BRUSELAS.- Solo el anuncio del BCE de abrir un programa de compra de
deuda de los países europeos en apuros si piden ayuda al fondo de
rescate de la UE ha provocado una ola de euforia en los inversores. La
prima de riesgo española vuelve a los niveles de hace cuatro meses y las
bolsas europeas registran abultadas ganancias. Políticos y sindicatos,
sin embargo, cuestionan las consecuencias de pedir un rescate.
El diferencial del bono español a 10 años con el alemán ronda este
viernes los 420 puntos, 30 menos que ayer, con una rentabilidad por
debajo del 6%, la mejor cifra desde el pasado mayo. En la bolsa de
Madrid, el Ibex 35 registra unas ganancias del 1,5% y ha llegado a
superar los 8.000 puntos. También baja la prima de riesgo italiana y
todas las bolsas europeas suben. La disponibilidad de un cortafuegos
europeo ha repercutido también en los mercados exteriores y Wall Street
recuperaba anoche índices similares a los registrados antes de la
crisis.
La decisión del Banco Central Europeo de poner herramientas para que
los países de la eurozona puedan reducir sus altos costes de
financiación era la gran reclamación de los gobiernos europeos que
atraviesan dificultades, pero también de los dirigentes comunitarios y
de la OCDE, como única fórmula para rebajar la presión sobre España e
Italia.
Sin embargo, la segunda parte de esa decisión tiene muchos más
flecos. Solo habrá intervención del BCE si el país en cuestión solicita
ayuda financiera al Fondo de Estabilidad Financiera europeo o su
sucesor, el Mecanismo de Estabilidad, y ahí se abren las dudas sobre la
condicionalidad que puede tener esa petición.
Desde fuentes europeas y del propio gobierno español se repite que no
habría más condiciones para España a cambio del rescate blando, porque
ya se han aprobado todas las medidas necesarias para reducir el déficit
según las exigencias de Bruselas. Lo que sí habría sería una estricta
vigilancia del cumplimiento de los compromisos.
El BCE ha tomado la decisión con la oposición del Bundesbank alemán y
este viernes, el representante de Berlín en la institución monetaria,
Jörg Asmussen, reiteraba que la compra de bonos «solo puede llevarse a
cabo si el país afectado se somete a duras condiciones para acometer
reformas. Esto es un imperativo y una condición necesaria para que
actuemos».
El gobierno español estudia ahora el panorama abierto que se le
presenta. Rajoy dijo ayer que «cuando haya alguna novedad, se la
contaré» y reiteró ante la canciller alemana, Angela Merkel, que España
seguirá por el camino de las reformas. Mientras ya se abre el debate
sobre la oportunidad de abrir el proceso de petición de ayuda. La
patronal española pide que se tome la decisión «lo más pronto posible».
El vicepresidente de la CEOE, Arturo Fernández, ha dicho este viernes
que España es casi un país «en suspensión de pagos». Los sindicatos UGT y
CCOO, sin embargo, han calificado de «indeseable» el rescate. El
secretario general de UGT, Cándido Méndez, ha dicho que «los rescates
provocan un efecto demoledor y no resuelven los problemas».
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, ya ha
advertido que su partido «no va a apoyar un rescate que suponga
esfuerzos adicionales». Para Rubalcaba, la situación actual en España se
debe a «la mala cabeza del gobierno».
No hay comentarios:
Publicar un comentario