domingo, 23 de diciembre de 2012

EE.UU. al borde del precipicio fiscal y el acuerdo sin lograrse

WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y los integrantes de ambas cámaras del Congreso iniciaron sus vacaciones navideñas sin haber llegado a un acuerdo para evitar el abismo fiscal. Cuando apenas faltan hoy ocho días para que finalice 2012 ni republicanos ni demócratas logran el punto de encuentro para alejar al país del borde del precipicio.

El republicano John Boehner, líder de la Cámara de Representantes, advirtió la víspera en el discurso semanal de su partido que la propuesta de Obama de subir los impuestos a las rentas más altas para compensar el déficit no será la salida.

Para Boehner, "la solución del Presidente de elevar las tasas de impuestos seguirá dejando en números rojos" las arcas públicas y se afectarán los empleos, en un momento en el que demasiados ciudadanos tienen dificultades para hallarlos.

Esta semana Boehner sufrió un duro revés en la instancia legislativa cuando fracasó su denominado Plan B, al no obtener los votos suficientes de su propia agrupación política para sancionarlo.

No obstante, insistió en que lo ofrecido por Obama hasta ahora "simplemente no resolverá nuestros problemas de gastos y llevará a nuestra nación a una deuda catastrófica".

El jefe de Estado, por su parte, expresó su impaciencia ante la falta de acuerdo, en unas breves declaraciones desde la sala de prensa de la Casa Blanca poco antes de partir con su familia a Hawai.

Obama aseguró que aún está listo y dispuesto para negociar un paquete completo, pero la falta de cooperación de ambos partidos y la fecha límite inminente significa que el Congreso tendrá que centrarse en las áreas de consenso (a partir del 27 diciembre).

El mandatario quiere que el Capitolio se enfoque en un plan que evite el incremento de los gravámenes a la clase media, proteja el seguro de desempleo para ceca de dos millones de ciudadanos y cree las bases para el crecimiento y la reducción del déficit.

"Llámenme un optimista desesperado, pero todavía creo posible alcanzar un acuerdo", enfatizó a los periodistas.

Si el añorado pacto no se alcanza antes de la última campanada de 2012, los impuestos subirán para todos los estadounidenses y se estima que las familias de clase media afrontarán, como regalo de año nuevo, un aumento promedio de impuestos de 2.200 dólares anuales.

Lo anterior se une a un escenario donde también rondará el fantasma de una nueva recesión.

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