LONDRES.- Los países endeudados de la zona euro están exportando de nuevo,
aunque esta vez se trata de trabajadores jóvenes, en un éxodo que
algunos temen podría intensificar los problemas de deuda de estas
naciones a largo plazo.
En momentos en que los países de la periferia de la zona euro
sufren profundas y prolongadas recesiones, alto desempleo, subida de
impuestos y graves recortes en los gastos estatales, los jóvenes parecen
estar tomando aviones, trenes y barcos en busca de trabajo.
El problema para la zona euro en este momento es que la fuerza de trabajo puede moverse, pero las deudas nacionales no.
Si bien la emigración de jóvenes desempleados puede ser una
válvula de seguridad económica, aliviando la presión sobre los pagos de
prestaciones en asistencia social a corto plazo, cualquier "vacío"
permanente en la fuerza laboral, en un momento en que las poblaciones
están envejeciendo, podrían echar por tierra los esfuerzos para reducir
la deuda.
"Si las economías de la periferia del euro, mediante una
austeridad severa, van a estar económicamente deprimidas durante un
largo tiempo y su población sólo se va, ¿cómo volverán alguna vez a la
sostenibilidad fiscal? Creo que la respuesta es que no podrán", dijo el
economista del Citi Michael Saunders.
Saunders sostuvo que alguna forma de suspensión de pagos o
reestructuración de la deuda es con el tiempo la única solución probable
a la crisis de deuda soberana de la zona euro.
Los datos de la oficina de estadísticas europea, Eurostat,
muestran que en el primer semestre de 2012, la población en edad de
trabajar -o aquellos entre 15 y 65 años- se redujo un 0,1 por ciento
interanual en Italia y Grecia, un 0,6 por ciento en España, un 0,7 por
ciento en Portugal y un 0,9 por ciento en Irlanda.
La fuerza de trabajo en Irlanda y Portugal ha venido reduciéndose desde 2008.
La mayor parte de los nuevos emigrantes parecen ser los
trabajadores más jóvenes. En el segundo trimestre de 2012, por ejemplo,
el segmento de personas entre 20 y 29 años cayó un 8,8 por ciento
interanual en Irlanda, un 4,3 por ciento en España y un 3,5 por ciento
en Portugal.
Saunders calcula que estas disminuciones en la población que
bordea los 20 años son "extraordinariamente grandes" y que están muy por
encima de las observadas en los países de Europa del Este que
ingresaron en la Unión Europea en 2004.
Sin embargo, ¿son los números tan malos como parecen y
necesariamente anuncian una suspensión de pagos en los países o una
reestructuración en sus deudas?
Los datos de Eurostat muestran que la emigración de los últimos
años invierte sólo en parte la afluencia a estas economías durante los
años de auge. La fuerza laboral en Irlanda aumentó un promedio del 1,8
por ciento anual en 19 años hasta el 2009.
Lorcan Roche Kelly, jefe de estrategia en Europa de Trend
Macrolytics LLC en Clare, en Irlanda, señaló que los flujos migratorios
netos totales en Irlanda entre 1996 y 2009 fueron de alrededor de medio
millón, de los cuales unos 100.000 han abandonado el país desde
entonces.
Roche Kelly dijo también que la migración de los jóvenes adultos
de entre 20 y 30 años a las áreas donde había abundante trabajo era
ahora muy rápida y flexible, a diferencia de lo sucedido en episodios
históricos más traumáticos y que abrieron un fuerte período de
emigración.
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