BRUSELAS.- Los ministros de Economía de los Veintisiete
han fracasado en su intento de lograr un acuerdo sobre la norma que
encomienda al Banco Central Europeo (BCE) la supervisión de todos los bancos de la eurozona por las reticencias de países como Alemania, Suecia y Reino Unido.
La creación de un supervisor único es la condición previa para que
el fondo de rescate recapitalice directamente a los bancos con
problemas y el primer paso para crear una unión bancaria en la eurozona.
El ministro de Finanzas chipriota, Vassos Shiarly, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, ha sostenido que "nos acercamos a un acuerdo" y que "sólo es cuestión de un poco más de tiempo".
Por ello, ha convocado un nuevo Ecofin extraordinario para el 12 de
diciembre, justo antes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de
la UE.
Los principales obstáculos que han impedido el acuerdo son el
número de bancos que quedarán bajo control del BCE, la separación entre
la política monetaria y las tareas de supervisión y la participación en
el supervisor único de los países del fuera del euro.
España, Francia, Portugal e Italia han resaltado la "urgencia" de
alcanzar un pacto y cumplir el compromiso de los líderes europeos de
aprobar la norma antes de que acabe el año. "Tenemos que enviar un
mensaje claro a nuestros ciudadanos y al mercado de que cumplimos
nuestros compromisos. De lo contrario, temo que la incertidumbre puede
aumentar de nuevo", ha avisado el ministro de Economía, Luis de Guindos,
durante el debate.
En contraste, Alemania y Austria han insistido en que es mucho más
importante la "calidad" de la norma que cumplir el calendario.
El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha rechazado que el Banco Central Europeo
(BCE) supervise a las 6.000 entidades de la eurozona y ha reclamado que
los bancos más pequeños queden bajo control de las autoridades
nacionales.
Para Schäuble "será muy difícil que el parlamento alemán lo
apruebe si se deja la supervisión de todos los bancos alemanes en manos
del supervisor europeo".
"Nadie cree que pueda funcionar, nadie cree que
ninguna institución europea sea capaz de supervisar rápidamente a 6.000
bancos, ni siquiera en esta década", ha señalado.
Alemania está dispuesto a aceptar que el BCE asuma el control de
cualquier banco pequeño si detecta problemas, pero quiere que, en
general, para los bancos pequeños, "la responsabilidad se deje en manos de las instituciones nacionales".
"Es algo muy importante para nosotros. En caso contrario no tendremos una solución", ha insistido Schäuble.
Por su parte, España y Francia han insistido en que el BCE debe
tener la responsabilidad última sobre todas las entidades para evitar un
sistema "a dos velocidades".
"A veces, las pequeñas entidades pueden producir contagio", ha sostenido Guindos. "Los problemas en Europa no vienen únicamente o principalmente de los bancos considerados sistémicos", ha abundado su homólogo francés, Pierre Moscovici.
No obstante, tanto París como Madrid se han mostrado abiertos a
aceptar una solución de compromiso para acomodar las preocupaciones de
Alemania y otros países.
Por su parte, el vicepresidente del BCE, Vítor Constâncio, ha
puesto como ejemplo el sistema vigente en Estados Unidos, donde la
Reserva Federal supervisa directamente a todas las entidades con activos
superiores a 50.000 millones de dólares, mientras que "los bancos más pequeños son supervisados por los componentes regionales del sistema federal".
"No debería ser muy diferente de esto en nuestro caso", ha defendido.
Eso sí, Constâncio ha reclamado que el BCE tenga poderes para
asumir una supervisión más directa de cualquier banco cuando lo
considere necesario y que exista un manual con reglas comunes de
supervisión para toda la UE.
Alemania exige además en la nueva norma una "muralla china"
para separar la política monetaria y la supervisión dentro del BCE ya
que, en opinión de Berlín, sólo así se garantizará la independencia de
la autoridad monetaria.
"La decisión final (sobre supervisión) no puede dejarse al consejo de gobierno del BCE", ha sostenido Schäuble. Como el Tratado señala que sólo este órgano puede tomar decisiones en el BCE, Berlín defiende una "solución interina" y preparar un "cambio técnico" del Tratado. El ministro sueco, Anders Borg, y el polaco, Jacek Rostowski, han expresado preocupaciones similares.
Por su parte, el representante británico, Greg Clark, ha reclamado
modificar las reglas de voto en la Autoridad Bancaria Europea, el
órgano que fija los estándares técnicos para todas las entidades, para
evitar una discriminación de los países que no forman parte de la
eurozona.
"Las modalidades de voto deben cambiarse para garantizar que los
no participantes (en el supervisor único) queden en una situación de
desventaja. No podemos aceptar una situación en que los Estados miembros
no participantes queden sistemáticamente en minoría en cuestiones de
interés fundamental para ellos", ha resaltado Clark.
Londres apoya que las decisiones en la Autoridad Bancaria se tomen
a partir de ahora por un sistema de doble mayoría. Es decir, un acuerdo
sólo podrá adoptarse si cuenta con el apoyo tanto de la mayoría de los
países de la eurozona como de los que no participan en la moneda única.
Pero Schäuble y otros ministros de la eurozonan ha rechazado esta
solución por considerar que no puede tolerarse que unos Estados miembros
tengan más derechos que otros.
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