BRUSELAS.- El vicepresidente de la Comisión Europea y
responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha dicho este viernes que
la recesión que está viviendo la economía europea será "suave y corta" y
que la recuperación, aunque "débil", empezará durante la segunda mitad
de 2012. No obstante, Rehn ha avisado de las "grandes diferencias" entre
los Estados miembros, tanto en términos de crecimiento como de empleo.
El Ejecutivo comunitario calcula una contracción del 0,3% para la
eurozona este año, mientras que en el conjunto de la UE la economía se
estancará. En 2013, la eurozona crecerá un 1% y el conjunto de la UE
avanzará un 1,3%, según las previsiones económicas publicadas por la
Comisión.
"La economía europea está en una recesión suave pero corta. Se
prevé una recuperación lenta y tenue que empezará en la segunda mitad
del año y continuará en 2013", ha dicho Rehn en rueda de prensa.
Diversos factores siguen pesando, según el Ejecutivo comunitario,
sobre la demanda interior. Las condiciones crediticias seguirán siendo
"estrictas" por los esfuerzos de los bancos para mejorar sus balances,
aunque Bruselas sostiene que la demanda de crédito también es débil. El
consumo privado bajará por el alto paro, el lento crecimiento de los
salarios y la deuda de los hogares.
La inversión privada también se contrae, pero la Comisión espera
que se recupere por el regreso de la confianza, de los bajos tipos de
interés y del fuerte crecimiento de la producción global. Por ello, el
principal factor de crecimiento del PIB en 2012 será la contribución
positiva de las exportaciones netas.
Sin embargo, estas cifras enmascaran importantes diferencias entre
los Estados miembros, incluso en la eurozona. Alemania crecerá un 0,7%
este año y un 1,7% en 2013; Francia un 0,5% y un 1,3%; Irlanda un 0,5% y
un 1,9%; Eslovaquia un 1,8% y un 2,9% y Estonia un 1,6% y un 3,8%.
En contraste, la economía griega se contraerá un 4,7% en 2012 y se
mantendrá estancada el año que viene. También decrecerán este año las
economías de Portugal (3,3%), España (1,8%), Eslovenia e Italia (1,4%),
Países Bajos (0,9%) y Chipre (0,8%). En 2013, la única economía de la UE
que se contraerá será la española (-0,3%).
"El crecimiento seguirá siendo bajo y desigual entre los Estados
miembros", ha admitido Rehn. "Lo mismo ocurre con el empleo o el paro,
con algunos Estados miembros virtualmente con pleno empleo mientras
otras sufren un paro creciente y un alto nivel de paro juvenil", ha
indicado.
Así, la tasa de paro se mantendrá en el 10,3% en la UE y se
situará en el 11% en 2013 en la zona euro, según los cálculos de
Bruselas. Pero mientras Austria conseguirá reducir el desempleo hasta el
4,2% y Alemania hasta el 5,3%, España seguirá a la cabeza con una tasa
del 25,1% en 2013, por delante de Grecia (19,6%) y Portugal (15,1%).
"Prosigue el ajuste de los desequilibrios exteriores en los
Estados miembros y se prevé que siga avanzando a lo largo del periodo de
la previsión", ha señalado la Comisión.
Con las medidas de ajuste aprobadas por la mayoría de países de la
UE, el déficit público se reducirá del 4,5% del PIB en la UE (4,1% en
la zona euro) en 2011 al 3,6% (3,2% en la zona euro) en 2012 y a un 3,3%
(2,9%) en 2013.
No obstante, también en este apartado hay grandes diferencias
entre los Estados miembros. Así, Francia, España, Países Bajos y
Portugal incumplen el objetivo de reducir el déficit al 3% en 2013. En
cambio, Alemania lo reducirá este año al 0,9% y el que viene al 0,7%.
Rehn ha rechazado que la estrategia de austeridad esté fracasando a
la hora de corregir los desequilibrios de la UE y reducir el déficit y
la deuda. "Es una lectura simplista de la situación económica actual",
ha sostenido el vicepresidente. "No podemos acumular deuda sobre deuda,
es esencial proseguir la consolidación fiscal", ha insistido.
En cuanto a la inflación, la Comisión prevé que se vaya moderando
gradualmente a medida que el efecto de los elevados precios del petróleo
y los impuestos se vaya reduciendo. Así, la inflación bajará en la
eurozona del 2,4% este año al 1,8% en 2013 y en el conjunto de la UE del
2,6% al 1,9%.
En las previsiones de Bruselas siguen predominando los riesgos de
una tendencia a la baja. El principal riesgo sigue siendo el
agravamiento de la crisis de la deuda soberana por un contagio
financiero y un descenso drástico de la disponibilidad crediticia. Otro
riesgo importante radica en la incertidumbre geopolítica, que podría dar
lugar a una subida de los precios del petróleo.
En sentido inverso, un rápido regreso de la confianza podría
originar una recuperación más temprana y menos tenue. Además, la
economía mundial podría demostrar ser más dinámica que lo que se prevé
actualmente.