miércoles, 28 de noviembre de 2012

El Gobierno de Merkel 'manipula' un informe sobre el grado de pobreza en Alemania

BERLÍN.- Las comparaciones son odiosas, y más si implican al borrador de un informe sobre la pobreza de un país y su versión definitiva, que llega con múltiples correcciones y matices con la intención de suavizar su impacto. Eso es lo que ha sucedido en Alemania, y el escándalo –dado que el borrador se ha terminado filtrando a la prensa- ha sido mayúsculo.
Tal y como cuentan la historia en el blog
Zero Hedge, cabe plantearse la posibilidad de que, si las diferencias entre ambos documentos no hubiesen comenzado ya en la introducción, los periodistas del rotativo Süddeutsche Zeitung podrían haber pasado por alto revisar un texto encerrado en más de 500 páginas. Pero cuando observaron que una frase del prólogo ("La riqueza privada en Alemania está muy mal distribuida") aparecía en el borrador que elaboró el Ministerio de Trabajo y no en el informe definitivo, saltaron las alarmas.

En la primera versión se podía leer: "Mientras los sueldos han aumentado entre las rentas altas, los salarios bajos han caído. El diferencial entre ingresos se ha espaciado". Este hecho podría dañar "el sentido de la Justicia por parte de la población" y podría, también, afectar a "la cohesión social". Pero esta terminología no gustó en Berlín. Así que se cambió por una jerga parecida a la que utiliza la canciller Angela Merkel cuando se refiere a Grecia: la caída de los salarios se debe a la consecuencia de estar aplicando reformas estructurales necesarias en el mercado laboral y a la creación de 'mini-jobs' para las personas sin trabajo.


El documento inicial también señalaba, entre otras cuestiones, que lo que cobra un alemán que vive solo y que trabaja a tiempo completo no es el mínimo necesario para asegurar una existencia digna. Y esto "hace aumentar los riesgos de pobreza" en el país. Una puntualización que ha sido eliminada, y sustituida en su lugar por la siguiente observación: "La cuestión de los bajos salarios debe ser examinada con mirada crítica".


Son sólo algunos ejemplos. Hay más. Todos ellos han vuelto a poner en evidencia el enfrentamiento entre la ministra de Trabajo, Ursula von der Leyen, de la CDU (democristianos), y el ministro de Economía, Philipp Rösler, del FDP (liberales). La CDU y el FDP son compañeros de coalición, pero no se llevan bien. Los liberales han visto cómo su popularidad se ha desplomado en los últimos tres años, mientras que los democristianos logran mantener a su lado a buena parte de su electorado, según las últimas encuestas.


Los datos que alumbra el informe son, también, preocupantes. Sobre todo para un país que presume de querer ser el modelo al que se encamina -o debería encaminarse- Europa. Por ejemplo, en 1998 era el 50% de la población quien tenía en su poder el 4% de la riqueza privada, mientras que el 10% -los más ricos- controlaban el 45% de la misma. Diez años después, en 2008, esta ecuación había cambiado: el 50% de la población había pasado a controlar el 1% de la riqueza privada mientras que el 10% -los más ricos- aumentaba su poder hasta controlar el 53% de la misma. En cuanto al umbral de la pobreza, éste ha ido aumentando paulatinamente: del 15,5% en 2008 hasta el 15,8% en 2010.

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