MADRID.- El primer ministro de Finlandia, Jyrki
Katainen, ha elogiado este martes las "correctas y necesarias" medidas
adoptadas por el Gobierno de Mariano Rajoy y ha defendido que "España
merece tipos de interés más bajos" después de los esfuerzos que se han
venido realizando. No obstante, no ha querido dar consejos al jefe del
Ejecutivo porque ha dicho no conocer "en detalle" la situación española.
Según Katainen, que hoy se reúne con Rajoy en La Moncloa, el Ejecutivo
español ha adoptado medidas de austeridad y recortes que si bien "han
tenido un impacto negativo a corto plazo" eran, a su juicio, "las
correctas y las necesarias".
Por ello, ha considerado que
"España merece tipos de interés más bajos" tras los pasos dados y ha
calificado de "injusto que a los mercados no les parezca suficiente" lo
que ha hecho el Gobierno español pero también otros países europeos.
Según Katainen, habría que "dar más tiempo a los países que están
introduciento medidas".
Asimismo, durante un desayuno
informativo organizado por el Fórum Europa en Madrid, Katainen se ha
mostrado convencido de que, con los recortes y ajustes aprobados, España
"saldrá fortalecida" y creará puestos de trabajo. Pero, ha admitido
"todo esto lleva tiempo y el tiempo de espera se hace siempre muy
largo".
Por otra parte, el primer ministro finés
ha considerado que todavía hay "oportunidades" para conseguir evitar
"rescates adicionales" con los mecanismo de rescate actuales. En este
sentido, ha descartado dar "consejos" a Rajoy sobre si debería solicitar
un rescate para nuestro país, ya que "los políticos españoles saben
mejor que nadie qué es lo que hay que hacer", ha subrayado.
"Cada país debe tomar las riendas de su propio destino y hacer sus
propios esfuerzos", ha defendido, advirtiendo de que "si las medidas
vienen impuestas desde fuera, los ciudadanos no se comprometerán" con
ellas. Así pues, ha incidido en que las medidas que se adopten han de
ser "creíbles" y debe haber una buena campaña de comunicación para
explicarlas a los ciudadanos.
No obstante, sí ha señalado que
la experiencia en Finlandia ha demostrado que hay que apostar por los
jóvenes y darles oportunidades para que tengan "un sentido de esperanza"
y evitar que haya "una generación perdida".
Katainen ha puesto
como ejemplo la crisis vivida en su país en los años 1990 y las medidas
que se adoptaron, incluidos recortes, subidas de impuestos y reformas
estructurales. "Aunque a los finlandeses no les gustó entonces, hoy se
sienten orgullosos" por la situación económica de su país --es el único
de la zona euro que mantiene la triple A--, ha explicado, incidiendo en
que "no hay atajos para llegar al cielo".
El hecho de que en
Finlandia se tuviera que superar la crisis con sus propios medios hace
que ahora a los finlandeses les parezca "injusto" que se ayude a países
que no cumplieron con las reglas existentes, ha explicado.
Por ello, a su juicio, lo que hace falta es "más Europa" pero también
"más responsabilidad nacional". Se trata, ha dicho, de cuestiones que
"no son excluyentes".
Según el político conservador, es
necesario que se establezcan unas nuevas "reglas sólidas" que impidan
"interpretaciones creativas" como ha habido en el pasado por parte de
algunos Estados miembro, tanto pequeños como grandes. Además, ha
agregado, hay que fortalecer a la Comisión Europea.
Katainen ha
negado que su país sea "antieuropeo" --el 60 por ciento de los
ciudadanos apoyan el euro-- y ha justificado su rechazo rotundo a la
emisión de eurobonos por "razones económicas".
En cuanto a la unión bancaria, se ha mostrado partidario de la misma
siempre y cuando "se parta de cero" y ésta no sirva para resolver la
crisis actual. Tiene que haber, ha afirmado, "una autoridad de
supervisión bancaria a nivel europeo que tenga la fuerza de hacer lo que
haya que hacer", así como un "mecanismo de resolución y un plan de
garantía de depósitos"
Katainen ha abogado igualmente por
continuar impulsando el mercado interior y los acuerdos de librecomercio
con otros países fuera de la UE y ha hecho especial hincapié en que hay
que fortalecer la "competitividad" europea mediante la introducción de
reformas y el establecimiento de "un calendario estricto" que deba
cumplirse "a rajatabla".
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