CÁDIZ.- El presidente del Gobierno español pidió el sábado
seguridad jurídica para las inversiones en Latinoamérica, en la XXII
Cumbre Iberoamericana celebrada en la localidad española de Cádiz sin
alusiones directas a la expropiación de la inversión de la española
Repsol en Argentina.
En una intervención en la que animaba de nuevo a los
prósperos países latinoamericanos a que aumenten su inversión en una
España en profunda recesión, Mariano Rajoy dijo el sábado que eran
necesarias "reglas de juego claras, predecibles".
"Animo a sus empresas a aumentar su inversión en España
y en Europa aprovechando el marco de seguridad jurídica existente, que
todos coincidimos en que ha de ser un valor compartido y respetado en
ambas regiones", dijo.
"Frente al recurso fácil y tantas veces fracasado del
proteccionismo, España y la Unión Europa mantienen su apuesta por la
apertura, el libre comercio, la seguridad jurídica y la inversión",
añadió.
Rajoy realizó estas declaraciones en presencia del
vicepresidente argentino Amado Boudou, ya que la presidenta argentina
Cristina Fernández de Kirchner no acudió a la cita por motivos de salud.
Boudou tampoco aludió al caso Repsol, aparte de
mencionar la importancia del "respeto de la soberanía de los Estados".
La presidenta argentina, Cristina Fernández,
nacionalizó un 51 por ciento de la petrolera YPF, de la que Repsol tenía
un 57 por ciento, desencadenando una crisis diplomática con España y la
reclamación de 10.000 millones de dólares por parte de la española.
Cuando Repsol inició su reclamación formal, el tribunal
de arbitraje internacional CIADI abrió un plazo preceptivo de seis
meses -vencido esta semana- emplazando a las partes a negociar y buscar
un acuerdo. Cuando Repsol presente una nueva demanda formal, abrirá un
proceso que podría demorarse más de un año según diversos expertos.
Rajoy también aprovechó su intervención para destacar
el papel que pueden jugar las PYMEs para reforzar la inversión y los
vínculos entre los países latinoamericanos.
Según Rajoy, las pequeñas y medianas empresas
constituyen cerca del 95 por ciento del tejido empresarial del conjunto
de los países de la cumbre, el 80 por ciento del empleo y el 60 por
ciento del PIB.
España, que durante años ha realizado en Latinoamérica
una oleada de inversiones popularmente conocidas en la región como
"segunda reconquista" -es el segundo inversor en la región- mira ahora
hacia sus antiguas colonias en busca de fórmulas empresariales que
resuciten su economía en recesión.
Rajoy dijo el sábado que la inversión acumulada de
España en la región supera los 115.000 millones de euros, de los cuales
7.000 millones de euros se invirtieron en 2011.
En un momento en el que España y otros países de la
periferia europea aplican un duro proceso de corrección fiscal bajo el
dictado de los socios de la eurozona, y especialmente de Alemania,
numerosos asistentes a la cumbre criticaron las políticas de austeridad e
instaron a inclinar la balanza hacia medidas que impulsen el
crecimiento.
"La consolidación fiscal exagerada y simultánea en
todos los países no es la mejor respuesta para la crisis mundial y
puede, incluso, agravarla, llevando a una mayor recesión", dijo la
presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que advirtió sobre el peligro de
que los déficit aumenten con la austeridad.
Boudou coincidió señalando que la experiencia argentina
"nos ha enseñado que las políticas de ajuste fiscal van en contra de la
recuperación económica", y advirtió sobre los peligros para el
continente americano de estas medidas.
"Tales políticas de ajuste agravan la situación de los
países que las aplican y representan un riesgo para la economía
mundial... Las economías emergentes han comenzado a sufrir el contagio
de la crisis internacional, observándose una marcada desaceleración en
las proyecciones de crecimiento", dijo el canciller argentino.
También censuró la austeridad el ministro de Exteriores
de Cuba, Bruno Rodríguez Padilla, según el cual "el estado del
bienestar del que se enorgullecía Europa parece en peligro de
extinción".
Entre las pocas voces discordantes se encontró la de
Pedro Passos Coelho, primer ministro de Portugal -país que ya ha sido
rescatado en la crisis de la eurozona y está aplicando la receta de
austeridad-, quien dijo que "la salida de la crisis pasa por la
disciplina y el ajuste fiscal".
El también portugués José Manuel Durao Barroso,
presidente de la Comisión Europa, no criticó abiertamente la austeridad
pero sí hizo énfasis en la necesidad de priorizar el crecimiento,
señalando que la población española ya está haciendo "importantes
sacrificios".
"Desde la Comisión estamos utilizando todos los
instrumentos a nuestra diposición para recuperar el crecimiento en
Europa y así crear empleo y hacer frente los graves problemas sociales",
dijo Barroso.
En este sentido, Barroso criticó que "algunos países",
en clara referencia a Reino Unido, quieran rebajar el presupuesto de la
Unión Europa.
"Pensamos que hay una contradicción cuando algunos
países dicen que quieren dar la prioridad al crecimiento y después no
quieren apoyar el principal instrumento que tenemos al nivel europeo
para las inversiones en el crecimiento", dijo.
El presupuesto de la Unión Europea se encuentra
bloqueado por el Reino Unido, que exige unas fuertes reducciones en el
gasto.
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