martes, 4 de diciembre de 2012

Los 27 fracasan en su intento de aprobar el nuevo supervisor único para la banca

BRUSELAS.-   Los ministros de Economía de los Veintisiete han fracasado en su intento de lograr un acuerdo sobre la norma que encomienda al Banco Central Europeo (BCE) la supervisión de todos los bancos de la eurozona por las reticencias de países como Alemania, Suecia y Reino Unido.

   La creación de un supervisor único es la condición previa para que el fondo de rescate recapitalice directamente a los bancos con problemas y el primer paso para crear una unión bancaria en la eurozona.
   El ministro de Finanzas chipriota, Vassos Shiarly, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, ha sostenido que "nos acercamos a un acuerdo" y que "sólo es cuestión de un poco más de tiempo". Por ello, ha convocado un nuevo Ecofin extraordinario para el 12 de diciembre, justo antes de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE.
   Los principales obstáculos que han impedido el acuerdo son el número de bancos que quedarán bajo control del BCE, la separación entre la política monetaria y las tareas de supervisión y la participación en el supervisor único de los países del fuera del euro.
   España, Francia, Portugal e Italia han resaltado la "urgencia" de alcanzar un pacto y cumplir el compromiso de los líderes europeos de aprobar la norma antes de que acabe el año. "Tenemos que enviar un mensaje claro a nuestros ciudadanos y al mercado de que cumplimos nuestros compromisos. De lo contrario, temo que la incertidumbre puede aumentar de nuevo", ha avisado el ministro de Economía, Luis de Guindos, durante el debate.
   En contraste, Alemania y Austria han insistido en que es mucho más importante la "calidad" de la norma que cumplir el calendario.
   El ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, ha rechazado que el Banco Central Europeo (BCE) supervise a las 6.000 entidades de la eurozona y ha reclamado que los bancos más pequeños queden bajo control de las autoridades nacionales.
   Para Schäuble "será muy difícil que el parlamento alemán lo apruebe si se deja la supervisión de todos los bancos alemanes en manos del supervisor europeo". 
"Nadie cree que pueda funcionar, nadie cree que ninguna institución europea sea capaz de supervisar rápidamente a 6.000 bancos, ni siquiera en esta década", ha señalado.
   Alemania está dispuesto a aceptar que el BCE asuma el control de cualquier banco pequeño si detecta problemas, pero quiere que, en general, para los bancos pequeños, "la responsabilidad se deje en manos de las instituciones nacionales".
"Es algo muy importante para nosotros. En caso contrario no tendremos una solución", ha insistido Schäuble.
   Por su parte, España y Francia han insistido en que el BCE debe tener la responsabilidad última sobre todas las entidades para evitar un sistema "a dos velocidades".
 "A veces, las pequeñas entidades pueden producir contagio", ha sostenido Guindos. "Los problemas en Europa no vienen únicamente o principalmente de los bancos considerados sistémicos", ha abundado su homólogo francés, Pierre Moscovici.
   No obstante, tanto París como Madrid se han mostrado abiertos a aceptar una solución de compromiso para acomodar las preocupaciones de Alemania y otros países.
   Por su parte, el vicepresidente del BCE, Vítor Constâncio, ha puesto como ejemplo el sistema vigente en Estados Unidos, donde la Reserva Federal supervisa directamente a todas las entidades con activos superiores a 50.000 millones de dólares, mientras que "los bancos más pequeños son supervisados por los componentes regionales del sistema federal".
   "No debería ser muy diferente de esto en nuestro caso", ha defendido.
   Eso sí, Constâncio ha reclamado que el BCE tenga poderes para asumir una supervisión más directa de cualquier banco cuando lo considere necesario y que exista un manual con reglas comunes de supervisión para toda la UE.
   Alemania exige además en la nueva norma una "muralla china" para separar la política monetaria y la supervisión dentro del BCE ya que, en opinión de Berlín, sólo así se garantizará la independencia de la autoridad monetaria.
   "La decisión final (sobre supervisión) no puede dejarse al consejo de gobierno del BCE", ha sostenido Schäuble. Como el Tratado señala que sólo este órgano puede tomar decisiones en el BCE, Berlín defiende una "solución interina" y preparar un "cambio técnico" del Tratado. El ministro sueco, Anders Borg, y el polaco, Jacek Rostowski, han expresado preocupaciones similares.
   Por su parte, el representante británico, Greg Clark, ha reclamado modificar las reglas de voto en la Autoridad Bancaria Europea, el órgano que fija los estándares técnicos para todas las entidades, para evitar una discriminación de los países que no forman parte de la eurozona.
   "Las modalidades de voto deben cambiarse para garantizar que los no participantes (en el supervisor único) queden en una situación de desventaja. No podemos aceptar una situación en que los Estados miembros no participantes queden sistemáticamente en minoría en cuestiones de interés fundamental para ellos", ha resaltado Clark.
   Londres apoya que las decisiones en la Autoridad Bancaria se tomen a partir de ahora por un sistema de doble mayoría. Es decir, un acuerdo sólo podrá adoptarse si cuenta con el apoyo tanto de la mayoría de los países de la eurozona como de los que no participan en la moneda única.
   Pero Schäuble y otros ministros de la eurozonan ha rechazado esta solución por considerar que no puede tolerarse que unos Estados miembros tengan más derechos que otros.

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