MADRID.- El presidente del Gobierno español se ha
ganado a regañadientes el respeto en su país y ante algunos mandatarios
extranjeros por retrasar la petición de un rescate de la Unión Europea
(UE).
Rajoy ha resistido una inmensa presión por parte de la
Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario
Internacional (FMI), líderes empresariales españoles e incluso su propio
Ejecutivo, mientras busca el momento político perfecto para pedir la
ayuda.
Aunque hace tiempo que se construyó una reputación de
prudente en su ascenso desde registrador de la propiedad hasta liderar
el Partido Popular de centroderecha, Rajoy solo ha podido retrasar el
rescate porque la promesa del BCE de intervenir y apoyar los precios de
los bonos españoles ha limitado los costes de financiación del país
desde el verano.
Como resultado, Rajoy se encuentra bajo una presión
menor que hace seis meses, cuando se produjo una venta masiva de bonos
soberanos: España aún puede financiarse en los mercados, el presidente
ha seguido con sus impopulares recortes de presupuesto a pesar de la
recesión y su partido ha capeado varias elecciones regionales sin sufrir
el tipo de respuesta negativa de sus votantes que temían si se les veía
en manos de Bruselas.
Pero la jugada ha sido arriesgada.
Con una profunda contracción de la economía, una tasa
del 25 por ciento de paro y la limitada paciencia de los inversores en
bonos, Rajoy puede perder la oportunidad de utilizar el recurso de los
fondos de emergencia de manera controlada, mientras los mercados se
mantienen en relativa calma.
Si se ve forzado a pedir la ayuda por un repentino
deterioro en las condiciones del mercado de bonos, las finanzas de
España podrían entrar rápidamente en una espiral de caos que haría
incluso más caro el rescate de la cuarta economía de la eurozona por
parte de Alemania y otros países europeos.
Rajoy está calibrando los límites de la elección del
momento del rescate al tiempo que intenta evitar el destino de los
dirigentes de Portugal, Grecia e Irlanda, que se vieron forzados a
abandonar sus puestos tras aceptar la ayuda a cambio de unas severas
condiciones impuestas por los acreedores.
Si consigue quitarse de encima en el Parlamento la
mayoría del trabajo sucio - sus impopulares recortes del gasto y las
reformas en el ámbito laboral- antes de pedir un rescate, Rajoy podrá
decir a los españoles que ha sacado adelante un 'rescate suave', sin las
dramáticas condiciones de Bruselas y Berlín.
Las medidas de austeridad de Rajoy durante su primer
año de Gobierno han desencadenado protestas y huelgas en diferentes
profesiones, desde conductores de metro a doctores, aunque la mayoría
absoluta de la que dispone en el Congreso le permite mantener el curso
de los recortes presupuestarios.
Francia, recelosa de su potencial vulnerabilidad ante
los mercados de deuda, ha presionado a Rajoy para que pida el rescate en
los últimos meses. Sin embargo, el presidente español se ha unido a la
titubeante posición de Alemania, donde la canciller Angela Merkel se
muestra reacia a forzar otro rescate europeo a través del Bundestag
mientras se centra en su reelección del próximo mes de septiembre.
"Rajoy no se enfrentaba a un frente unificado que le
empujase en la misma dirección", dijo un alto cargo de la Unión Europea
que habló bajo condición de anonimato. "Eso le hizo más fácil permanecer
en su posición".
"Probablemente acertó en hacer eso", añadió,
cuestionando que aunque un rescate anterior podría haber rebajado el
diferencial, o la prima sobre los bonos alemanes que España paga para
financiarse, Rajoy podría haberse enfrentado a una mayor indignación
popular y otros problemas.
"Probablemente los diferenciales habrían bajado si el
BCE hubiese intervenido", dijo el alto cargo. "Pero hubiese habido que
pagar otros cosas, política y económicamente".
Tantos meses hablando sobre el rescate significa que
cuando llegue no será tan traumático para los españoles como lo hubiese
sido hace un año.
En la escena europea, Rajoy también puede beneficiarse
de las apariciones de voces poderosas como la directora gerente del
Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, que cuestionan la
sensatez de recortes drásticos que podrían agravar la recesión de
España. Y mientras ha evitado un rescate, Europa se ha encaminado hacia
una unión bancaria que puede beneficiar a Madrid, ofreciendo más apoyo
compartido para sus bancos.
En febrero, la Comisión Europea decidirá si las
desesperadas circunstancias económicas de España merecen darle más
tiempo al país para cumplir con el objetivo del déficit público del 3
por ciento de su PIB o menos, lo que está previsto que se alcance en
2014.
José de Areilza, profesor en la escuela ESADE, dijo que
tras los primeros errores de Rajoy, su comunicación con los líderes
europeos ha mejorado: "La negociación con Bruselas es más sofisticada de
lo que parece, y en este punto están negociando un no-rescate o una
línea de crédito que con suerte España no usaría"
Los economistas consultados consideran que es
complicado calibrar lo que le ha costado al Gobierno retrasar el
rescate, pues no está claro cuánto habrían bajado los costes de
financiación si Rajoy hubiese solicitado la ayuda del Mecanismo Europeo
de Estabilidad (MEDE), lo que habría desencadenado a su vez el plan del
BCE para comprar bonos españoles en el mercado.
El riesgo país de España, el diferencial que los
inversores exigen para comprar bonos españoles a 10 años comparados con
los mismos bonos de Alemania, alcanzó el miércoles un mínimo de dos
meses, situándose en 380 puntos básicos, muy lejos de los más de 600
tocados en julio.
Sin embargo, Rajoy no se libra de las críticas. Algunos
ven más una cuestión de suerte que un éxito de estrategia en la bajada
del diferencial.
José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney con
sede en Madrid, dijo que el presidente se había quedado sin buenas
opciones. Una petición de rescate ahora mismo tiene poco sentido dado
que el BCE se ha negado a cumplir con las demandas de Rajoy de
garantizar a España la compra de bonos hasta dejar el diferencial en
torno a los 250 puntos básicos.
Pero si Rajoy no reacciona antes de que sea demasiado
tarde, forzado por una gran salida de los inversores de los mercados, el
BCE se podría ver obligado a comprar más deuda española de la que
desea: "Es cierto que Rajoy está en una posición más ventajosa que la de
hace seis meses", dijo Díez. "Pero si miras la historia de las crisis
de deuda, solo se han resuelto actuando rápido al principio".
Altos cargos españoles dicen que, ante la disyuntiva de
hacer más recortes o acudir a un rescate, Rajoy finalmente optaría por
lo último. Pero, de nuevo, a su propio ritmo.
"No le gusta tomar decisiones en un estado de
ansiedad", dijo una fuente próxima a Rajoy, que pidió no ser nombrada.
"Existe un riesgo, pero está dispuesto a afrontarlo".
El propio Rajoy ha señalado las dudas sobre los
beneficios de un rescate, asegurando que el mecanismo europeo no está
probado y puede no funcionar. Esta semana ha mantenido su senda
enigmática sobre la petición del rescate, negándose a confirmar si
finalmente la hará.
"Hemos tomado la decisión de no pedirlo, lo que no
significa que no tomemos la decisión de pedirlo en el futuro", dijo el
miércoles ante el Congreso.
Rajoy no solo debe considerar sus prioridades políticas en casa, sino también el calendario político europeo.
Varios analistas dijeron que si el presidente español
juega la carta del rescate mientras Merkel está inmersa en la campaña
electoral para los comicios alemanes de septiembre, la canciller podría
tener que negociar un complicado y público acuerdo sobre las condiciones
que calmase a sus votantes conservadores, que están en contra de
rescatar a los países del sur de Europa.
Y si no se materializa el rescate, la deuda española
podría verse degradada hasta nivel especulativo. Las agencias de
calificación han situado a España al borde de ese escalón e,
implícitamente, demoran la degradación porque creen que el rescate está a
la vista.
Muchos dirigentes de empresas españoles se quejan de
haber pagado un alto precio por el retraso. Bloqueadas en los mercados
de deuda, algunas han tenido que vender activos para aliviar su deuda y
mantenerse solventes.
Sin embargo, otros apuntan a una positiva balanza de
pagos de España con el resto de Europa -una medición que incluye
comercio, inversión y transacciones financieras- y una mejora en la
productividad como síntomas de que Rajoy aún puede permitirse esperar.
"Rajoy ha sido inteligente al retrasar la petición de
un rescate", dijo un banquero español en privado. "Ahora estamos
intentando salir del paso", concluyó.
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