TOKIO.- El gobierno japonés aprobó esta semana un programa de estímulo económico por
422.600 millones de yenes (5.300 millones de dólares)
dedicado a subsidios y exenciones de impuestos.
Esa medida será financiada mediante las reservas presupuestarias para evitar vender nueva deuda, certificaron oficialmente.
Dicho informe refirió que el paquete de ayuda es pequeño en comparación con el presupuesto nacional nipón de 90,3 billones de yenes (un dólar equivale a 84 yenes aproximadamente) previsto para el año fiscal con inicio en abril pasado.
Ese plan refleja que el gabinete cuenta con recursos limitados a los efectos de aumentar el gasto para empujar una economía con dificultades.
El mandato del primer ministro, Yoshihiko Noda, tendría aun problemas para aplicar esa medida de estímulo ante el imperativo de acceder a votos de la oposición, con la finalidad de determinar un proyecto de ley para financiar el presupuesto de este año.
Las autoridades desembolsarán 264.300 millones de yenes en subsidios con el propósito de alentar el gasto de capital en las áreas dañadas por el terremoto y posterior sunami en marzo del 2011 que causó el desastre nuclear en una central atomoeléctrica.
Otro empleo de ese dinero estará en las exenciones impositivas para colaborar con las zonas rurales en el combate contra las inundaciones.
Un descenso en las exportaciones japonesas, menor crecimiento que China y el insistente impacto de la crisis de deuda europea generan en este país el temor de caer en la recesión. La amplia deuda pública hace difícil que Japón emplee la política fiscal para reactivar su economía.
El instrumento jurídico para vender bonos durante el presupuesto del año fiscal está prácticamente en un nivel de duda provocado por el estancamiento político del país, consideraron los analistas.
Esta nación sufrió rebajas en su calificación de crédito, debido al miedo a que carezca de suficientes medidas para reducir la pesada carga de su deuda.
Dicho informe refirió que el paquete de ayuda es pequeño en comparación con el presupuesto nacional nipón de 90,3 billones de yenes (un dólar equivale a 84 yenes aproximadamente) previsto para el año fiscal con inicio en abril pasado.
Ese plan refleja que el gabinete cuenta con recursos limitados a los efectos de aumentar el gasto para empujar una economía con dificultades.
El mandato del primer ministro, Yoshihiko Noda, tendría aun problemas para aplicar esa medida de estímulo ante el imperativo de acceder a votos de la oposición, con la finalidad de determinar un proyecto de ley para financiar el presupuesto de este año.
Las autoridades desembolsarán 264.300 millones de yenes en subsidios con el propósito de alentar el gasto de capital en las áreas dañadas por el terremoto y posterior sunami en marzo del 2011 que causó el desastre nuclear en una central atomoeléctrica.
Otro empleo de ese dinero estará en las exenciones impositivas para colaborar con las zonas rurales en el combate contra las inundaciones.
Un descenso en las exportaciones japonesas, menor crecimiento que China y el insistente impacto de la crisis de deuda europea generan en este país el temor de caer en la recesión. La amplia deuda pública hace difícil que Japón emplee la política fiscal para reactivar su economía.
El instrumento jurídico para vender bonos durante el presupuesto del año fiscal está prácticamente en un nivel de duda provocado por el estancamiento político del país, consideraron los analistas.
Esta nación sufrió rebajas en su calificación de crédito, debido al miedo a que carezca de suficientes medidas para reducir la pesada carga de su deuda.
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