de euros, un 5% más que en las actuales perspectivas financieras), así como la supresión del fondo de solidaridad y del fondo de adaptación a la globalización.
   "Una congelación (del presupuesto de la UE durante los próximos siete años) es ya una oferta generosa. Cualquier otra cosa será inaceptable en el actual clima nacional de recortes y ahorros, no sólo en Reino Unido sino en muchos otros Estados miembros", ha dicho el representante británico, David Lidignton.
   Además, ha defendido el mantenimiento del 'cheque británico' y ha rechazado que el presupuesto de la UE se financie con una tasa a las transacciones financieras internacionales, una posición mayoritaria entre los Estados miembros.
   Eslovaquia ha actuado de portavoz de los países receptores de ayudas y ha defendido que "el nivel de gasto total para la cohesión no puede ajustarse a la baja". 
"No hay margen para más reducciones", ha señalado.
   "La idea según la cual los ajustes nacionales deben corresponderse con ajustes presupuestarios a nivel europeo es incorrecta", ha indicado el secretario de Estado para la UE, Íñigo Méndez de Vigo. "Yo creo en el efecto multiplicador del presupuesto comunitario", ha defendido.
   A su juicio, recortar el presupuesto de la UE contradice además la agenda de crecimiento que aprobaron en junio los líderes europeos. "Tiene poco sentido y políticamente es difícil de entender", ha insistido.
   También Grecia ha criticado con dureza los recortes en el presupuesto de la UE. "La mayor aberración política es que los principales recortes se hacen en política de cohesión en medio de una crisis, con el paro subiendo y crecientes disparidades en lugar de convergencia. Esto no es defendible políticamente", ha dicho el representante heleo, Dimitrios Kourkoulas.
   Tras el debate, la presidencia chipriota ha anunciado que presentará una nueva propuesta de compromiso, ya con cifras, después del Consejo Europeo del 18 y 19 de octubre. Y la primera semana de noviembre dará el relevo a su presidente, Herman Van Rompuy, para que negocie bilateralmente con las capitales de cara a la propuesta final que se debatirá en la cumbre del 22 y 23 de noviembre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario