WASHINGTON.- El Fondo Monetario Internacional
(FMI) ha instado a los países que se encuentran bajo la presión de los
mercados y se financian a costes elevados a que soliciten la ayuda de
los fondos de rescate europeos para activar así el programa de compra de
deuda puesto en marcha por el Banco Central Europeo (BCE).
"Los países bajo presión deberían implementar planes de ajuste y,
si es necesario, solicitar el apoyo apropiado del FEEF/MEDE. Esto
permitiría que el BCE interviniera usando el programa OMT establecido
recientemente", afirma en FMI en un documento elaborado para la reunión
de los ministros de Finanzas y los gobernadores de los bancos centrales del G20 de los pasados 4 y 5 de noviembre.
A este respecto, la organización subraya que, aunque la decisión
del BCE ha eliminado algunos de los principales riesgos para la
eurozona, factores de economía política pueden provocar que estos países
no soliciten ayuda a socios europeos y al BCE en el momento oportuno.
La institución dirigida por Christine Lagarde señala que, aunque se han realizado progresos, la resolución de la crisis de la eurozona requerirá una implementación política "a tiempo y decidida". El FMI avisa de que el acceso a la financiación a unos costes razonables es "esencial para permitir a las economías ajustar con éxito".
"Aunque las economías de la periferia deben continuar ajustando
sus balanzas fiscales a un ritmo que puedan soportar, en el actual
entorno frágil, adoptar las políticas correctas podría no ser suficiente
para recuperar completamente la confianza de los mercados, sobre todo
por los riesgos de implementación", recalca.
El FMI incide en que las medidas anticrisis deben ir acompañadas
por una hoja de ruta más hacia la unión bancaria y un mayor integración
fiscal para fortalecer la unión monetaria. En su opinión, esta unión
debe basarse en un mecanismo único de supervisión, un mecanismo de
resolución a nivel de la eurozona con respaldos comunes y un esquema de
garantías de depósitos para toda la unión monetaria.
Asimismo, también incide en que continuar con la implementación de
las reformas financieras, fiscales y estructurales es "esencial",
aunque reconoce que llevará aún varios años completarlas. Además, alerta
del riesgo de que la austeridad se vuelva "política y socialmente insostenible" en los países de la periferia.
Por otro lado, el FMI afirma que las recientes medidas políticas
han aliviado las tensiones financieras y las condiciones económicas
podrían haberse estabilizado. "Después de las medidas de los grandes
bancos centrales y los gobiernos de la UE, los mercados financieros han
experimentado un bienvenido respiro y hay señales de que el ritmo de
actividad ha repuntado respecto al segundo trimestre", destaca.
Sin embargo, recalca que la economía global sigue siendo
vulnerable a nuevos reveses. En concreto, apunta que el 'impasse'
político para hacer frente a los grandes desequilibrios fiscales en
Estados Unidos y Japón contribuye a la falta de claridad y lastra la
confianza empresarial, así como la débil actividad, los grandes desafios
de implementación y la frágiles condiciones financieras de la eurozona.
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