miércoles, 5 de diciembre de 2012

España acepta una aplicación gradual del supervisor bancario

MADRID.- España está dispuesta a aceptar que el Banco Central Europeo (BCE) asuma de manera "gradual" competencias para supervisar a las alrededor de 6.000 entidades de crédito que hay en la 'eurozona', pero rechaza que ciertos bancos puedan quedar excluidos de esta supervisión, como defiende Alemania.

   Así lo ha expuesto el secretario de Estado para la UE, Iñigo Méndez de Vigo, en la Comisión Mixta para la UE que conforman diputados y senadores, ante la que ha presentado los temas que centrarán los debates de la próxima reunión de líderes europeos los días 13 y 14 de diciembre.
   El calendario y los detalles de la puesta en marcha de un supervisor único para la banca europea será uno de los temas que aborde el Consejo Europeo después de que ayer los ministros de Economía de los Veintisiete fracasaran en su intento de lograr un acuerdo sobre la norma que encomienda al BCE la supervisión de todos los bancos de la eurozona por las reticencias de países como Alemania, Suecia y Reino Unido.
   Méndez de Vigo ha explicado que a España no le parece aceptable "que ahora se establezcan excepciones en la supervisión bancaria en algunos países, que es lo que está en el horizonte".
   El Gobierno de Mariano Rajoy, ha explicado, acepta que el BCE asuma de manera "gradual" competencias de supervisión de las entidades europeas, empezando por "aquellas de los países que estén con un programa de rescate" y por las que tengan un "riesgo sistémico".
   España defiende que sea el BCE el "responsable último" de la supervisión de la banca europea, aunque entiende que las autoridades nacionales de supervisión también tienen un papel que jugar.
   "Pero no es aceptable --ha insistido-- que se excluya a determinadas entidades de crédito por no sé qué características especiales".
   El portavoz socialista en la Comisión, Juan Moscoso, ha coincidido con el secretario de Estado en la necesidad de que el BCE tenga la responsabilidad última en materia de supervisión bancaria, también sobre las cajas alemanas, que tienen "muchos problemas".
   La creación de un supervisor único es la condición previa para que el fondo de rescate recapitalice directamente a los bancos con problemas y el primer paso para crear una unión bancaria en la eurozona.
   Los principales obstáculos que impidieron ayer el acuerdo fueron el número de bancos que quedarán bajo control del BCE, la separación entre la política monetaria y las tareas de supervisión y la participación en el supervisor único de los países del fuera del euro.
   El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, rechazó ayer que el BCE supervise a las 6.000 entidades de la eurozona y reclamó que los bancos más pequeños queden bajo control de las autoridades nacionales.
   Alemania está dispuesta a aceptar que el BCE asuma el control de cualquier banco pequeño si detecta problemas, pero quiere que, en general, para los bancos pequeños, la responsabilidad se deje en manos de las instituciones nacionales.
   Con el fin de intentar limar estas diferencias antes del Consejo Europeo, la presidencia chipriota ha convocado un nuevo Ecofin extraordinario para el 12 de diciembre, justo antes de la cumbre.

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