MADRID.- El presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy,
reconoció el domingo que el país va a tener muy difícil cumplir sus
metas de déficit en un contexto de recesión, y no descartó tener que
solicitar un rescate del BCE en el futuro, en una entrevista publicada
por el diario La Razón.
Diversos organismos y analistas han puesto en duda que
España vaya a reducir el déficit hasta el 6,3 por ciento fijado por
Bruselas, y el propio Rajoy evitó contestar afirmativamente a la
pregunta directa de si el país, que tiene a uno de cada cuatro
trabajadores en paro, cumpliría con ese objetivo.
"Es muy complicado reducir 2,6 puntos de déficit en un
contexto de recesión, con tantos problemas con los ingresos y con una
financiación tan cara. Nuestro objetivo es hacer bien las cosas y
veremos qué pasa al final del año", declaró.
Aunque el Gobierno español insiste en que la reducción
del déficit público es ineludible y una prioridad que le ha llevado a
incumplir promesas electorales, sí ha señalado en varias ocasiones que
Bruselas debe tener en cuenta la recesión en Europa para evaluar sus
esfuerzos en este capítulo.
La Comisión Europea dijo este mismo mes que se
centraría en el déficit estructural y no en el nominal a la hora de
evaluar si España había tomado medidas efectivas para equilibrar sus
cuentas.
Respecto a la posibilidad de que España acabe
solicitando al Banco Central Europeo que active el mecanismo de compra
de deuda en el mercado secundario para conseguir que la prima de riesgo
española baje desde los 400 puntos básicos donde se encuentra instalada,
Rajoy siguió sin descartar esa opción.
"Los gobiernos podemos decidir si queremos o no que se
active la ayuda. Hasta este momento he considerado que no era necesario
hacerlo, pero si en el futuro entiendo que es bueno para el interés
general no tendré ninguna duda a la hora de recurrir al BCE", declaró a
La Razón.
"Lo importante es que nosotros hagamos lo que tenemos que hacer y que Europa también lo haga", añadió.
Rajoy también se refirió a la última decisión tomada
por su Gobierno de no revalorizar las pensiones, una medida que calificó
de "muy difícil" pero "imprescindible" y que aseguró no había sido
impuesta por Bruselas.
"En absoluto. Es una decisión impuesta por la realidad.
La Seguridad Social ha perdido casi tres millones de cotizantes y hemos
tenido que recurrir al fondo de reserva para hacer frente a la paga de
Navidad", dijo el líder del Partido Popular.
"En estas circunstancias y ante la necesidad de cumplir
nuestros compromisos pensamos que lo más razonable era suspender la
compensación del IPC de este año y subir las pensiones más bajas un 2
por ciento el año que viene", añadió, recordando que las pensiones
representan el 25 por ciento del gasto público.
Rajoy no descartó tampoco tener que hacer más ajustes
en el futuro en Educación, Sanidad o Función Pública, donde ya ha
aplicado impopulares recortes que han provocado multitudinarias
protestas, pero consideró "una buena noticia" que la Comisión no hubiera
pedido más medidas ni para 2012 ni para 2013.
El presidente del Ejecutivo defendió también las
previsiones económicas de su Gobierno para el próximo año, que apuntan a
una contracción de un -0,5 por ciento frente a otros pronósticos que
hablan de una cifra del -1,5 por ciento, y dijo que basaban sus números
en una recuperación del crédito.
No hay comentarios:
Publicar un comentario