PARÍS.- El presidente de Francia, François Hollande,
anunciará esta noche un ajuste de 33.000 millones
de euros, el más importante de las últimas décadas en el país, a través
en su mayor parte de un nuevo programa de impuestos que espera recaudar
entre 15.000 y 20.000 millones, según apuntan los medios galos.
Hollande avanzó la semana pasada sus planes para "reducir el
déficit público al 3 por ciento a finales de 2013" en lo que el
dirigente describió como "el esfuerzo fiscal más grande de los últimos
treinta años".
Esta noche, en horario de máxima audiencia durante el telediario
del canal TF1, Hollande explicará el ajuste ante la población francesa.
El presidente francés, a lo largo de esta semana, ha explicado
pinceladas de su plan, que no contempla una subida generalizada sino
racional y acorde con la capacidad de cada individuo.
"Todo el mundo contribuirá de acuerdo con sus posibilidades",
apountó Hollande sin aportar más detalles y defendió que "hacer pagar el
déficit a las generaciones futuras es una anomalía, la crisis no lo
justifica todo".
Por otro lado, la prensa francesa apuntaba este viernes que el
presidente galo se plantea dar marcha atrás, al menos en parte, respecto
a su anuncio de imponer un impuesto excepcional del 75% a las grandes
fortunas, que podría suavizarse tanto en el número de contribuyentes
afectados, incidiendo principalmente en las grandes empresas, como en el
gravamen impuesto, que podría ser del 67%, según 'Les Echos'.
Según 'Le Figaro', la propuesta estrella de Hollande durante la
campaña electoral, que planteaba imponer un impuesto especial del 75% a
los contribuyentes con rentas superiores al millón de euros, quedaría
"reducia a su mínima expresión".
Esta propuesta ha cobrado especial relevancia tras conocerse que
el hombre más rico de Francia, Bernald Arnault, presidente de las
empresas de lujo LVHM, anunciara ayer su intención de solicitar la doble
nacionalidad franco-belga. Arnault, al mando de empresas como Louis
Vuitton, Givenchy o Moët & Chandon, cuenta con una fortuna personal
de 41.000 millones de euros.
En concreto, el Gobierno estaría estudiando que este impuesto sólo
grave los ingresos procedentes del trabajo, dejando fuera a las
ganancias de capital y patrimoniales. Asimismo, en el caso de parejas,
el umbral se vería elevado a dos millones de euros.
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