LONDRES.- El Consejo de Política Monetaria del Banco de Inglaterra votó por tercer mes consecutivo de "forma unánime"
por mantener los tipos de interés de la libra esterlina en el mínimo
histórico del 0,5%, así como por no modificar el importe del programa de
recompra de activos de la institución, según las actas de la última
reunión de la institución, que en cambio recogen la división entre sus
miembros sobre la posibilidad de adoptar en el futuro nuevas medidas de
estímulo.
En la reunión del mes de octubre, el Consejo discutió la posible
efectividad de nuevas compras de activos en caso de que fuera necesario
aplicarlas. Ante esta opción, algunos miembros consideraron que aún
existe "espacio considerable" para que las compras de activos aporten nuevos estímulos.
Sin embargo, otros miembros, aunque reconocieron que estas compras
aún pueden reducir los diferenciales a largo plazo, cuestionaron la
magnitud del impacto en los diferenciales a corto plazo de la deuda
empresarial y los mercados con la actual coyuntura económica.
En esta línea, el comité también analizó si era apropiado
modificar o continuar con el programa de compra de activos acordado en
la reunión de julio y que se completará antes de su encuentro de
noviembre y acordó que la situación no había mejorado lo suficiente para
cambiarlo. Aún así, existieron "algunas diferencias entre los miembros
sobre la perspectiva y la probabilidad de que sean necesairos nuevos
alivios en la política monetaria".
A estes respecto, el Banco de Inglaterra cree que la recuperación
de la actividad económica se produzca un poco más tarde lo que
anticipaba en agosto, pero también considera que no hay apenas noticias
nuevas que cambien la evaluación de los riesgos para el crecimiento o la
inflación en el medio plazo.
El pasado 4 de octubre la institución presidida por Mervyn King
decidió mantener el importe de su programa de recompra de activos
mediante la emisión de reservas en 375.000 millones de libras (462.200
millones de euros), que fue incrementado en el mes de julio, y dejar
estables los tipos de interés de la libra esterlina en su mínimo
histórico, donde permanecen desde el 5 de marzo de 2009.
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