BRUSELAS.- Los dirigentes de la Unión Europea no alcanzaron este viernes un
acuerdo sobre el presupuesto del bloque para el periodo 2014-20,
abandonando las conversaciones menos de dos días después de que la
mayoría de los países rechazaran los recortes de gastos adicionales
exigidos por Reino Unido y sus aliados.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, decidió
poner fin a la cumbre sobre el presupuesto de la UE para 2014-2020,
valorado en aproximadamente 1 billón de euros, y lo intentarán de nuevo a
principios del año próximo en lugar de continuar negociando durante el
fin de semana, dijeron fuentes de seis delegaciones.
"Se ha acabado", dijo un responsable oficial de la UE que ha
participado en las conversaciones. Añadió que los líderes
estaban trabajando en un comunicado en el que dirán que volverán a
negociar y las causas del estancamiento.
Otro diplomático dijo que Van Rompuy y el presidente de la
Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, tratarán de estrechar las
diferencias entre los países miembros antes de la próxima cumbre
presupuestaria.
La canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país es el principal
contribuyente a las arcas de la UE, se ha mostrado escéptica desde el
principio respecto a que los líderes fueran a alcanzar la unanimidad
necesaria para un acuerdo en un primer intento y restó importancia a las
consecuencias de un fracaso.
"Siempre he dicho que no sería dramático si hoy sólo fuera el
primer paso", dijo a los periodistas. "Creo que las posturas aún están
distantes y si necesitamos una segunda ronda, nos tomaremos el tiempo
para hacerlo", dijo.
En 2005, la última vez que la UE celebró sus maratonianas
negociaciones presupuestarias, pasaron seis meses y una cumbre fracasada
en la que Reino Unido usó su veto antes de que se cerrara finalmente un
acuerdo.
No hubo una situación dramática el miércoles, pero responsables
de la UE advirtieron de que el fracaso en tiempo y recursos dilataría
los esfuerzos para reflotar a la estancada zona euro, y reforzaría la impresión entre ciudadanos e inversores de que los dirigentes de la UE sufren de indecisión colectiva.
También podría retrasar el programa de cientos de billones de euros en inversiones en proyectos energéticos
y de transporte en los países más pobres del este del bloque de los 27,
destinados a ayudarles a ponerse al día económicamente con el oeste más
rico.
El primer ministro británico, David Cameron, dijo que el plan que
Van Rompuy puso sobre la mesa para desacelerar los recortes en ayudas
agrícolas y regionales para aplacar a Francia y a Polonia fue
insuficiente, dada la austeridad que estaban aplicando los países
miembros.
Alemania, Reino Unido, Suecia y Holanda, todos grandes
contribuyentes al presupuesto, están presionando para más recortes de
entre 30.000 y 75.000 millones de euros además de los 80.000 millones ya
recortados del presupuesto original de la Comisión Europea.
Las negociaciones a largo plazo de los presupuestos comunitarios
son siempre un asunto espinoso, pero la profundidad de la crisis de
deuda actual ha agriado las inevitables discusiones sobre las ayudas
agrícolas.
Dado que los presupuestos nacionales están siendo reducidos en
todo el bloque, las autoridades de la UE están teniendo que contemplar
el primer recorte en términos reales en el gasto futuro.
Más de dos tercios del gasto anual de la UE, aproximadamente
130.000 millones, se dedican a ayudas a agricultores e inversión en
nuevas autovías, puentes y otras obras públicas de los países europeos
del sur y el Este de Europa.
El presupuesto actual a siete años, valorado en 1,034 billones de
euros en compromisos financieros de la UE para 2007-2013, se cerró en
2005, en un momento de boom del gasto público alimentado por el acceso
al crédito.
La Comisión inicialmente pidió un incremento de aproximadamente
el 5 por ciento en gasto para 2014-2020, equivalente a 1,091 billones de
euros. Pero esa cifra ha sido ya reducida a 1,01 billones de euros bajo
el compromiso de Van Rompuy, y muchos contribuyentes insisten en que
debe bajar del billón.
Los acuerdos anteriores se han forjado en torno a pactos
francoalemanes para defender los generosos subsidios agrícolas de la UE
frente a los ataques de Reino Unido y otros países del norte. Francia
recibe más de la Política Agrícola Común que cualquier otro país,
mientras que Alemania es un importante beneficiario.
Pero las necesidades de ajustar los presupuestos parece ser ahora
una prioridad mayor para Alemania que salvaguardar el gasto agrícola,
lo que ha llevado a Francia a aliarse con Polonia y países del Este para
oponerse a los recortes en las dos principales áreas de gasto.
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