BRUSELAS.- Entre 18 meses y 5 años es el tiempo
que se tardará en alcanzar la plena integración económica y monetaria en
la UE. Creación de eurobonos, de un instrumento de convergencia y
competitividad que pueda apoyar a los Estados miembros afectados por
crisis económicas. Coordinación, aprobación y vigilancia más profunda de
las decisiones económicas en el ámbito europeo, normas colectivas para
presupuestos, política fiscal y empleo y dos velocidades para esta
integración a cuya cabeza estaría el eurogrupo.
Barroso calcula cinco años para completar la Unión Monetaria y
Económica (UME). Algunos de los pasos que requiere este camino que traza
la Comisión Europea se pueden adoptar con los Tratado existentes. Otros
requieren modificaciones que den nuevas competencias a la Unión.
José Manuel Barroso ha dicho en la presentación del plan, que para
superar la crisis de confianza que está afectando a las economías y a
los medios de vida de los europeos hay que dar una prueba tangible «de
la voluntad de los europeos de unirse y avanzar con decisión para
fortalecer la arquitectura en los ámbitos financiero, fiscal, económico y
político en los que se basa la estabilidad del euro y de la Unión».
Para ello todas las opciones de política económica y fiscal de los
Estados miembros estarán coordinadas y serán aprobadas y vigiladas en el
ámbito europeo. En el Plan se incluyen medidas a corto, medio y largo
plazo dependiendo de que dependan de la modificación o no de los
actuales Tratados.
A corto plazo, entre 6 y 18 meses, la prioridad absoluta es la puesta en marcha del Six pack aprobado por el Parlamento Europeo en Octubre de 2011, o los dos paquetes de medidas que están a punto de aprobarse.
Los Estados miembros deberán llegar a un acuerdo antes de finales de
este año sobre el mecanismo único de supervisión de los bancos. Después
tendrá que crearse otro mecanismo único que pueda hacer frente y
solucionar los problemas que puedan presentar algunos bancos. Cuando se
llegue a un acuerdo sobre el presupuesto plurianual que ahora se
discute, se debe establecer un «instrumento de convergencia y
competitividad» que apoye las reformas estructurales en los Estados
miembros necesarias e importantes para el buen funcionamiento de la
Unión Económica y Monetaria (UEM). Se basará en acuerdos puntuales que
se establecerán entre cada país y la Comisión.
A medio plazo, entre 18 meses y 5 años, seguirá un fortalecimiento de
la conducta conjunta de política presupuestaria y económica, que
incluirá la política fiscal y el empleo. En la zona euro debería
establecerse un instrumento fiscal especial con recursos propios que
proporcione apoyo suficiente a la reestructuración de las grandes
economías que tengan dificultades. También se considerará un fondo de
rescate con estrictas condiciones y eurobonos que puedan ayudar a
reducir la deuda y a estabilizar los mercados financieros.
A largo plazo, a partir de 5 años, en lo que será la última etapa se
debería poder establecer un presupuesto común y autónomo. El marco de
gobernanza económica establecido debería permitir la emisión común de
deuda pública.
La versión final de esta propuesta la elaboran de forma coordinada el
presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, el presidente de la
Comisión Europea, José Manuel Barroso, el presidente del Banco Central
Europeo, Mario Draghi y el presidente del Eurogrupo Jean-Claude
Juncquers, lo presentarán a discusión al Consejo Europeo que se debe
celebrar los días 13 y 14 de diciembre.
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