MADRID.- España está dispuesta a aceptar que el Banco Central Europeo
(BCE) asuma de manera "gradual" competencias para supervisar a las
alrededor de 6.000 entidades de crédito que hay en la 'eurozona', pero
rechaza que ciertos bancos puedan quedar excluidos de esta supervisión,
como defiende Alemania.
Así lo ha expuesto el secretario de Estado para la UE, Iñigo
Méndez de Vigo, en la Comisión Mixta para la UE que conforman diputados y
senadores, ante la que ha presentado los temas que centrarán los
debates de la próxima reunión de líderes europeos los días 13 y 14 de
diciembre.
El calendario y los detalles de la puesta en marcha de un
supervisor único para la banca europea será uno de los temas que aborde
el Consejo Europeo después de que ayer los ministros de Economía
de los Veintisiete fracasaran en su intento de lograr un acuerdo sobre
la norma que encomienda al BCE la supervisión de todos los bancos de la
eurozona por las reticencias de países como Alemania, Suecia y Reino Unido.
Méndez de Vigo ha explicado que a España no le parece aceptable "que ahora se establezcan excepciones en la supervisión bancaria en algunos países, que es lo que está en el horizonte".
El Gobierno de Mariano Rajoy, ha explicado, acepta que el BCE
asuma de manera "gradual" competencias de supervisión de las entidades
europeas, empezando por "aquellas de los países que estén con un programa de rescate" y por las que tengan un "riesgo sistémico".
España defiende que sea el BCE el "responsable último" de
la supervisión de la banca europea, aunque entiende que las autoridades
nacionales de supervisión también tienen un papel que jugar.
"Pero no es aceptable --ha insistido-- que se excluya a
determinadas entidades de crédito por no sé qué características
especiales".
El portavoz socialista en la Comisión, Juan Moscoso, ha coincidido
con el secretario de Estado en la necesidad de que el BCE tenga la
responsabilidad última en materia de supervisión bancaria, también sobre
las cajas alemanas, que tienen "muchos problemas".
La creación de un supervisor único es la condición previa para que
el fondo de rescate recapitalice directamente a los bancos con
problemas y el primer paso para crear una unión bancaria en la eurozona.
Los principales obstáculos que impidieron ayer el acuerdo fueron
el número de bancos que quedarán bajo control del BCE, la separación
entre la política monetaria y las tareas de supervisión y la
participación en el supervisor único de los países del fuera del euro.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, rechazó ayer
que el BCE supervise a las 6.000 entidades de la eurozona y reclamó que
los bancos más pequeños queden bajo control de las autoridades
nacionales.
Alemania está dispuesta a aceptar que el BCE asuma el
control de cualquier banco pequeño si detecta problemas, pero quiere
que, en general, para los bancos pequeños, la responsabilidad se deje en
manos de las instituciones nacionales.
Con el fin de intentar limar estas diferencias antes del Consejo Europeo, la presidencia chipriota ha convocado un nuevo Ecofin extraordinario para el 12 de diciembre, justo antes de la cumbre.
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