WASHINGTON.- La salida de capitales experimentada por
España e Italia en términos interanuales el pasado mes de junio
alcanzaba 531.000 millones de euros, de los que 296.000 millones
correspondieron a España y 235.000 millones a Italia, según señala el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la última edición de su 'Informe Global de Estabilidad Financiera'.
En este sentido, la institución dirigida por Christine Lagarde considera esta salida de capitales desde la periferia de la zona euro hacia el núcleo de la región "a un ritmo típicamente asociado a crisis de divisas" como un síntoma de la intensificación de la crisis de la eurozona.
"Tanto España como Italia han sufrido salidas de capitales a gran escala en los doce meses anteriores al pasado mes de junio",
señala el FMI, que cifra en 296.000 millones de euros, el 27% del PIB
español en 2011, el dato correspondiente a España, mientras que en el
caso de Italia la salida de capitales sumó 235.000 millones, equivalente
al 15% del PIB de 2011.
"La retirada de inversores extranjeros del mercado de bonos de la
periferia responde a gran parte de estos flujos, especialmente en el
caso de Italia, mientras que en España tendrían una base más amplia",
explica el Fondo.
"La erosión de la base de inversores internacionales en la
periferia subraya las dificultades de financiación externa que afrontan
estos países", añade la institución, que advierte de que esta salida de
inversores internacionales de los mercados de deuda soberana se ha
extendido también a los bancos.
Así, el informe del FMI constata que, además del descenso de los
depósitos en general, algunos países han registrado salidas hacia las
instituciones más sólidas en el seno de sus propios sistemas
financieros.
Por otro lado, el Fondo calcula que la gran banca europea ha
reducido en 600.000 millones de euros sus activos, el 2% del total,
entre el final del tercer trimestre de 2011 y el segundo trimestre de
2012, en respuesta a la necesidad de fortalecer sus reservas de capital.
La institución internacional dirigida por Christine Lagarde
cifra en 2,6 billones de euros la reducción definitiva hasta finales de
2013 en el volumen total de activos de las entidades del Viejo
Continente.
A este respecto, el Fondo destaca el esfuerzo significativo
realizado por los bancos europeos para elevar sus reservas de capital,
lo que ha contribuido a reforza sus balances y evitar una mayor
reducción de activos.
"Aunque el ritmo general de desapalancamiento se ralentizó en el
primer trimestre de 2012 a raíz de las subastas de liquidez a largo
plazo del BCE, la creciente fragmentación del mercado está provocando
renovadas presiones, particularmente en la periferia de la zona euro",
explica la institución.
De hecho, el informe del FMI subraya que, a pesar de la mejoría de
las condiciones financieras registrada en las últimas semanas gracias
al anuncio de un plan de compra de bonos por parte del BCE, el
rendimiento de la deuda de la periferia del euro sigue en niveles
elevados, mientras que la rentabilidad de los bonos del núcleo de la
eurozona continúa cerca de mínimos históricos, señalando la todavía alta
incertidumbre respecto a la estabilidad financiera de la región.
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