LONDRES.- La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's ha
revisado a la baja la perspectiva de la nota de solvencia 'AAA' de Reino
Unido, que pasa a 'negativa' desde 'estable', lo que abre la puerta a
una posible rebaja de rating en los dos próximos años, aunque la
calificadora de riesgos ha ratificado por el momento la máxima nota
crediticia a largo y corto plazo de la deuda británica.
Esta
revisión de la perspectiva de la deuda de Reino Unido refleja la
posibilidad de una rebaja del rating británico en los dos próximos años
si su evolución fiscal se debilitara más allá de lo previsto, explicó la
agencia en un comunicado.
"La perspectiva negativa refleja
nuestra opinión de que existe una posibilidad entre tres de rebajar el
rating en los dos próximos años si los resultados económicos y fiscales
de Reino Unido se debilitan más allá de nuestras actuales expectativas",
precisó la agencia.
"Pensamos que esto podría ocurrir
particularmente como resultado de una demora o irregularidad en la
recuperación económica o del debilitamiento del compromiso político con
la consolidación", añadió.
En este sentido, la agencia prevé
que la economía británica crezca lentamente en el medio plazo, mientras
la ratio de deuda pública respecto al PIB seguirá al alza hasta 2015, en
vez de estabilizarse en 2014 como estaba inicialmente previsto.
"Si el crecimiento económico se recupera más lentamente de lo previsto,
debido a factores domésticos o por debilidad de los principales socios
comerciales del país, esta recuperación más lenta podría dar como
resultado que la deuda neta del Gobierno se aproxime al 100% del PIB
desde el 85% de 2012".
De hecho, la agencia considera que
muchos de los factores que han venido lastrando el crecimiento de Reino
Unido en los últimos años continuarán haciéndolo en el corto plazo y
prevé que las medidas de consolidación del Gobierno afecten
negativamente a la economía, a pesar de que espera que el ritmo del
ajuste se relaje a corto plazo.
Asimismo, S&P pronostica
una ralentización del gasto de los hogares por el débil del crecimiento
de los salarios, la situación del mercado inmobiliario y el elevado
endeudamiento privado, por lo que la inversión de las empresas sólo se
recuperará en respuesta a mejoras en el entorno exterior.
En
opinión de la agencia existe el riesgo asociado de que si no se logra
revivir el crecimiento económico las empresas pueden responder con
despidos en un momento en el que el sector público también se está
ajustando, lo que retraería aún más el gasto de las familias, que aporta
alrededor de dos terceras partes del PIB, lo que tendría un efecto
llamada sobre el crecimiento de la economía y las cuentas públicas.
No obstante, la calificadora de riesgos sostiene que la solvencia de
Reino Unido viene respaldada por su rica y diversificada economía, así
como las ventajas asociadas al carácter de reserva de su divisa y su
flexibilidad fiscal y monetaria, así como por el fuerte compromiso que
mantiene el Gobierno británico de aplicar el ajuste fiscal y su voluntad
de responder con rapidez a los desafíos de la economía.
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