BRUSELAS.- El ejecutivo francés del Banco Central Europeo
(BCE), Benoit Coeure, ha defendido la labor del instituto emisor
durante la crisis al asegurar que con sus medidas "no sólo evitó un colapso del sistema financiero",
sino también una escalada del paro y la pobreza en la eurozona, donde
la incertidumbre de las perspectivas económicas a largo plazo amenaza
con dejar "una generación perdida".
"Las medidas adoptadas por el BCE han evitado un colapso monetario y de crédito y eliminado el espectro de la Gran Depresión", defendió el banquero francés en una intervención ante el Parlamento Europeo,
donde aseguró que esta intervención "no sólo evitó un colapso del
sistema financiero, sino también y de manera más importante, prevenido
una escalada del desempleo y de la pobreza en la eurozona".
Entre estas medidas, el ejecutivo galo del BCE ha subrayado que la
justificación definitiva de medidas como las adoptadas por la entidad
descansa en la necesidad de evitar presiones negativas en los precios.
Así, el banquero recordó que un aumento de la demanda de liquidez
por los bancos que no se vea correspondida por el banco central puede
provocar una espiral bajista en el precio de los activos, una brusca
interrupción del crédito y una recesión severa.
"La deflación acompaña este fenómeno. La Gran Depresión,
donde se combinaron una recesión, con deflación y quiebras bancarias, es
un claro ejemplo histórico de lo que puede ocurrir cuando los bancos
centrales no cubren las necesidades de liquidez de los bancos", añadió.
Coeure advirtió también de que, por su parte, la Gran Recesión
y la posterior crisis de la eurozona ha dañado las perspectivas de
crecimiento de las economías del bloque, arrastrando al desempleo a
millones de trabajadores y rebajando sus estándares de calidad de vida.
"Además, ha dejado una sombra de incertidumbre sobre las
perspectivas de crecimiento a largo plazo y da lugar al riesgo de una
generación perdida", apuntó.
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