domingo, 11 de noviembre de 2012

El Congreso de EEUU creó el abismo fiscal y ahora podría caer en él


WASHINGTON.- El "abismo fiscal", una metáfora tomada de la naturaleza, fue creado por miembros del Congreso de Estados Unidos, quienes lo diseñaron para que fuera tan horrible como para que ellos y el presidente entraran en razón y lo evitaran a último minuto.
 
El último minuto es ahora, en el inicio de esta semana de sesiones del Congreso antes de que asuman los nuevos legisladores. Pero no es para nada seguro que republicanos y demócratas estén listos para hacer las concesiones necesarias para salir de la trampa que crearon en agosto del 2011.
Con todo el tiempo disponible desde entonces, los optimistas asumieron que, después de las elecciones de la semana pasada, el Congreso y el Presidente Barack Obama tendrían un plan para evitar el aumento de impuestos y los recortes automáticos al presupuesto por 600.000 millones de dólares que comenzarían en enero y amenazan con arrastrar a la economía a una recesión.
Pero no fue así.
Algunos asumieron que la elección daría a un partido o al otro una ventaja como para superar el punto muerto sobre cómo reducir el déficit de la nación.
No lo hizo.
Ambas partes dicen pública y privadamente que tienen la ventaja -y un mandato de los votantes para hacer las cosas a su manera. Aún queda por verse si tales afirmaciones son sólo movidas iniciales.
Nuevamente, los optimistas asumen que las partes se salvarán a sí mismas, y al país, de la crisis que crearon.
Pero la confianza es baja, una de las razones de la caída de los mercados globales la semana pasada.
Ahora se puede presentar una metáfora diferente, tomada de la vida.
Durante 16 meses, demócratas y republicanos se han comportado como marido y mujer en un mal divorcio, sin hablar entre ellos salvo a través de insultos.
Ahora ellos verán si su difícil matrimonio se puede salvar, por el bien de los hijos, que en este caso es la economía de Estados Unidos. La no partidista Oficina de Presupuesto del Congreso reiteró la semana pasada que caer al precipicio aumentaría la tasa de desempleo a un 9 por ciento desde el actual 7,9 por ciento.
Para Obama, quien ganó otros cuatro años en la presidencia en la elección del martes, este es el momento de presentar una "postura equilibrada" para sanar los problemas fiscales del país.
Para los ojos de los demócratas, eso significa mantener bajas las tasas de interés para los pobres y la clase media, mientras se obliga a los ricos a pagar más impuestos a los ingresos.
El portavoz de la Casa Blanca Jay Carney reiteró la promesa del presidente de vetar una ley que simplemente extienda los recortes tributarios, que se crearon durante el gobierno del presidente George W. Bush.
Si los republicanos aceptan mayores impuestos para los ricos, eso abriría la puerta a acuerdos sobre una nueva ronda de recortes al gasto, incluidos los delicados programas de ayuda social, como el programa de salud Medicare para los ancianos, dicen algunos demócratas en privado.
El republicano de mayor rango en el Congreso, el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, no lo ve de esa forma. El ha afirmado durante largo tiempo que elevar los impuestos a quienes ganan más dinero dañaría a la contratación en los pequeños negocios y frenaría más a una ya lenta economía.
Como los votantes dieron a los republicanos otros dos años al frente de la Cámara baja, Boehner sostiene que sería un error que Obama llegue a la conclusión de que tiene un mandato de los votantes para subir los impuestos.
"En lugar de subir los impuestos al pueblo estadounidense y aceptar el daño que hará a nuestra economía, comencemos a solucionar el problema", dijo el sábado Boehner en un discurso radial.
"Concentrémonos en una reforma tributaria que elimine los resquicios de los intereses especiales y bajemos las tasas de interés", agregó.
El problema es que una reforma tributaria tomaría meses, si no años, en el Congreso, y los legisladores tiene apenas seis semanas para evitar el abismo fiscal mediante al menos un acuerdo de corto plazo y abordar una reforma fiscal más radical en los meses siguientes.
Un asesor demócrata de alto rango del Senado dijo que los republicanos están "subestimando el púlpito que él (Obama) tiene. El se va a concentrar en esto y sólo esto durante los próximos dos meses. Ellos están subestimando su capacidad de influir en el pueblo estadounidense" si bloquean un alza de impuestos a los ricos.
El asesor demócrata dijo que si Obama presenta un nuevo plan para evitar el abismo fiscal que incluya mayores impuestos a los ricos, "la reacción de Boehner a ese documento será el punto más importante" de la próxima pelea.
Boehner podría rechazarlo como un plan sin futuro, o podría hallar "cosas buenas y decir, 'negociemos'", sostuvo el asesor.
Un asesor republicano de alto rango del Senado sostuvo que tu partido tenía la ventaja. Si las negociaciones fracasan por el alza de impuestos a los grupos de mayores ingresos, provocando que se eleven los impuestos a todos los grupos en enero, "¿querrá Obama comenzar su nuevo mandato llevando la economía a una recesión?", se preguntó el asesor.
Con la elección terminada, los demócratas y republicanos en el Congreso esperan que Obama ofrezca nuevas ideas para lograr un acuerdo, posiblemente antes de que inicie un viaje a Myanmar el fin de semana.

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