ORENSE.- El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha
anunciado que en los Presupuestos Generales del Estado de 2013, que se
aprobarán el 27 de septiembre, el Gobierno "va a gastar en intereses de
la deuda pública 9.000 millones de euros más que este año, sólo en
intereses". "Esto no se puede mantener de por vida", ha afirmado.
En un acto de precampaña en Orense del PPdeG, Rajoy ha advertido:
"Esto está suponiendo que todo el crédito que hay, en realidad debería
decir que no hay, quien se lo lleva son las administraciones y no hay
crédito para las familias, ni para las pymes, ni para los comercios, ni
para nadie".
"Y ese es el problema que tiene España en estos momentos, y por
eso tenemos que hacer el esfuerzo para ir acomodando más los gastos a
los ingresos", ha asegurado en un acto en Orense.
En esta línea, ha destacado que en 2011 el conjunto de
administraciones "gastaron 90.000 millones de euros más de lo que
ingresaron". "Y como no lo teníamos, qué hicimos, pues lo pedimos
prestado como es natural, y eso aumenta nuestra deuda", ha explicado.
Ante esta situación, Rajoy ha dejado claro que "no se puede hacer
otra cosa" que realizar ajustes entre gastos e ingresos, porque sino ese
dinero: "No nos lo van a prestar".
Al respecto, ha justificado que las medidas de su ejecutivo "son
lo que hay que hacer", porque "no se pueden tener las mismas normas y
leyes que hace 1.000 años", de forma "hay que hacer reforma y todo el
mundo tiene que adaptarse".
"Hemos sido equitativos", ha asegurado Rajoy respecto a las
reformas "duras" realizadas en los últimos meses, porque se han subido
impuestos "a quien puede más".
En su toma de la palabra, Mariano Rajoy ha explicado que "España
tiene algunos problemas", como haber "gastado lo que no se tenía", que
"no se hicieron las reformas que necesitaba la economía, o que el sector
bancario "hace años prestaba demasiado y ahora nada", de forma que "sin
crédito es muy difícil que haya inversión".
Por ello, ha remarcado que "cuando has pedido prestado demasiado
es más difícil que te presten", para asegurar que "nadie puede vivir
eternamente a préstamo, ni una familia, ni una empresa, ni una
administración". Esta reflexión la ha identificado con "una ley
universal", porque --ha argumentado-- esta situación "aumenta los
intereses que se tienen que pagar".
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