sábado, 1 de diciembre de 2012

La presidenta de Brasil veta partes de la ley de regalías petroleras

BRASILIA.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, vetó esta semana partes de una controvertida ley de regalías que enfrenta a los estados productores de crudo con el resto del país en una batalla por el futuro de la riqueza petrolera.

Buscando un compromiso en tal vez uno de los temas más controvertidos que han surgido durante los casi dos años que lleva en la presidencia, Rousseff vetó cláusulas que reducirían los ingresos de los principales estados petroleros de Brasil, incluido Río de Janeiro.
Su veto cambia la ley para que los estados productores sigan recibiendo las regalías por la producción de las concesiones petroleras existentes.
La presidenta promulgó la mayor parte del resto de la ley como fue aprobada a inicios de este mes por el Congreso, con una redistribución de las regalías de todas las futuras concesiones de petróleo para que los estados no productores consigan una mayor participación.
Al anunciarlo el viernes por la tarde, la jefa de Gabinete de Rousseff, Gleisi Hoffmann, dijo que el veto de la presidenta buscaba "proteger plenamente los contratos existentes", al tiempo que garantiza la intención de la ley de redistribuir la creciente riqueza petrolera de Brasil.
La legislación, aprobada con el apoyo abrumador de los estados sin producción de petróleo, es un esfuerzo por distribuir los ingresos de manera más uniforme en todo el país ante los enormes nuevos descubrimientos mar adentro cerca de Rio de Janeiro y otros estados del sudeste que comenzarán a producir en los próximos años.
Los nuevos descubrimientos, si se desarrollan con éxito, podrían catapultar a Brasil como uno de los principales productores mundiales de petróleo.
Los cambios de Rousseff también obligan a que todas las regalías de los futuros contratos de producción sean utilizados para financiar programas educativos.
El cambio, que arrebata fondos a los políticos locales y sus proyectos favoritos en los estados productores, es importante para el gobierno izquierdista de Rousseff, que se ha centrado en los continuos esfuerzos para erradicar la pobreza en el país más grande de América Latina.
La nueva ley también es crucial para la industria petrolera de Brasil, que ha sido obstaculizada en los últimos años por la incertidumbre regulatoria que rodea a los nuevos descubrimientos.
Las subastas de nuevas concesiones petroleras, por ejemplo, han estado en suspenso hasta que se decidiera un nuevo marco de regalías.
Las concesiones son necesarias para que Brasil desarrolle nuevos descubrimientos tan pronto como sea posible, especialmente en momentos en que la estatal Petrobras, socio obligatorio en los nuevos campos grandes, está luchando con cumplir con las metas de producción existentes.
Pero una disposición en el proyecto de ley original para cambiar las regalías sobre las concesiones existentes encontró una dura oposición en Río, responsable de tres cuartas partes de la producción actual de petróleo de Brasil, y de otros estados productores como Espirito Santo y Sao Paulo.
El lunes, miles de manifestantes se unieron a una protesta organizada por las autoridades de Río para instar a Rousseff a vetar el proyecto de ley.
La ley revisada marca, entonces, una victoria para los estados productores.
Renato Casagrande, gobernador de Espirito Santo, dijo el viernes que, con su veto, Rousseff "actuó coherente y valientemente" preservando "la seguridad jurídica" en Brasil. Su colega de Río de Janeiro, Sergio Cabral, señaló en un comunicado que "Río agradece a la presidenta Dilma" por la decisión tomada.
Rousseff misma se oponía a la ley original, en parte porque los estados productores de petróleo habían amenazado con ir a la Corte Suprema para desafiar cualquier alteración a los contratos existentes.
La ley fue aprobada hace un año por el Senado pero quedó frenada en la Cámara de Diputados por la oposición de Rousseff y de los estados productores de petróleo. El proyecto había estado discutiéndose desde el 2007, cuando Brasil descubrió las reservas subsal.
Junto al veto, Rousseff revisóel porcentaje que los gobiernoes federal, estatal y municipal recibirán de la producción futura.
Bajo esos cambios, los estados productores recibirán el 20 por ciento de las regalías de los nuevos yacimientos, menos que el 26,5 por ciento actual. Los gobiernos municipales de áreas productivas recibirán el 15 por ciento, mientras que la porción del Gobierno federal caerá del 30 al 20 por ciento el año próximo.
Los estados no productores verán un incremento gradual de su participación en las regalías de los futuros contratos desde el 1,75 por ciento actual al 27 por ciento en el 2019.

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