miércoles, 7 de noviembre de 2012

Obama se enfrenta a grandes desafíos tras su reelección


WASHINGTON.- Fortalecido por su victoria electoral, el presidente de EEUU, Barack Obama prometió el miércoles tender puentes sobre las barreras políticas en el país y buscar acuerdos para los asuntos inconclusos durante su primer mandato.

Obama obtuvo una clara victoria ante su rival republicano, Mitt Romney, en las elecciones del martes, superando las profundas dudas de los votantes sobre su gestión de la débil economía estadounidense.
Los estadounidenses optaron sin embargo por mantener en Washington un Gobierno dividido, dejando el Congreso tan fragmentado como estaba desde las elecciones de media legislatura en 2010. Los demócratas de Obama retuvieron el control del Senado y los republicanos de Romney la Cámara de Representantes.
Tras una larga y dura campaña, Obama, de 51 años, dio un tono conciliador a su primer discurso después de la reelección en la madrugada del miércoles ante miles de partidarios en Chicago, que aplaudieron cada una de sus palabras.
"Ustedes votaron por acciones, no por la política de siempre", dijo Obama, pidiendo un compromiso y prometiendo trabajar con los líderes de ambos partidos para reducir el déficit, reformar el código tributario y las leyes migratorias, además de reducir la dependencia del petróleo importado.
Obama, que se transformó hace cuatro años en el primer negro en ganar las elecciones presidenciales en Estados Unidos, dijo a sus seguidores que espera sentarse con Romney en las próximas semanas y explorar cómo superar los desafíos que la nación tiene por delante.
Los mismos problemas que acecharon a Obama cuando asumió el cargo hace cuatro años siguen presentes.
El presidente comenzará su segundo mandato acechado por un déficit público que ronda el billón de dólares anual, con una deuda que asciende a 16 billones de dólares y con un Congreso dividido.
El objetivo inmediato de Obama y los legisladores será enfrentarse al "abismo fiscal", una mezcla de subidas de impuestos y recortes de gastos que debe restar unos 600.000 millones de dólares a la economía a partir del 1 de enero, a menos que el Congreso logre un acuerdo.
Romney, un ejecutivo millonario de la industria financiera, logró recuperarse de una serie de tropiezos durante la campaña hasta dar la impresión de que podría derrotar a Obama tras superarlo en el primero de los tres debates que mantuvieron cara a cara.
El voto popular estaba muy igualado, con Obama consiguiendo un 50 por ciento frente al 49 por ciento de Romney en una campaña en la que ambos candidatos y sus aliados han gastado unos 2.000 millones de dólares.
Pero en el sistema de votos electorales por estado que define el derecho de ocupar la Casa Blanca, Obama obtuvo una cómoda victoria. En la mañana del miércoles, Obama contaba con 303 votos electorales, muy por encima de los 270 que necesita para ganar. Romney tenía 206.
El resultado de la votación en el estado de Florida no se ha anunciado aún, lo que implica que hay todavía 29 votos electorales sin adjudicar.
Romney, un exgobernador de Massachussetts de 65 años, reconoció la derrota en un breve discurso.
"Este es un momento de grandes desafíos para nuestra nación", dijo Romney ante sus desanimados seguidores en Boston. "Rezo para que el presidente tenga éxito guiando a nuestra nación".
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, no dio indicios de estar dispuesto a ceder en sus principios conservadores, anticipando una posible confrontación en el futuro.
"Los votantes no apoyaron los fracasos o excesos del presidente en el primer mandato. Simplemente le dieron más tiempo para terminar el trabajo y le pidieron que lo haga junto con un Congreso que devolvió el equilibrio a Washington después de dos años de control de un solo partido", dijo McConnell.
La victoria de Obama impide una revisión de su reforma del sistema sanitario de 2010, que intenta ampliar la disponibilidad del seguro médico para los estadounidenses. Sin embargo, no despeja los interrogantes sobre hasta qué punto podrá aplicarse.
Obama, que asumió el poder en 2009 en medio de la crisis financiera, debe continuar con sus esfuerzos por lograr un sólido crecimiento económico y dejar atrás la peor crisis desde la Gran Depresión de los años 30. Una recuperación despareja ha mostrado algunas señales alentadoras, aunque la tasa de desempleo sigue alta en un 7,9 por ciento.
Al mantener el control del Senado, los demócratas lograron apoderarse de escaños republicanos de Massachusetts e Indiana, además de retener la mayoría de los asientos que tenían, incluyendo Virginia y Missouri.
La mayoría republicana en la Cámara de Representantes, de 435 escaños, implica que el Congreso se enfrenta a serias divisiones a la hora de encarar el abismo fiscal y otros asuntos.
"Eso significa la misma dinámica. Significa las mismas personas que no pudieron entender cómo lograr acuerdos durante los últimos tres años", dijo Ethan Siegel, un analista que acompaña los cambios políticos en Washington para inversores institucionales.
Aunque la composición del Senado no fue una sorpresa para nadie, los republicanos creían tener posibilidades de un resultado equilibrado, así que el resultado fue decepcionante.
Los futuros de las acciones estadounidenses retrocedieron, el dólar perdió terreno y los bonos de referencia aumentaron después de la victoria de Obama, que los inversores interpretaron como una señal de que no habrá cambios significativos en la política económica.
Líderes internacionales enviaron sus felicitaciones. El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, que tenido una relación tensa con Obama, prometió trabajar con él "para asegurar intereses que son vitales para la seguridad de los ciudadanos israelíes".
El primer ministro británico, David Cameron, dijo que ambas naciones deben encontrar una forma de solucionar la crisis en Siria.

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