domingo, 9 de septiembre de 2012

Miles de griegos salen a las calles de Tesalónica durante la visita de la 'troika' a Grecia


TESALÓNICA.- Miles de personas protestaron anoche en la feria anual en Tesalónica, la segunda mayor ciudad de Grecia, en contra de una nueva ronda de recortes de salarios y pensiones exigidos por prestamistas internacionales a cambio de ayuda financiera para evitar la bancarrota del país.

   La manifestación de alrededor de 15.000 sindicalistas y activistas de izquierda ha sido la primera gran protesta contra un paquete de austeridad de casi 12.000 millones de euros que está preparando el primer ministro, Antonis Samaras, para apaciguar a los inspectores de la Unión Europea y del Fondo Monetario Internacional que llegaron el viernes a Atenas para revisar el avance de las reformas griegas.
   Unos pocos manifestantes quemaron banderas de la Unión Europea, mientras que otros lanzaron sandías en apoyo a los atribulados agricultores, pero más allá de de eso las protestas se desarrollaron sin incidentes ante la mirada de cerca de 3.500 policías.
   Grecia vive su peor crisis económica de la posguerra que ha dejado desempleadas a casi una de cada cuatro personas, que ha elevado los niveles de pobreza y cerrado miles de negocios.
   Samaras hizo sólo una breve aparición para inaugurar el evento y defender los recortes planeados en vez de realizar el discurso anual de política económica que solían hacer sus predecesores.
   "Estamos tratando de minimizar el dolor de los recortes tanto como sea posible, pero tenemos que hacer recortes porque no hay otro camino", declaró Samaras ante políticos y funcionarios locales. "Les estoy diciendo la verdad, no hay otro camino", añadió.
   El líder opositor Alexis Tsipras, jefe del partido radical de izquierda SYRIZA que se opine al rescate extranjero para Grecia, criticó a Samaras por su aparición de bajo perfil en el evento. "El primer ministro vino y se fue como un ladrón - quizás está avergonzado", comentó Tsipras, quien participó en las manifestaciones.
   Samaras se opuso al primer rescate de Grecia en el 2010, pero desde que llegó al poder en junio ha prometido llevar a cabo otra ronda de austeridad que el fatigado público griego siente que ya no puede aguantar.
   Samaras y el ministro de Finanzas, Yannis Stournaras -un respetado economista-, han conseguido cautelosos elogios de sus homólogos europeos por rehusar a dar pie atrás en los recortes, pero se enfrentan a una creciente hostilidad en casa en la medida en que la depresión económica griega se intensifica.
   El Gobierno, que espera conseguir otros dos años para implementar los recortes -programados para el 2013 y el 2014-, afirma que la economía griega se contraerá en más de un 7 por ciento este año.
 
Grecia y la "troika" aún tienen "camino por recorrer"

La "troika" de acreedores internacionales de Grecia (UE, FMI y BCE) presionó este domingo al gobierno griego para que cierre un paquete de recortes bianual, pero aún tienen "camino por recorrer" antes de hallar un acuerdo para mantener a flote al país y en la zona euro.
"Aún tenemos camino por recorrer. No concluimos nada, mantuvimos una conversación general", indicó una fuente gubernamental griega en las últimas horas de la tarde del domingo, tras un encuentro de representantes de la "troika" con el ministro de Finanzas Yannis Sturnaras.
El objetivo de la reunión era el de precisar las medidas económicas que permitan recortar 11.500 millones de euros en 2013 y 2014, a cambio de un rescate financiero, pero el gobierno tiene dificultades para lograrlo, ya que estas medidas, que conllevarán nuevos sacrificios para la población, provocan desacuerdos dentro de la coalición gubernamental formada en junio.
El paquete de medidas "no fue cerrado ya que la troika no aceptó todas las propuestas griegas", indicó por su parte, al término de la reunión de las tres fuerzas que forman la coalición gubernamental, el dirigente socialista Evangelos Venizelos.
Venizelos precisó que las divergencias fueron principalmente sobre la amplitud de los recortes previstos en las pensiones y los subsidios sociales.
"Los europeos deben comprender que el pueblo griego no puede más", dijo por su parte el dirigente de la izquierda moderada Fotis Kuvelis, anunciando una nueva reunión el miércoles de la coalición gubernamental.
Entre tanto, la troika tiene previsto un nuevo encuentro con el primer ministro Antonis Samaras el lunes hacia el mediodía.
Según la fuente gubernamental, la troika dijo tener "reservas" sobre ciertos aspectos del anteproyecto griego que prevé nuevos recortes en los sueldos del sector público, una reducción de los gastos sociales y de salud y nuevas disminuciones de pensiones.
Los socios y acreedores también presionan para que se reprima más el fraude fiscal, se aceleren las privatizaciones y se siga liberalizando el mercado laboral.
La troika se quedará "bastante tiempo" en Atenas para continuar las negociaciones, y acompañará a la parte griega en la reunión informal de ministros de Finanzas de la zona euro en Nicosia el 14 de septiembre, indicó la fuente gubernamental.
Tras la reunión, uno de los miembros de la troika, el danés Poul Thomsen, representante del FMI, se limitó a saludar una "buena reunión". "Trabajamos día y noche", afirmó por su parte el alemán Klaus Masuch, representante del BCE.
Pero para el primer ministro griego el tiempo no sobra para sacar al país de la depresión en que se hunde. La contracción anticipada del PIB se sitúa en 7% para 2012, quinto año de recesión, y un cuarto de la población activa está sin empleo.
Samaras recordó el sábado que la zona euro y el FMI supeditan la asistencia financiera a las medidas adoptadas por el país y se fijó como prioridad obtener "un informe positivo" de la troika sobre los esfuerzos para sanear el erario público.
El gobierno espera obtener dicho informe en octubre, cuando presente su nuevo plan al parlamento, lo cual le brindaría más argumentos para lograr que se tome en consideración su pedido de alargar el plazo dos años más, o sea hasta 2016, para implementar el ajuste presupuestario.
En este contexto, la jefa de gobierno de Alemania, Angela Merkel, parece más dispuesta que antes a aceptar que se adapte el programa griego, según el semanario alemán Spiegel. El ministro de Finanzas francés, Pierre Moscovici, quien viajará a Atenas el jueves, también parece dispuesto a aceptarlo.
Por su parte, más de 12.000 manifestantes salieron a las calles este sábado por la noche en Salónica (norte) para protestar contra las nuevas medidas de austeridad reclamadas a Grecia.
Los manifestantes denunciaron la intensificación de la austeridad, tras más de dos años de recortes que hicieron caer el nivel de vida un 35%, según reconoció el propio gobierno, e hicieron estallar el índice de desempleo, que afecta a casi un cuarto de la población activa.
"Muy pronto la inmensa mayoría del pueblo griego va a reaccionar", lanzó Alexis Tsipras, jefe de Syriza, principal partido de la oposición (izquierda radical), que goza de buenos índices de aprobación, según los sondeos, frente al gobierno de coalición.

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