WASHINGTON.- Fortalecido por su victoria electoral, el presidente de EEUU, Barack Obama prometió el miércoles tender puentes sobre las barreras políticas en el país y buscar acuerdos para los asuntos inconclusos durante su primer mandato.
Obama obtuvo una clara victoria ante su rival republicano, Mitt
Romney, en las elecciones del martes, superando las profundas dudas de
los votantes sobre su gestión de la débil economía estadounidense.
Los estadounidenses optaron sin embargo por mantener en
Washington un Gobierno dividido, dejando el Congreso tan fragmentado
como estaba desde las elecciones de media legislatura en 2010. Los
demócratas de Obama retuvieron el control del Senado y los republicanos
de Romney la Cámara de Representantes.
Tras una larga y dura campaña, Obama, de 51 años, dio un tono
conciliador a su primer discurso después de la reelección en la
madrugada del miércoles ante miles de partidarios en Chicago, que
aplaudieron cada una de sus palabras.
"Ustedes votaron por acciones, no por la política de siempre",
dijo Obama, pidiendo un compromiso y prometiendo trabajar con los
líderes de ambos partidos para reducir el déficit, reformar el código
tributario y las leyes migratorias, además de reducir la dependencia del
petróleo importado.
Obama, que se transformó hace cuatro años en el primer negro en
ganar las elecciones presidenciales en Estados Unidos, dijo a sus
seguidores que espera sentarse con Romney en las próximas semanas y
explorar cómo superar los desafíos que la nación tiene por delante.
Los mismos problemas que acecharon a Obama cuando asumió el cargo hace cuatro años siguen presentes.
El presidente comenzará su segundo mandato acechado por un
déficit público que ronda el billón de dólares anual, con una deuda que
asciende a 16 billones de dólares y con un Congreso dividido.
El objetivo inmediato de Obama y los legisladores será
enfrentarse al "abismo fiscal", una mezcla de subidas de impuestos y
recortes de gastos que debe restar unos 600.000 millones de dólares a la
economía a partir del 1 de enero, a menos que el Congreso logre un
acuerdo.
Romney, un ejecutivo millonario de la industria financiera, logró
recuperarse de una serie de tropiezos durante la campaña hasta dar la
impresión de que podría derrotar a Obama tras superarlo en el primero de
los tres debates que mantuvieron cara a cara.
El voto popular estaba muy igualado, con Obama consiguiendo un 50
por ciento frente al 49 por ciento de Romney en una campaña en la que
ambos candidatos y sus aliados han gastado unos 2.000 millones de
dólares.
Pero en el sistema de votos electorales por estado que define el
derecho de ocupar la Casa Blanca, Obama obtuvo una cómoda victoria. En
la mañana del miércoles, Obama contaba con 303 votos electorales, muy
por encima de los 270 que necesita para ganar. Romney tenía 206.
El resultado de la votación en el estado de Florida no se ha
anunciado aún, lo que implica que hay todavía 29 votos electorales sin
adjudicar.
Romney, un exgobernador de Massachussetts de 65 años, reconoció la derrota en un breve discurso.
"Este es un momento de grandes desafíos para nuestra nación",
dijo Romney ante sus desanimados seguidores en Boston. "Rezo para que el
presidente tenga éxito guiando a nuestra nación".
El líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, no dio
indicios de estar dispuesto a ceder en sus principios conservadores,
anticipando una posible confrontación en el futuro.
"Los votantes no apoyaron los fracasos o excesos del presidente
en el primer mandato. Simplemente le dieron más tiempo para terminar el
trabajo y le pidieron que lo haga junto con un Congreso que devolvió el
equilibrio a Washington después de dos años de control de un solo
partido", dijo McConnell.
La victoria de Obama impide una revisión de su reforma del
sistema sanitario de 2010, que intenta ampliar la disponibilidad del
seguro médico para los estadounidenses. Sin embargo, no despeja los
interrogantes sobre hasta qué punto podrá aplicarse.
Obama, que asumió el poder en 2009 en medio de la crisis
financiera, debe continuar con sus esfuerzos por lograr un sólido
crecimiento económico y dejar atrás la peor crisis desde la Gran
Depresión de los años 30. Una recuperación despareja ha mostrado algunas
señales alentadoras, aunque la tasa de desempleo sigue alta en un 7,9
por ciento.
Al mantener el control del Senado, los demócratas lograron
apoderarse de escaños republicanos de Massachusetts e Indiana, además de
retener la mayoría de los asientos que tenían, incluyendo Virginia y
Missouri.
La mayoría republicana en la Cámara de Representantes, de 435
escaños, implica que el Congreso se enfrenta a serias divisiones a la
hora de encarar el abismo fiscal y otros asuntos.
"Eso significa la misma dinámica. Significa las mismas personas
que no pudieron entender cómo lograr acuerdos durante los últimos tres
años", dijo Ethan Siegel, un analista que acompaña los cambios políticos
en Washington para inversores institucionales.
Aunque la composición del Senado no fue una sorpresa para nadie,
los republicanos creían tener posibilidades de un resultado equilibrado,
así que el resultado fue decepcionante.
Los futuros de las acciones estadounidenses retrocedieron, el
dólar perdió terreno y los bonos de referencia aumentaron después de la
victoria de Obama, que los inversores interpretaron como una señal de
que no habrá cambios significativos en la política económica.
Líderes internacionales enviaron sus felicitaciones. El primer
ministro israelí Benjamin Netanyahu, que tenido una relación tensa con
Obama, prometió trabajar con él "para asegurar intereses que son vitales
para la seguridad de los ciudadanos israelíes".
El primer ministro británico, David Cameron, dijo que ambas naciones deben encontrar una forma de solucionar la crisis en Siria.
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