BRUSELAS.- La
Unión Europea vive otra semana de tensión con la cumbre sobre el
presupuesto 2014-2020, que se inicia el jueves bajo la presión del Reino
Unido, que exige drásticos recortes, y de los países más afectados por
la crisis, que no quieren perder las ayudas europeas.
Es "muy difícil" que se alcance un acuerdo en la cumbre de los 27
jefes de Estado y de Gobierno del 22 y 23 de noviembre, advirtió el
presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso.
"Es una negociación perdida. Absolutamente nadie saldrá contento", comentó una fuente europea.
Poner los fondos comunitarios suficientes para estimular el
crecimiento o recortar gastos en tiempos de crisis: al asunto causa
fisuras hasta en las instituciones europeas (Consejo Europeo, Comisión
Europea y Parlamento Europeo).
Siguiendo las recomendaciones de Alemania, principal contribuyente al
presupuesto común, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van
Rompuy, presentó una propuesta que recorta en casi 80.000 millones de
euros el plan de la CE, con grandes tijeretazos en los fondos de
cohesión (casi 30.000 millones de euros) y la Política Agrícola Común
(PAC), en cerca de 25.500 millones de euros.
De esa manera se busca complacer sobre todo al primer ministro
británico, David Cameron, quien ya amenazó con vetar el paquete
presupuestario en caso de que sus demandas de recortes no queden
satisfechas. Y como dijo un diplomático: "vendrá armado con un gran
cuchillo". Todos temen la intransigencia del Reino Unido, que trae un
mandato bien claro de su Parlamento para reducir el presupuesto.
Siete de los once contribuyentes netos (Reino Unido, Alemania,
Dinamarca, Suecia, Austria, Holanda y Finlandia) celebraron las
reducciones propuestas por Van Rompuy, pero pidieron aún más.
Frente a ellos, 14 países consideran que los recortes son excesivos
en lo que respecta a las ayudas regionales (entre ellos España,
Portugal, Italia y Grecia), y otros 11 en las destinadas a la
agricultura (España, Italia y sobre todo Francia).
De un lado está el grupo de 'amigos de la cohesión', liderados por
Polonia, que exhortan a que se tenga en cuenta la situación de los
países más afectados por la crisis, y del otro los más ricos, que piden
que la austeridad que se pide en las cuentas nacionales se aplique en el
presupuesto común.
El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, consideró
"inaceptable" la propuesta presentada por Van Rompuy, que llevaría a
España a perder hasta 20.000 millones de euros en ayudas. "Esperamos que
se haga otra propuesta que sea más razonable", pidió Rajoy.
El país, en plena recesión, se quedaría sin un 30% de los fondos de
cohesión para las ayudas regionales y "en torno al 17%" de los fondos
destinados a las ayudas agrícolas.
Las pérdidas serán otro golpe más para una economía española en
recesión, que acumula quince meses consecutivos de caída del PIB y tiene
a la cuarta parte de la población activa en el paro.
Francia se niega rotundamente "a perder la ayuda a la PAC", advirtió el primer ministro francés, Jean-Marc Ayrault.
En ese contexto "es casi imposible" alcanzar un acuerdo en noviembre,
señaló una fuente europea. Si bien admitió: "la falta de un acuerdo
dará una muy mala imagen nuestra".
La idea sería encontrar un punto intermedio entre el proyecto de Van
Rompuy y el de la CE, ejecutivo de la Unión Europea, que prevé un gasto
para el bloque de 27 países de más de un billón de euros para el periodo
2014-2020, dijo una fuente.
El asunto es que nadie cree que Cameron ceda. Los diputados
británicos instaron al primer ministro a endurecer el tono y exigir
recortes, a imagen de los que sufrió el presupuesto británico en el
marco de la política de ajuste. En ese contexto, los líderes se preparan
para una cumbre extraordinaria que se podría extender hasta el domingo
que viene.
La canciller alemana, Angela Merkel, considerada la voz cantante
europea, se ha mostrado conciliadora. "Naturalmente cada país tiene sus
propios intereses, está claro. Alemania, por ejemplo, tiene intereses
distintos, por una parte los de un contribuyente neto y por otra el de
los nuevos länder [los estados regionales de la exRDA], que todavía
reciben subsidios de la UE", explicó. "Por eso voy a Bruselas con la
firme intención de hacer todo lo posible para llegar a un acuerdo",
insistió.
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