Los ajustes no
bastan, de acuerdo. Hay que anteponer medidas de crecimientos (los
políticos tienden a pensar que la economía depende de ellos, qué
convicción más extraña). Ahora bien, si alguien preguntara a los
reunidos en la Cumbre del FMI, o en la más reciente Cumbre Europea y dijera: ¿y cuáles son esas medidas? A lo mejor se ‘oía’ un opresivo silencio.
¿La famosa máquina de hacer dinero para crear empresas estatales u obras públicas, resucitamos a Keynes? (En la imagen).
No entro en sí es bueno o malo. Es sencillamente imposible, porque
estamos en crisis y todo el dinero que lanzamos al mercado se lo come la
deuda pública que los políticos emiten para mantenerse en el poder. De
hecho, no falta liquidez, sobra, sólo que para el rentista, no para las pymes y para las familias.
Los monetaristas juegan al póker.
El apostador no produce nada para el bien común, solo para sí. Crea su
propia actividad, regida por el azar, y gana o pierde. Los creadores de
dinero postizo, es decir, no el producido y ahorrado en la economía
real, sino el fabricado, hacen exactamente lo mismo.
No,
evidentemente la solución a la crisis mundial -no hablo ahora ni de
España ni del momento actual, sino de un quinquenio de depresión- no
estriba en seguir fabricando dinero, consiste en resucitar la propiedad
privada. La propiedad privada de verdad, es decir, la propiedad privada pequeña.
La solución a la actual crisis pasa por ir sustituyendo proletarios por
propietarios, trabajadores por emprendedores. Y los mayores enemigos de
la propiedad privada pequeña son dos: los políticos y los especuladores
financieros. Es decir, el Estado y los mercados.
Eso debe
hacerlo la sociedad, que debe poblarse de emprendedores. El Estado basta
con que no incordie. Es decir, con que reduzca los impuestos a familias
y pymes y, especialmente, los impuestos que gravan la creación de
empleo. En España, las cuotas sociales.
El modelo es muy sencillo: repartir la propiedad privada, la de verdad, la pequeña propiedad privada. No van por ahí los tiros.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com
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