BILBAO . - El porcentaje de adictos al trabajo en España es
actualmente de un 4,6% y en poco más de tres años podría aumentar al
11,8% de los trabajadores, según un estudio de tres universidades
españolas.
Expertos de la Universitat Politécnica de Valencia, la
Universitat Jaume I de Castellón y la Universidad del País Vasco señalan
que este aumento podría deberse no sólo a factores emocionales de los
propios empleados, sino también a la presión de la crisis económica.
"La crisis brutal que vivimos está estableciendo una
cultura del miedo a perder el trabajo y aparecen sobretrabajadores, no
por desequilibrios emocionales, sino, y más que por la situación
económica en sí, por contagio social", dijo Lucas Jódar,
director del Instituto de Matemática Multidisciplinar de la Universidad
Politécnica de Valencia.
El desempleo en España subió en agosto a 4.625.634
personas, en un contexto de recesión económica, y la mayoría de los
españoles cita el paro como una de sus principales preocupaciones en los
sondeos periódicos del CIS.
Por adictos al trabajo se conoce a aquellos que dedican
una excesiva cantidad de tiempo y energía a trabajar y lo hacen de
forma intensa y compulsiva. Los investigadores dividieron a la población
en tres categorías: trabajadores racionales (con 40 horas o menos
semanales), sobretrabajadores (más de 40 horas) y adictos, aquellos que
además de trabajar más de 40 horas presentan un alto nivel de compulsión
que se deduce de sus respuestas.
Mediante la aplicación de un modelo matemático de
"ecuaciones en diferencias", los investigadores han analizado la posible
evolución de este fenómeno en los próximos años bajo diferentes
perspectivas para la economía española.
Los expertos tuvieron en cuenta cuatro posibles
escenarios económicos: Uno basado en las previsiones de la OCDE, "que
augura un crecimiento del paro hasta 2013"; un segundo optimista, "que
contempla la bajada de la tasa de desempleo el año que viene a niveles
de 2010"; el tercero basado en los análisis de la FUNCAS, "que prevé una
recuperación lenta a partir de 2014"; y un último, más pesimista
"marcado por un continuo ascenso del número de parados en España desde
2012 y hasta 2015".
"Asimismo, para la construcción del modelo matemático
tuvimos en cuenta también otros factores que pueden influir en la
adicción al trabajo, como por ejemplo situaciones de estrés emocional,
que hemos cuantificado a partir de la tasa de disoluciones
matrimoniales, y el contagio social", añaden los investigadores del IMM
de la Politécnica de Valencia.
Desde el equipo de investigación de la Universitat
Jaume I, especializado en la prevención psicosocial en el ámbito
laboral, elaboraron un cuestionario con el objetivo de medir y
clasificar a la población en función de su nivel de adicción y
entrevistaron a casi 1.200 trabajadores de la Comunidad Valenciana y del
País Vasco con edades comprendidas entre los 16 y 69 años.
"Resolviendo las ecuaciones de nuestro modelo, podemos
predecir la prevalencia de la adicción al trabajo en nuestro país",
apuntó Lucas Jódar.
Según Jódar, la investigación hace referencia a
cualquier tipo de trabajo, aunque "tradicionalmente hay algunos más
sensibles a la adicción, caso de aquellos con una repercusión directa en
reconocimiento social, en dinero o en vanidad".
A partir de la aplicación del modelo, el estudio augura
un incremento de adictos laborales en todos los escenarios, siendo el
más alto en el "optimista" con un 11,88%. En el de la OCDE, la tasa es
de un 11,72%; de un 11,65% en el de FUNCAS; y en el peor de los
escenarios de un 11,55%.
"Las adicciones están aumentando en general, pero la
adicción al trabajo , yo diría que es de las pocas, por no decir la
única que está bien vista. Pero tiene sus víctimas, quienes la sufren,
que son los familiares", señaló el experto.
Por este motivo y derivado de los resultados del
estudio, los autores de la investigación plantean "la necesidad de poner
en marcha medidas de cara a evitar el contagio de la que está
considerada como una de las psicopatologías sociales de este siglo, así
como de promocionar una cultura empresarial que permita aumentar la
capacidad de los trabajadores para sobreponerse a contextos de dolor
emocional, traumas o el miedo a perder el empleo".
El trabajo fue presentado en el marco de las Jornadas
"Mathematical Modelling in Engineering & Human Behaviour 2012",
organizadas por el Instituto Universitario de Matemática
Multidisciplinar de la Universidad Politécnica de Valencia.
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