ROMA.- El primer ministro italiano en funciones, Mario Monti,
dijo este domingo que el próximo gobierno del país no debe hacer promesas
electorales fáciles ni dar marcha atrás en el camino de reformas
emprendido por su Gobierno tecnócrata.
"Hemos de evitar pasos ilusorios y extremadamente
peligrosos hacia atrás", dijo Monti en la tradicional rueda de prensa de
final de año.
Monti, quien dimitió el viernes, enumeró una serie de
reformas que el ganador de las elecciones del 24-25 de febrero debería
abordar, como una simplificación más avanzada de las leyes laborales
tras la modificación ya realizada por Monti, y una reforma del sistema
legal.
El ex comisario europeo defendió el trabajo de su
gobierno y dijo que no había podido aceptar la oferta de su predecesor,
Silvio Berlusconi, de liderar a la centroderecha en las elecciones.
También señaló que se ve "incapaz de comprender" los
frecuentes cambios de postura de Berlusconi, pasando de los elogios a
las duras críticas a su Gobierno.
El primer ministro italiano en funciones, Mario Monti,
indica en una entrevista en un diario publicada hoy domingo que
probablemente no se presentará a las elecciones de febrero, pero
intentará convencer al ganador de que complete las reformas que su
Gobierno ha iniciado.
Monti, que se espera ponga fin a semanas de
especulaciones sobre su futuro político en una rueda de prensa este
domingo por la mañana, dijo al diario La Repubblica que aprovecharía la
conferencia para presentar una lista de reformas que el próximo Gobierno
debería aplicar con urgencia.
Cuando se le preguntó si se presentaría como candidato a
primer ministro para una alianza centrista, como se ha especulado,
respondió: "Aún no lo sé, pero algo me dice que no". La citada entrevista se realizó ayer sábado.
El ex comisario europeo dijo saber que el presidente,
Giorgio Napolitano, que le nombró hace un año para liderar un Gobierno
no electo que salvara a Italia de la crisis financiera, preferiría que
no se presentara en los comicios del 24-25 de febrero.
Monti también expresó sus dudas sobre el atractivo
electoral de los partidos centristas que esperan poder utilizar su
nombre, y dijo estar preocupado por las políticas probables de la
coalición de centroizquierda que se espera gane las elecciones, porque
podrían irse demasiado a la izquierda.
Hablando sobre el centroderecha, Monti dijo que "nunca"
se aliaría con Silvio Berlusconi, su predecesor como primer ministro.
Dijo creer que el apoyo a Berlusconi en las urnas
ascendería en torno al 20%, respecto al 16 que le dan ahora
las encuestas, pese "al daño que hizo a la economía italiana y a la
credibilidad del país".
Aunque no aclaró su propio papel en las elecciones,
diciendo que tenía previsto "consultarlo con la almohada", confirmó ayer
sábado por la noche que propondría "un programa que creo debe realizarse
en los primeros 100 días del próximo Gobierno" en su conferencia de
prensa del domingo.
Buena parte de ese programa incluirá propuestas para
completar reformas que él ha intentado aprobar, pero que fueron
suavizadas o naufragaron ante la amplia coalición de izquierda y derecha
que le respaldó en el Parlamento.
Su hoja de ruta pedirá mejor legislación contra la
corrupción, desrregulación para fomentar la competencia, una reducción
del hinchado aparato político, una reforma del estado de bienestar y,
"por encima de todo", inversión en educación e investigación, dijo
Monti.
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