PARÍS.- El presidente francés, François Hollande, que lucha con
una débil economía y bajos índices de aprobación, prometió hacer más
competitiva a Francia e instó a los votantes a que lo juzguen a largo
plazo por su éxito en la recuperación del crecimiento y el empleo, no
por cambios de ánimo a corto plazo.
En su primera rueda de prensa formal tras seis meses en
el cargo, el líder socialista pidió el martes ser evaluado por su
capacidad durante los cinco años de mandato para revitalizar a una
alicaída industria y frenar una racha de 17 meses de crecimiento en la
tasa de paro.
El mandatario descartó rumores de tensiones con
Alemania por sus políticas económicas, después de que fuentes del
Gobierno alemán dijeran que Berlín está preocupado porque las
medidas anunciadas la semana pasada para aumentar la competitividad
industrial no sean suficientes.
"Hablamos entre nosotros de manera franca, la canciller
(Angela Merkel) y yo, pero no nos damos sermones porque las relaciones
francoalemanas no se basan en lecciones, salvo quizás en las lecciones
de la historia", dijo Hollande.
"Nosotros en Francia, más que otros, debemos demostrar
nuestra seriedad y nuestra competitividad, más que Alemania, y eso es lo
que estamos haciendo. Y Alemania (...) debe demostrar su solidaridad,
algo que no es fácil cuando un país ha hecho un esfuerzo tan grande para
convertirse en lo que es hoy", agregó.
En el único anuncio de política de su rueda de prensa
de 143 minutos, Hollande dijo que Francia reconocía a la nueva coalición
opositora formada para derrocar al presidente Bashar el Asad como la
representante legítima del pueblo sirio y que consideraría armar a los
rebeldes si forman un Gobierno de transición en el país.
Destacando que los bajos rendimientos de los bonos
franceses mostraban que los mercados confiaban en que sus políticas
económicas eran creíbles, Hollande dijo que una medida para financiar
descuentos impositivos para las compañías con pequeños incrementos en
los impuestos a las ventas debería impulsar la producción preservando el
gasto de los consumidores.
"Declinar no es nuestro destino", dijo el presidente galo durante su comparecencia.
"Puedo comprender las dudas que se han expresado. El
único interrogante válido, a mi entender, no es el estado de la opinión
pública hoy sino el estado de Francia dentro de cinco años", agregó.
La rueda de prensa formal, transmitida en directo por
televisión desde un salón del Palacio de El Elíseo, tenía por objeto dar a
los votantes desorientados una sensación de autoridad y dirección
presidencial.
El presidente intervino desde un atril mientras todo su gabinete estaba sentado a un lado.
Hollande señaló que tener la opinión pública en contra
no modificaría su meta de revivir la economía en dos años, en momentos
en que los sondeos le dan niveles de aprobación de apenas el 36 por
ciento, muy por debajo del 60 por ciento que ostentaba al asumir el
Gobierno en mayo.
"La recuperación llevará tiempo, pero creo que podemos
lograrla. Quiero que las personas jóvenes estén viviendo mejor en cinco
años", añadió.
Reactivar la estancada economía gala y cerrar la brecha
de competitividad con Alemania, que está registrando un enorme
superávit comercial mientras Francia se hunde aún más en el déficit, se
han convertido en los mayores desafíos para Hollande.
El primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault,
explicará las políticas del Gobierno socialista en una reunión el jueves
con Merkel en Berlín, y le dirá que Francia realizará las reformas "a
su propio ritmo", según un asesor del Gobierno.
El mandatario pidió a sindicatos y empleadores que
tomen un "compromiso histórico" en la reforma de los contratos laborales
para impulsar el empleo, diciendo que el Gobierno legislaría si ellos
fracasan en lograr un acuerdo pero que preferiría que la ley sea
producto de las negociaciones.
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