BRUSELAS.- El debate sobre estrategias para superar la crisis se ha reactivado en Europa desde las propias instituciones, pero no existe acuerdo todavía en la manera de lograrlo pese a la acuciante situación de países como España, cuarta economía de la zona euro.
Los europeos podrían reunirse en las próximas semanas para empezar a
esbozar una estrategia de crecimiento cada vez más reclamada para
impulsar el crecimiento económico de la Unión y equilibrar la austeridad
fiscal.
En un coloquio en Bruselas, el presidente de la Unión Europea, Herman
Van Rompuy, anunció el jueves que planea convocar una reunión de
mandatarios europeos antes de la cumbre programada para los días 28 y 29
de junio.
"No excluyo organizar una cena informal de los jefes de Estado y de
Gobierno de los 27 para preparar el consejo europeo de junio", dijo Van
Rompuy (en la imagen) durante un coloquio en Bruselas, aunque no ofreció ninguna pista sobre
el calendario.
Sin ninguna duda, esta reunión extraordinaria tendría lugar después
de la segunda vuelta de la elección presidencial francesa, el 6 de mayo,
según una fuente diplomática.
El candidato socialista François Hollande, favorito en las encuestas
frente al presidente saliente Nicolas Sarkozy, ha convertido el
crecimiento en su caballo de batalla en la campaña.
Si su victoria se confirma, sin duda sería una señal para antes de la próxima cumbre europea a finales de junio.
Hollande ha abierto una brecha al proponer renegociar el pacto europeo de disciplina fiscal reforzada, impulsado por Alemania.
La idea es incluir una dimensión de crecimiento a este tratado que
instaura en particular reglas de oro en aras del equilibrio
presupuestario.
En un principio sólo, Hollande ha empezado a recibir apoyos de
Europa. La oposición a la austeridad a cualquier precio, encarnada por
la canciller alemana Angela Merkel, crece incluso en países como Holanda
considerados hasta ahora como modelos de la ortodoxia fiscal.
Sin embargo, Merkel reiteró su oposición categórica a una
renegociación del pacto fiscal europeo, en una entrevista a un grupo de
prensa regional alemán que saldrá publicada el viernes.
El tratado de disciplina presupuestaria fue firmado por 25 jefes de
Estado y de gobierno y ratificado por una parte de los Estados miembros y
"no es renegociable", insistió Merkel, en una entrevista al grupo WAZ.
En lo relativo a "la problemática del crecimiento, que algunos
reclaman ahora, hace tiempo que esto es el segundo pilar de nuestra
política junto con unas finanzas públicas sanas", precisó en referencia a
Hollande.
Este conato de revuelta coincide con la recesión de algunos países,
como España y Gran Bretaña que complica la labor para reducir sus
déficits.
Pero no solo desde los países llega la reciente oleada de protesta
contra la austeridad como única forma de equilibrar los presupuestos.
Desde el propio Banco Central Europeo, el presidente Mario Draghi
anunció la víspera la necesidad de "un pacto de crecimiento" que
complemente al fiscal.
No obstante, las recetas para estimular la actividad en Europa divergen profundamente.
El presidente del BCE aboga por medidas estructurales como reformas
del mercado de trabajo, mientras que Hollande desea crear eurobonos para
proyectos de infraestructura ("project bonds") o que se aplique una
tasa a las transacciones financieras, en estudio.
En la misma línea que Draghi, el presidente de la UE aseguró el
jueves que los europeos no tienen "prácticamente ningún margen de
maniobra para relanzar" la economía, lo que podría ser interpretado como
una advertencia velada a François Hollande.
Arremetió contra las "demandas esquizofrénicas" procedentes de los
mercados que quieren al mismo tiempo austeridad y crecimiento.
"Las reformas estructurales harán la diferencia con el tiempo, pero
todos tenemos que decir que no hay fórmula mágica, esto lleva tiempo",
dijo. Un mensaje también recordado en Bruselas por el jefe del gobierno
italiano Mario Monti.
Este último también pidió invertir en sector claves
(infraestructuras, energía), además de reformas estructurales, ya que
"no son suficientes por sí solas" para favorecer el crecimiento.
Estas nuevas llamadas dan fe de la sensibilización en Europa de que
el crecimiento es un reto para los próximos meses, aunque no hay
consenso sobre la forma de lograrlo. Es "la prioridad número uno de los
dirigentes europeos", recordó el jueves Van Rompuy.