domingo, 23 de diciembre de 2012

Rajoy se beneficia de sus tácticas nada arriesgadas en España

MADRID.- El presidente del Gobierno español se ha ganado a regañadientes el respeto en su país y ante algunos mandatarios extranjeros por retrasar la petición de un rescate de la Unión Europea (UE).

Rajoy ha resistido una inmensa presión por parte de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI), líderes empresariales españoles e incluso su propio Ejecutivo, mientras busca el momento político perfecto para pedir la ayuda.
Aunque hace tiempo que se construyó una reputación de prudente en su ascenso desde registrador de la propiedad hasta liderar el Partido Popular de centroderecha, Rajoy solo ha podido retrasar el rescate porque la promesa del BCE de intervenir y apoyar los precios de los bonos españoles ha limitado los costes de financiación del país desde el verano.
Como resultado, Rajoy se encuentra bajo una presión menor que hace seis meses, cuando se produjo una venta masiva de bonos soberanos: España aún puede financiarse en los mercados, el presidente ha seguido con sus impopulares recortes de presupuesto a pesar de la recesión y su partido ha capeado varias elecciones regionales sin sufrir el tipo de respuesta negativa de sus votantes que temían si se les veía en manos de Bruselas.
Pero la jugada ha sido arriesgada.
Con una profunda contracción de la economía, una tasa del 25 por ciento de paro y la limitada paciencia de los inversores en bonos, Rajoy puede perder la oportunidad de utilizar el recurso de los fondos de emergencia de manera controlada, mientras los mercados se mantienen en relativa calma.
Si se ve forzado a pedir la ayuda por un repentino deterioro en las condiciones del mercado de bonos, las finanzas de España podrían entrar rápidamente en una espiral de caos que haría incluso más caro el rescate de la cuarta economía de la eurozona por parte de Alemania y otros países europeos.
Rajoy está calibrando los límites de la elección del momento del rescate al tiempo que intenta evitar el destino de los dirigentes de Portugal, Grecia e Irlanda, que se vieron forzados a abandonar sus puestos tras aceptar la ayuda a cambio de unas severas condiciones impuestas por los acreedores.
Si consigue quitarse de encima en el Parlamento la mayoría del trabajo sucio - sus impopulares recortes del gasto y las reformas en el ámbito laboral- antes de pedir un rescate, Rajoy podrá decir a los españoles que ha sacado adelante un 'rescate suave', sin las dramáticas condiciones de Bruselas y Berlín.
Las medidas de austeridad de Rajoy durante su primer año de Gobierno han desencadenado protestas y huelgas en diferentes profesiones, desde conductores de metro a doctores, aunque la mayoría absoluta de la que dispone en el Congreso le permite mantener el curso de los recortes presupuestarios.
Francia, recelosa de su potencial vulnerabilidad ante los mercados de deuda, ha presionado a Rajoy para que pida el rescate en los últimos meses. Sin embargo, el presidente español se ha unido a la titubeante posición de Alemania, donde la canciller Angela Merkel se muestra reacia a forzar otro rescate europeo a través del Bundestag mientras se centra en su reelección del próximo mes de septiembre.
"Rajoy no se enfrentaba a un frente unificado que le empujase en la misma dirección", dijo un alto cargo de la Unión Europea que habló bajo condición de anonimato. "Eso le hizo más fácil permanecer en su posición".
"Probablemente acertó en hacer eso", añadió, cuestionando que aunque un rescate anterior podría haber rebajado el diferencial, o la prima sobre los bonos alemanes que España paga para financiarse, Rajoy podría haberse enfrentado a una mayor indignación popular y otros problemas.
"Probablemente los diferenciales habrían bajado si el BCE hubiese intervenido", dijo el alto cargo. "Pero hubiese habido que pagar otros cosas, política y económicamente".
Tantos meses hablando sobre el rescate significa que cuando llegue no será tan traumático para los españoles como lo hubiese sido hace un año.
En la escena europea, Rajoy también puede beneficiarse de las apariciones de voces poderosas como la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, que cuestionan la sensatez de recortes drásticos que podrían agravar la recesión de España. Y mientras ha evitado un rescate, Europa se ha encaminado hacia una unión bancaria que puede beneficiar a Madrid, ofreciendo más apoyo compartido para sus bancos.
En febrero, la Comisión Europea decidirá si las desesperadas circunstancias económicas de España merecen darle más tiempo al país para cumplir con el objetivo del déficit público del 3 por ciento de su PIB o menos, lo que está previsto que se alcance en 2014.
José de Areilza, profesor en la escuela ESADE, dijo que tras los primeros errores de Rajoy, su comunicación con los líderes europeos ha mejorado: "La negociación con Bruselas es más sofisticada de lo que parece, y en este punto están negociando un no-rescate o una línea de crédito que con suerte España no usaría"
Los economistas consultados consideran que es complicado calibrar lo que le ha costado al Gobierno retrasar el rescate, pues no está claro cuánto habrían bajado los costes de financiación si Rajoy hubiese solicitado la ayuda del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), lo que habría desencadenado a su vez el plan del BCE para comprar bonos españoles en el mercado.
El riesgo país de España, el diferencial que los inversores exigen para comprar bonos españoles a 10 años comparados con los mismos bonos de Alemania, alcanzó el miércoles un mínimo de dos meses, situándose en 380 puntos básicos, muy lejos de los más de 600 tocados en julio.
Sin embargo, Rajoy no se libra de las críticas. Algunos ven más una cuestión de suerte que un éxito de estrategia en la bajada del diferencial.
José Carlos Díez, economista jefe de Intermoney con sede en Madrid, dijo que el presidente se había quedado sin buenas opciones. Una petición de rescate ahora mismo tiene poco sentido dado que el BCE se ha negado a cumplir con las demandas de Rajoy de garantizar a España la compra de bonos hasta dejar el diferencial en torno a los 250 puntos básicos.
Pero si Rajoy no reacciona antes de que sea demasiado tarde, forzado por una gran salida de los inversores de los mercados, el BCE se podría ver obligado a comprar más deuda española de la que desea: "Es cierto que Rajoy está en una posición más ventajosa que la de hace seis meses", dijo Díez. "Pero si miras la historia de las crisis de deuda, solo se han resuelto actuando rápido al principio".
Altos cargos españoles dicen que, ante la disyuntiva de hacer más recortes o acudir a un rescate, Rajoy finalmente optaría por lo último. Pero, de nuevo, a su propio ritmo.
"No le gusta tomar decisiones en un estado de ansiedad", dijo una fuente próxima a Rajoy, que pidió no ser nombrada. "Existe un riesgo, pero está dispuesto a afrontarlo".
El propio Rajoy ha señalado las dudas sobre los beneficios de un rescate, asegurando que el mecanismo europeo no está probado y puede no funcionar. Esta semana ha mantenido su senda enigmática sobre la petición del rescate, negándose a confirmar si finalmente la hará.
"Hemos tomado la decisión de no pedirlo, lo que no significa que no tomemos la decisión de pedirlo en el futuro", dijo el miércoles ante el Congreso.
Rajoy no solo debe considerar sus prioridades políticas en casa, sino también el calendario político europeo.
Varios analistas dijeron que si el presidente español juega la carta del rescate mientras Merkel está inmersa en la campaña electoral para los comicios alemanes de septiembre, la canciller podría tener que negociar un complicado y público acuerdo sobre las condiciones que calmase a sus votantes conservadores, que están en contra de rescatar a los países del sur de Europa.
Y si no se materializa el rescate, la deuda española podría verse degradada hasta nivel especulativo. Las agencias de calificación han situado a España al borde de ese escalón e, implícitamente, demoran la degradación porque creen que el rescate está a la vista.
Muchos dirigentes de empresas españoles se quejan de haber pagado un alto precio por el retraso. Bloqueadas en los mercados de deuda, algunas han tenido que vender activos para aliviar su deuda y mantenerse solventes.
Sin embargo, otros apuntan a una positiva balanza de pagos de España con el resto de Europa -una medición que incluye comercio, inversión y transacciones financieras- y una mejora en la productividad como síntomas de que Rajoy aún puede permitirse esperar.
"Rajoy ha sido inteligente al retrasar la petición de un rescate", dijo un banquero español en privado. "Ahora estamos intentando salir del paso", concluyó.

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