ROMA.- La introducción de un impuesto sobre el patrimonio, un salario mínimo
y la construcción de una Europa más integrada y solidaria son puntos
del programa del dimisionario presidente del Gobierno italiano, Mario
Monti, que espera que una o más fuerzas políticas lo adopten en su
campaña electoral.
Monti expresó ayer su principal condición para poder ser presidente
del Gobierno tras las elecciones del 24 y 25 de febrero: "Que una o
varias fuerzas políticas apoyen mi agenda".
Horas después se colgaba en Internet la anunciada "agenda Monti", un
documento de 25 páginas bajo el título "Cambiar Italia. Reformar Europa
por un empeño común", un verdadero programa electoral con medidas para
evitar en el futuro que el país vuelva a caer en la crisis y propuestas
para mejorar la Unión Europea.
Monti había indicado ayer en la rueda de prensa que certificó su
disponibilidad para repetir su experiencia como presidente del Gobierno
que no quiere presentarse con uno u otro partido, sino que quiere que
sean las fuerzas sociales las que recojan sus ideas.
"Si después algunas fuerzas políticas manifiestan el propósito de
presentarme como presidente del Ejecutivo, lo evaluaré y podría decir
que sí", aclaró.
El excomisario europeo ha elegido esta fórmula para explicar su
disponibilidad ante las elecciones, ya que, como recordó, no puede
presentarse candidato en las listas electorales pues ocupa ya un escaño
en el Parlamento como senador vitalicio.
Y como era de esperar, las fuerzas centristas apoyaron plenamente la agenda programática.
Tanto Futuro y Libertad de Gianfranco Fini, exsocio en el Gobierno de
Silvio Berlusconi, como la Unión de Demócratas Cristianos y de Centro
de Pierferdinando Casini han asegurado que adoptarán el programa de
Monti.
También el presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo,
principal promotor de la candidatura de Monti y fundador del movimiento
Italia Futura ha asegurado que los puntos de la agenda del ex primer
ministro coinciden totalmente con los de su formación y que "hará todo
lo que sirve".
Pero además son ya varios políticos los que se han mostrado
dispuestos a abandonar sus formaciones actuales para adherirse a una
futura lista que apoye a Monti como presidente del Gobierno.
Los dos principales partidos políticos del país, el conservador
Pueblo de la Libertad (PDL) de Silvio Berlusconi y el progresista
Partido Demócrata (PD) no parecen dispuestos a firmar futuras alianzas
con el movimiento a favor de Monti tras las elecciones.
Según los últimos sondeos, una coalición de partidos centristas con
Monti como líder podría conseguir el 15 por ciento de los consensos en
las próximos comicios, por lo que tendría que aliarse con otros partidos
si quiere gobernar.
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