domingo, 3 de junio de 2012

La Comisión Europea dará el miércoles el primer paso hacia una "unión bancaria" con ideas para un fondo de liquidación


BRUSELAS.- La Comisión Europea presentará el próximo miércoles seis de junio sus propuestas sobre cómo liquidar las entidades sistémicas con problemas, de forma que sean los accionistas y acreedores, y no los contribuyentes, los que paguen en el futuro en caso de quiebra de un banco.

   Bruselas quiere que se cree una red europea con fondos de resolución de cada Estado miembro -que en el caso de España equivaldrían a los fondos de garantías de depósitos-. Estos fondos estarían prefinanciados con contribuciones de las propias entidades y se usarían en última instancia.
   El marco de gestión de crisis es uno de los tres pilares que el Ejecutivo comunitario y el Banco Central Europeo (BCE) han propuesto para crear una "unión bancaria", cuyo objetivo es frenar la crisis de deuda y los problemas bancarios, especialmente en España.
   Las otras dos ideas, que se discutirán en la cumbre de líderes europeos del 28 y 29 de junio, son un sistema europeo de garantía de depósitos y una mayor coordinación de la supervisión.
   El BCE ya ha alertado no obstante de que no es suficiente poner en marcha una red europea de mecanismos de resolución, sino que habría que fusionarlos y crear un fondo de liquidación único para las entidades sistémicas. Así se lograría desconectar a los bancos de la deuda pública y se permitiría un reparto más fácil de la factura entre los Estados miembros en caso de quiebra.
   Se trata de evitar en el futuro la existencia de "bancos demasiado grandes para quebrar" y que por tanto se sienten libres de incurrir en riesgos excesivos por considerar que siempre serán rescatados.
   El nuevo marco de gestión de crisis bancarias de la UE incluirá un arsenal completo de medidas que se irán desplegando en la medida que lo exija la gravedad de la situación. Con carácter preventivo, el Ejecutivo comunitario quiere que los bancos, especialmente las entidades transfronterizas, elaboren 'testamentos vitales' en los que se detalle cómo realizar una liquidación rápida y ordenada de la institución en caso de problemas.
   Desde el momento en que se detecten las primeras dificultades, los supervisores nacionales podrán prohibir al banco el pago de dividendos, obligarle a deshacerse de las actividades que estén generando más riesgo e incluso destituir a los directivos y asumir el control.
   Cuando la quiebra sea inevitable, la Comisión quiere que las autoridades dispongan de poderes para forzar su venta a una entidad sana, o transferir todos o parte de sus activos a un banco puente que permita garantizar la continuidad de los servicios esenciales y gestionar la liquidación de manera ordenada.
   En este caso extremo, Bruselas propondrá que los acreedores asuman parte de los costes mediante la aplicación de un descuento a la deuda que poseen. Para cubrir los costes que no puedan ser asumidos por accionistas y acreedores, se recurriría al fondo de liquidación.
   Finalmente, para aumentar la coordinación entre los Estados miembros en caso de quiebra de un banco transfronterizo, Bruselas propone crear grupos que reúnan a las autoridades nacionales con poderes de liquidación apoyándose en los colegios de supervisores que ya existen.

Los Rothschild y los Rockefeller fingen que no operan juntos

BUENOS AIRES.- "Los Rothschild y los Rockefeller deciden unir sus fuerzas", titula la BBC de los Rothschild, como si no lo hubieran hecho ya, desde hace 100 años. Parece una broma. Con esta noticia, los Rockefeller y los Rothschild, máximos impulsores del Estado Totalitario Global gobernado por una élite sionista judía, pretenden hacer creer al público que nunca estuvieron vinculados. Ambos banqueros, corruptos y genocidas, organizan conjuntamente guerras, destruyen economías y hacen peligrar la vida en la Tierra mediante corporaciones como Monsanto, la Big Pharma, el armamento bélico, las drogas ilegales y el estudio de armas biológicas. Son, literalmente, los dueños del planeta, según publica 'BWN-Argentina'.

Ambas dinastías - continúa- siempre coordinaron esfuerzos para lograr la concreción de sus sueños. Todos ellos basados en los Protocolos de Sion. Los Rockefeller y los Rothschild llevan cientos de años colaborando en la toma de control de Europa y Estados Unidos. "Esta semana regresaron a los titulares", dice la BBC. "Porque decidieron unir fuerzas".

Para armar la farsa de una nueva alianza, Jacob de Rothschild quien preside el fondo de inversiones RIT Capital Partners, acordó comprar el 37% de Rockefeller Financial Services, la matriz de Rockefeller & Co, "con lo que ambas compañías esperan capitalizar sus apellidos y sus contactos para crear nuevas oportunidades de negocio", este párrafo suena directamente a broma para los conocedores de la historia. "Estamos combinando al máximo dos nombres y familias conocidas que tienen una larga historia de progreso financiero y administración responsable", dijo Reuben Jeffrey, ejecutivo en jefe de Rockefeller. La noticia fue difundida por la agencia de noticias de los Rothschild: Reuters.

Los Rockefeller y Rothschilds planearon la Segunda Guerra Mundial (y todas las demás), financiando a todos los bandos en conflicto (sobre todo a Hitler o Stalin y recientemente al "terrorismo").

Los Rothschild inventaron el comunismo cuando hicieron escribir "El Capital" a Marx mientras el "autor" se hospedaba en Inglaterra tras huir de la policía prusiana.

Bajo el lema divide y triunfaras los Rockefeller y los Rothschild dominan el capitalismo y comunismo al mismo tiempo, conduciendo el mundo como les parece.

Son dueños de la mafia farmacéutica global, Monsanto, Cargill, Cygenta, etc. Poseen todas las agencias informativas: AP, Reuters, BBC, CNN, AFP, etc. Crearon y controlan la ONU, la OTAN, la OMS, la Unesco, la CIA, el gobierno de Estados Unidos, la Reserva Federal de Norteamérica, la Reserva Federal de Israel, el gobierno de Israel, el Gobierno de Rusia, la OCS (China, India, Irán) y todos los bancos centrales del mundo.

España impulsa la candidatura de Belén Romana al Fondo de Rescate

MADRID.- El Gobierno español de Mariano Rajoy impulsará la candidatura de Belén Romana a la presidencia del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), un organismo que resultará clave en la resolución de la crisis económica a nivel europeo.

   Fuentes gubernamentales señalaron hoy que el Gobierno aspira a que la candidata española presida este organismo, que asumirá en julio el actual papel del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera y del Mecanismo Europeo de Estabilización Financiera.
   El MEDE, que convivirá durante un tiempo con el fondo temporal y contará con una capacidad de préstamo combinada de 500.000 millones, contará con un consejo de gobernadores con sede en Luxemburgo.
   Éste es uno de los cuatro puestos que hay que decidir en Europa a lo largo del mes de junio, junto a la presidencia del Eurogrupo, la del Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD) y la silla del Banco Central Europeo que ha dejado vacía esta misma semana el español José Manuel González Páramo.
   España no renuncia a conservar su puesto en el BCE, pero el Gobierno quedaría satisfecho con la presidencia del fondo de rescate permanente por tratarse de un organismo de enorme importancia en el actual contexto de crisis económica.
   De hecho, esta misma semana la Comisión Europea ha sugerido que este fondo pueda inyectar directamente dinero en los bancos europeos con problemas sin que el Estado miembro afectado tenga que someterse a un plan de ajuste.
   Sin embargo, el vicepresidente de la Comisión y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, dijo también que la recapitalización directa de la banca no es una opción disponible para España porque la normativa vigente no lo permite y el cambio llevará meses.
   En este momento, España tiene muchas posibilidades de lograr la presidencia del fondo y cuenta además con el apoyo de la canciller alemana, Angela Merkel, que aspira a quedarse con el Eurogrupo y situar al frente al ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, cuando abandone la institución Jean-Claude Juncker.
   De esta forma, el fondo quedaría presidido por Belén Romana, de 47 años y exdirectora general del Tesoro y exconsejera del Banco de España. Además, Romana ha formado parte del consejo de administración de Banesto, Fortis, y Acerinox.

El líder de SYRIZA asegura que la salida del euro "no es una opción"

ATENAS.- El líder de la Coalición de la Izquierda Radical, Alexis Tsipras, ha asegurado que la salida de Grecia del euro "no es una opción" para su partido, uno de los favoritos para hacerse con la victoria en las elecciones del próximo 17 de junio.

   Tsipras, cuyo partido es contrario al rescate financiero y a los recortes impuestos por los prestamistas internacionales, ha acusado a los partidos tradicionales de agitar el miedo a la salida del euro.
   "En cuanto a la salida del euro, se plantea como una 'línea roja' en provecho propio y de forma hipócrita, argumentando que si queremos permanecer en el euro no tenemos más opción que cumplir con el memorándum", ha señalado Tsipras en una entrevista publicada este domingo por el diario griego 'Kathimerini'.
   En ese sentido, ha atribuido el crecimiento de SYRIZA a los errores de sus rivales. En concreto, ha acusado a Nueva Democracia y al Movimiento Socialista Panhelénico (PASOK) de apoyar el memorándum del rescate, que ha llevado a Grecia al "desastre" y ha provocado la repetición de las elecciones legislativas, ya celebradas el 6 de mayo, ya que entonces PASOK y Nueva Democracia contaban con suficientes escaños para formar un gobierno de coalición.
   Por contra, si SYRIZA gana las elecciones, formará un nuevo gobierno y su primera medida será la anulación del memorándum. Así, en su último acto de campaña, el sábado en Agrinio, Tsipras ha apelado a los votantes de otros partidos y les ha pedido confiar en SYRIZA.
   En el mitin, Tsipras ha augurado la formación de un gobierno de izquierdas. "Un pequeño paso separa el sueño de la realidad", y ese paso serán las elecciones del 17 de junio, cuando SYRIZA reciba "un mandato de dignidad y esperanza".
   Las últimas encuestan pronostican un empate técnico entre el conservador Nueva Democracia y SYRIZA, con el histórico PASOK, también favorable al rescate, en tercera posición. El sistema electoral griego otorga un bonus de 50 escaños al partido ganador, con lo que éste aumenta significativamente sus opciones de forjar una mayoría en el Parlamento, formado por 250 escaños.
Por su parte, el líder del partido conservador Nueva Democracia, Antonis Samaras, ha asegurado que la salida de Grecia del euro para retomar el dracma supondría la "muerte" del país.
   "El peligro de la vuelta al dracma es real tras las elecciones", la salida del euro sería "la muerte", ha advertido Samaras en una entrevista con la televisión griega Skai TV.
   Samaras ha insistido en que si gana las elecciones renegociará las duras condiciones del préstamo internacional del rescate y ha prometido que no habrá nuevos recortes salariales ni subidas de impuestos.
   En su último acto político, celebrado anoche con representantes del empresariado del turismo griego, en la isla de Rodas, Samaras ha asegurado que la "batalla por el crecimiento" comenzará en el sector del turismo y el de las infraestructuras portuarias. Por eso ha prometido un Ministerio de Turismo independiente y un Ministerio de la Marina Mercante.
   El crecimiento, para Nueva Democracia, pasa por el aumento de la inversión extranjera y, en ese sentido, Samaras ha asegurado que si gana las elecciones viajará "por todo el mundo" para fomentar esta inversión. En concreto, ha asegurado que China y Rusia ya han mostrado gran interés.
   Samaras también ha arremetido contra el principal rival de Nueva Democracia, la Coalición de la Izquierda Radical (SYRIZA) por no dar cifras concretas sobre sus propuestas de política económica y ha asegurado que la coalición tiene una "agenda secreta" en materia fiscal.
   En cuanto a la emigración, Samaras ha prometido que deportará a los inmigrantes sin papeles. "Sé que lo que digo es duro, pero no hay otra solución. Debemos crear una nueva Atenas, una nueva Patras y restaurar el sentido de seguridad de la gente en las ciudades y los pueblos", ha declarado, según recoge el diario griego 'Kathimerini'.

La prima de riesgo española llega a la zona de intervención

MADRID.- Llevamos una semana con los niveles de rentabilidad de la deuda que provocaron los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal. Siempre se ha dicho que España es 'too big to fail' -demasiado grande para caer-, pero en estos momentos todo son dudas en los mercados. La intervención de nuestro país no está en el ambiente por ahora, pero no se puede descartar cualquier posibilidad. ¿Qué pasaría si se produce?, se pregunta 'El Mundo'.

El rescate o la intervención de un país empieza cuando éste no puede hacer frente a los compromisos de pago asumidos con sus acreedores y tiene que pedir ayuda para que alguien le preste el dinero que no tiene. Como es lógico, el organismo que inyecta los recursos impone sus condiciones para asegurarse de que ese país da el uso adecuado a la ayuda financiera.
Esas condiciones sólo se deciden cuando se ha solicitado la ayuda y antes de concederla, por lo que no sabemos exactamente qué pedirían la UE, el BCE y el FMI a España en el caso de que nos encontráramos en esa situación. Pero a la vista de lo último que han ido recetando al Gobierno español podemos esperarnos algo como lo que sigue.
El panorama que viene a continuación puede parecernos desolador, por eso, antes de seguir leyendo hay que tener presente que esto es una hipótesis. Que el Gobierno está haciendo los deberes y es apoyado por la Comisión Europea, el BCE y el FMI. Y estos organismos son los primeros interesados en que España no quiebre.
Los campos de batalla se centrarán en lo que nos llevan exigiendo desde mayo de 2010: reformas estructurales, control de las cuentas públicas y reestructuración del sector financiero. Podemos pensar que ya estamos sufriendo los recortes con el Gobierno, pero no debemos engañarnos. No es lo mismo que el adolescente travieso sea corregido por sus padres que por el director de lo que antes se llamaba reformatorio. Y las exigencias concretas podrían ser de este tenor:

1. Control de las cuentas públicas.

  • Subida de impuestos: el IVA, de inmediato. En Grecia, por ejemplo, está en el 23% y nosotros lo tenemos en el 18%. También podrían aumentar los impuestos especiales -tabaco, gasolinas-. Lógicamente, se producirían subidas en tasas y tributos autonómicos y municipales.
  • Se eliminaría la deducción por vivienda habitual. En un principio no nos obligarían a tocar más la tributación directa -Impuesto sobre la Renta, Patrimonio...- aunque el Gobierno o las CCAA podrían hacer uso de ellos para aumentar sus ingresos.
  • Examen riguroso del gasto de las comunidades y los ayuntamientos. Las condiciones del rescate llegarían lo más lejos que permita la ley en el vaciamiento de competencias a las comunidades autónomas con el fin de crear un Estado más racional.
  • Rebaja de las prestaciones por desempleo: España es de los países de la OCDE que más paga y por más tiempo el subsidio por desempleo, que supone unos 35.000 millones de euros al año.
  • Reducción de funcionarios y personal laboral de la Administración, para eliminar gastos. Apenas se ha iniciado en España. Control exhaustivo de los salarios públicos.

2. Reestructuración financiera.

Como en Irlanda, el rescate español, si se produce, tendrá que estar íntimamente ligado a la reforma del sector financiero. Esto supondría la inyección de todos los recursos que necesitaran los bancos españoles. Algo parecido a lo que se quiere hacer con Bankia, pero para toda entidad que lo necesite. Otra cuestión es cómo se devolverá el dinero que llegue, pero eso será a medio y largo plazo. Ahora hay que pensar a corto.
Estas ayudas a las entidades financieras son la solución que está estudiando España con los organismos europeos para evitar precisamente que el imprescindible rescate de la banca lleve a una intervención en el país.

3. Reformas estructurales.

El Gobierno ya ha iniciado las más importantes, pero los 'rescatadores' exigirían profundizar en ellas y acelerarlas. Sobre todo en dos campos:
  • Mercado laboral: para eliminar la dualidad entre contratos temporales e indefinidos. Reducir más el coste del despido para los trabajadores fijos. Eliminar las rigideces que todavía quedan en la negociación colectiva.
  • Sistema de pensiones. Se exigiría adelantar considerablemente el proceso de retraso de la edad de jubilación y reducir el periodo de cómputo para cobrar la pensión.
¿Las consecuencias? Escribíamos 'menos vida' en el titular no porque ésta se vaya a acortar -eso lo trata la medicina, no la economía- sino porque perderemos algunos alicientes para disfrutarla, al menos durante unos años. En definitiva, los ciudadanos perderíamos capacidad adquisitiva y prestaciones sociales. Caería el consumo y se incrementaría el paro porque las empresas producirían menos. Los nuevos puestos de trabajo estarían peor remunerados. Y tardaríamos muchos trimestres en salir de la recesión.
¿Y todos estos sacrificios, para qué? Para volver a crecer en cuanto se pueda. Estos recortes y esta disminución del nivel de vida no es más que un ingente proceso de devaluación de un país que no puede hacerlo mediante la pérdida de valor de su moneda. Se trata de colocarnos en el nivel preciso para volver a ser competitivos en nuestro entorno. En una imagen que todo el mundo entiende, es la vomitona que sucede al banquete pantagruélico, tras la cual nos sentimos un poco mejor para continuar la tarea.
Repetimos que éste es un ejercicio 'virtual' que ningún organismo, nacional internacional, se plantea que se haga realidad en España. El Gobierno busca con la UE, el BCE y el FMI otras soluciones que es muy posible que lleguen en breve. Como decía el ministro de Economía el jueves: "El euro se la juega en Italia y en España en estas semanas" y la moneda única es muy grande para dejarla caer.
Pero pensar en lo que nos puede pasar viene bien para que todos pongamos de nuestra parte y portarnos lo mejor posible.

Un rescate de la banca... ¿alemana?

SAN FRANCISCO.- Pues va a ser que al final François Hollande sí sabía cómo estaban los bancos españoles mejor que Mariano Rajoy. Hace diez días, en Chicago, Rajoy dijo textualmente eso, después de que Hollande saliera con la ocurrencia de que era necesario algún tipo de mecanismo europeo para salvar a nuestros bancos. Poco después, sobrevino la catástrofe de Bankia y se desató el pánico acerca del sector financiero español. Ahora, el Gobierno español celebra que el secretario del Tesoro de EEUU, Tim Geithner, apoye que los bancos puedan financiarse en el 'fondo de rescate' europeo. Es una posibilidad que ya había sido sugerida por el Fondo Monetario Internacional (FMI) hace un mes y medio, y a la que Alemania se niega, según 'El Mundo', de Madrid.

En cualquier caso, vamos por la quinta reforma financiera en tres años, con unas comunidades autónomas que, independientemente de quién las gobierne, tienen una propensión a la contabilidad a la griega (por no hablar del hecho surrealista de que tarden casi seis meses en publicar su déficit, lo que las aproxima más bien a Zimbabue) y con un Gobierno que debería mejorar su política informativa, si la tuviera. No hace falta ser muy espabilado para recordar aquello de "vender con el rumor, comprar con la noticia". Y en España las noticias cambian cada hora. En ese contexto, pedir tranquilidad al mercado es una pérdida de tiempo.
Así pues, parece que hace falta un rescate. Lo cual dinamita uno de los mitos de esta crisis: su origen no ha sido el gasto público, sino el endeudamiento del sector privado: familias, empresas y bancos (y de esas aberraciones públicas llamadas cajas de ahorros). No es que en España estemos para dar lecciones acerca de cómo gestionar los dineros públicos, pero el problema está en el sector privado.
Pero los rescates no sacan de la crisis. Grecia, Portugal e Irlanda siguen sin tener acceso a los mercados de deuda desde el rescate. El bono portugués está al 9%, y ese Gobierno no descarta pedir más ayudas. Irlanda es el país que siempre está a punto de salir de la crisis y nunca lo consigue.
Sí puede haber un país —o dos— que se vea muy beneficiado por los rescates. En particular en lo que respecta a su sector financiero, que está bastante hecho polvo, hasta el punto de que su segundo mayor banco está parcialmente nacionalizado: Alemania.
¿Alemania? ¿Los probos germanos? ¿Los que lo pagan todo? Sí.
Empecemos por el principio. Si un deudor no puede pagar, eso es responsabilidad del deudor y del que ha prestado. Es lo que se llama riesgo moral. Eso, como muchas otras cosas del capitalismo, los estadounidenses lo pillan mejor que los europeos continentales. Es decir: si los bancos alemanes y franceses financiaron a los vagos, fornicadores y zafios griegos, españoles, irlandeses, italianos y portugueses, es porque esperaban un retorno. Es más: es porque consiguieron un retorno durante mucho tiempo.
Hasta que esos países no pudieron —no pudimos— seguir pagando lo que debíamos. Y los bancos alemanes y franceses se encontraron con un problema: habían prestado, literalmente, más de lo que tenían.
Entonces, entran en escena el FMI y el sistema de rescates de la Unión Europea. Ambos, a cambio de unos recortes del gasto que perpetúan las recesiones (y que además no siempre se ponen en práctica), dan dinero a esos países.
Fundamentalmente, el rescate tiene un objetivo: hacer innecesario que el país que recibe los fondos tenga que ir al mercado a financiarse.
Esos países no emiten deuda. Y los intereses de su deuda son pagados por los fondos de rescate. Con lo cual se está garantizando que a van a seguir pagando lo que deben. Eso sí: ahora les da el dinero para hacerlo el FMI, o el mecanismo de rescate europeo (que, a su vez, está garantizado en más de un 20% por Alemania). Pero esos bancos no dejan de percibir fondos. Entretanto, pueden ir deshaciéndose de esa deuda. Además, con sus intervenciones para comprar deuda, el BCE ha mantenido en muchos casos (véase España) artificialmente bajo el tipo de interés de la deuda. La deuda privada es más complicada, pero también se puede ir colocando a otros. En el proceso, también es posible ir adoptando posiciones para cubrir los riesgos de esos activos.
Según la edición alemana de Financial Times, citando a fuentes del Bundesbank (el banco central germano) la banca alemana ha recortado su exposición a la deuda pública griega en alrededor de un tercio desde que empezó la crisis. Más duro es Bloomberg Business Week. Ese semanario explicaba la semana pasada que los bancos alemanes habían reducido sus riesgos en la periferia de la eurozona en 296.000 millones de euros en 2010 y 2011. Como comparación, añadía, Alemania ha contribuido con 15.000 millones de euros al rescate griego.
En otras palabras: los rescates de los países en crisis son rescates de la banca acreedora. Fundamentalmente, alemana y francesa. Esas entidades ganan tiempo para recortar su exposición a los países 'rescatados' que, en general, lejos de mejorar, sólo ven cómo su economía empeora.
Así, ahora, Alemania se puede permitir que Grecia salga del euro. Es cierto que hay un factor de incertidumbre terrible, porque los canales de transmisión financiera son imprevisibles y no siempre son conocidos. Pero lo que en 2010 habría sido devastador para Berlín, ahora no lo debería ser.
Eso sí: Alemania aún no se puede permitir que España o Italia salgan del euro. Y una eventual vuelta de Grecia al dracma podría agravar el contagio que ya sufrimos. Otra cosa podría ser un rescate de España que nos blindara unos años mientras los bancos alemanes van deshaciendo sus posiciones en España.
Es el problema de ignorar el riesgo moral.

Los retos de Rio+20 / Ignacio Ramonet

Brasil acoge en Río de Janeiro, del 20 al 22 de junio, la Conferencia de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible, llamada también “Rio+20” porque se ­celebra dos décadas después de la primera gran Cumbre de la Tierra de 1992. Asistirán a ella más de 80 jefes de Estado. Las discusiones se centrarán en torno a dos temas principales: 1) una “economía verde” en el contexto del desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza; y 2) el marco institucional para el desarrollo sostenible. En paralelo al evento oficial, también se celebra la Cumbre de los Pueblos que congrega a los movimientos sociales y ecologistas del mundo.

Las cuestiones ambientales y los desafíos del cambio climático siguen constituyendo urgencias mayores de la agenda internacional (1). Pero esta ­realidad está siendo ocultada, en España y en Europa, por la gravedad de la crisis económica y financiera. Normal. 

La eurozona atraviesa uno de sus momentos más difíciles a causa del ­fracaso manifiesto de las políticas de “austeridad a ultranza”. La recesión se ha instalado en varias economías, con un desempleo en alza y dramáticas ­tensiones financieras. España, en particular, vive sus momentos más preocupantes desde 2008; peores que cuando ­quebró el banco Lehman Brothers. La economía ha debido someterse a la auditoría de los inspectores de Bruselas. La prima de riesgo se disparó entrando en zona de intervención, y se han vuelto a despertar todas las dudas sobre la solvencia del sistema bancario español, arrastrado por la escandalosa quiebra de Bankia. 

Ante el fracaso del Banco de España, y las dudas sobre la credibilidad del sistema financiero, se ha tenido que recurrir a un grupo de firmas “independientes” extranjeras para analizar la morosidad oculta de los bancos españoles (2). Entre los ciudadanos se extiende la idea de que España va a necesitar, de manera más o menos inmediata, el apoyo del Fondo de Rescate Europeo, como ya le ocurrió a Irlanda, Grecia y Portugal. El 62% de los españoles lo teme.

Cunde pues el pesimismo. El premio Nobel de economía Paul Krugman echó leña al fuego cuando, el mes pasado (3), avisó que es “muy posible” que Grecia abandone el euro en el curso de este mes de junio... Una salida de Atenas de la moneda única europea tendría como consecuencia inmediata la fuga de capitales hacia los paí­ses vecinos y la retirada en masa de los depósitos bancarios. Fenómenos que se contagiarían inevitablemente a Portugal e Irlanda y, sin duda, a España e Italia. Krugman vaticinó por cierto que no descartaba que, después, llegara a España y a Italia un corralito bancario (4)... 

En esas preocupaciones estamos. Y por eso los ciudadanos europeos siguen con tanta atención la agenda electoral europea: elecciones legislativas francesas el 10 y el 17 de junio; nuevas elecciones griegas ese mismo día 17 de junio. Y la cumbre de Bruselas del 28 y 29 de junio que decidirá por fin si la Unión Europea sigue la senda alemana de la austeridad hasta la muerte, o si adopta la vía francesa del crecimiento y del resurgimiento. Dilema vital.

Pero ello, a pesar de su dramatismo, no debe hacernos olvidar que, a escala del planeta, hay otros dilemas vitales no menos decisivos. Y el principal de ellos es el desastre climático del que será cuestión, también este mes, en Río de Janeiro. Recordemos que, en 2010, el cambio climático fue la causa del 90% de los desastres naturales que ocasionaron la muerte de unas 300.000 personas, con un quebranto económico estimado en más de 100.000 millones de euros…

Otra contradicción: en Europa, los ciudadanos reclaman, con razón, más crecimiento para salir de la crisis; pero en Río, los ecologistas advertirán que el crecimiento –si no es sostenible– significa siempre mayor deterioro del medio ambiente y mayor peligro de agotamiento de los limitados recursos del planeta...

Los líderes mundiales, junto con miles de representantes de gobiernos, empresas privadas, organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales y otros grupos de la sociedad civil, se reúnen pues en Río de Janeiro para definir precisamente una agenda global a fin de garantizar la sostenibilidad ambiental y también reducir la pobreza y promover la igualdad social. El debate central estará entre el concepto de “economía verde” que defienden los portavoces del neoliberalismo, y el de “economía ­solidaria”, promovida por los movimientos que creen que sin la superación del modelo actual de “desarrollo predatorio”, basado en la acumulación privada de riqueza, no habrá preservación ambiental.

Los países ricos acuden a Río con esa propuesta principal de la “economía verde”. Un concepto-trampa que se limita a designar, la mayoría de las veces, un simple camuflaje verde de la economía pura y dura de siempre. Un “enverdecimiento”, en suma, del ­capitalismo especulativo. Esos países desean que la Conferencia Rio+20 les otorgue un mandato de las Naciones Unidas para empezar a definir, a ­escala planetaria, una serie de indicadores de medición para evaluar económicamente las diferentes funciones de la naturaleza, y crear de ese modo las bases para un mercado mundial de servicios ambientales.

Esa “economía verde” desea no sólo la mercantilización de la parte material de la naturaleza ­sino la mercantilización de los procesos y funciones de la naturaleza. En otras palabras, la “economía verde”, como afirma el activista boliviano Pablo Solón, busca no sólo mercantilizar la madera de los bosques sino mercantilizar también la capacidad de absorción de dióxido de carbono de esos mismos bosques (5). 

El objetivo central de esa “economía verde” es crear, para la inversión privada, un mercado del agua, del medio ambiente, de los océanos, de la biodiversidad, etc. Asignando precio a cada elemento del medio ­ambiente, con el objetivo de garantizar las ganancias de los inversores privados. De tal modo que la “economía verde”, en vez de crear productos reales, organizará un nuevo mercado inmaterial de bonos e instrumentos financieros que se negociarán a través de los bancos. El mismo sistema bancario culpable de la crisis financiera del 2008, que recibió miles de millones de euros de los gobiernos, dispondrá así, a su antojo, de la Madre Naturaleza para seguir especulando y realizando de nuevo cuantiosas ganancias.

Frente a estas posiciones, paralelamente a la Conferencia de la ONU, la sociedad civil organiza en Río la Cumbre de los Pueblos. En este foro se presentan alternativas en defensa de los “bienes comunes de la humanidad”. Producidos por la naturaleza o por grupos humanos, a nivel local, nacional o global, estos bienes deben ser de propiedad colectiva. Entre ellos están el aire y la atmósfera, el agua, los acuíferos –ríos, océanos y ­lagos–, las tierras comunales o ancestrales, las semillas, la biodiversidad, los parques ­naturales, el lenguaje, el paisaje, la memoria, el ­conocimiento, ­Internet, los productos distribuidos con licencia libre, la información genética, etc. El agua dulce empieza a ser vista como el bien común por excelencia, y las luchas contra su privatización –en varios Estados– han tenido notable éxito. 

Otra idea que preconiza la Cumbre de los Pueblos es la de una transición gradual entre una civilización antropocéntrica y una “civilización biocéntrica”, centrada en la vida, lo que implica el reconocimiento de los derechos de la Naturaleza y la redefinición del buen vivir y de la prosperidad de modo que no dependan del crecimiento económico infinito. También defiende la soberanía alimentaria. Cada comunidad debe poder controlar los alimentos que produce y consume, acercando consumidores y productores, defendiendo una agricultura campesina y prohibiendo la especulación financiera con los alimentos. 

En fin, la Cumbre de los Pueblos reclama un vasto programa de “consumo responsable” que incluya una nueva ética del cuidado y del compartir; una preocupación contra la obsolescencia artificial de los productos; una preferencia por los bienes producidos por la economía social y solidaria basada en el trabajo y no en el capital; y un rechazo del consumo de productos realizados a costa del trabajo esclavo (6).

La Conferencia Rio+20 ofrece así la ocasión a los movimientos sociales, a escala internacional, de reafirmar su  lucha por una justicia ambiental en oposición al modelo de desarrollo especulativo. Y su rechazo del intento de “enverdecimiento” del capitalismo. Según esos movimientos, la “economía verde” no constituye una solución a la crisis ­ambiental y alimentaria. Al contrario, se trata de una “falsa solución” que agravará el problema de la mercantilización de la vida (7). En suma, un nuevo disfraz del sistema. Y los ciudadanos están cada vez más hartos de los disfraces. Y del sistema.
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(1) Léase Ignacio Ramonet,  “Urgencias climáticas”, Le Monde diplomatique en español, enero de 2012.
(2) El País, Madrid, 21 de mayo de 2012.
(4) “Corralito” es una palabra surgida durante la crisis económica argentina de 2001, cuando ante la avalancha de clientes a los bancos para retirar sus ahorros, el ministro  Domingo Cavallo decidió que cada titular de cuenta sólo podría retirar un máximo de 250 pesos por semana. El ministro español de Hacienda, Cristóbal Montoro, declaró, al revuelo causado por la palabras de Krugman, asegurando que un corralito en España es una posibilidad técnicamente imposible.
(5) Pablo Solón, “¿Qué pasa en la negociación  para Rio+20?”, 4 de abril de 2012. http://rio20.net/documentos/que-pasa-en-la-negociacion-para-rio20
(7) Léase, “Declaración de la Asamblea de movimientos sociales”, Porto Alegre, 28 de enero de 2012. http://redconvergenciasocial.org/?p=160

Días clave para la Unión Europea / José Luis Calderón

La situación de la economía española es observada con gran preocupación también fuera de nuestras fronteras. Para muchos España es el último dique ante el caos económico. Por este motivo desde el BCE y la UE se miran con lupa todos los ajustes destinados a reducir el déficit en nuestro país. Esta preocupación se traduce en continuos avisos dirigidos al actual Gobierno español. Angela Merkel, Jose Manuel Durao Barroso, Mario Draghi, Hermann Van Rompuy y un desfile de comisarios de la UE han manifestado diversas opiniones sobre el futuro de nuestra economía. Pero todos coinciden en la importancia de sanear el sistema financiero español y reducir el déficit público.

Es evidente que un país no puede soportar niveles de deuda tan elevados durante mucho más tiempo. Un elevado porcentaje de economistas no discuten que el déficit público se deba reducir, pero manifiestan que no se puede realizar un ajuste tan radical en un espacio de tiempo tan corto. La medicina del recorte puede acabar matando al paciente, como por otra parte estamos comprobando en los últimos meses.

Por si la preocupación que genera la economía española en el seno de la UE no fuera suficiente, se atisba en el horizonte una serie de acontecimientos que siembran de incertidumbre el futuro más próximo.

El 31 de Mayo se celebrará en Irlanda un referéndum sobre el Tratado de estabilidad. Existe cierto temor en la UE a que los ciudadanos lo interpreten como un referéndum sobre los ajustes efectuados por el del Gobierno conservador de Enda Kenny. En los sondeos el Sí parte con ventaja pero el porcentaje de indecisos es muy elevado, además se debe recordar que los irlandeses ya rechazaron en referéndum el Tratado de Lisboa en 2008. Un No alejaría a Irlanda del Mede (Mecanismo Europeo de Estabilidad) y significaría otro revés a la agenda de la UE.

La victoria de François Hollande puede ocasionar la introducción con menos timidez que hasta ahora de argumentos a favor de promover políticas de crecimiento, arrinconando en parte el "dogma de fe" que ha significado la reducción del déficir público sobre todo lo demás. De momento, aunque tímidamente, algo parece estar cambiando en la UE. La "Agenda del crecimiento para Europa" que Angela Mekel quiere presentar en junio parece el principio de un giro en las decisiones políticas para afrontar la crisis. La cuestión es si la Canciller está realmente convencida de apostar por el crecimiento sobre la austeridad, o simplemente es un guiño a las voces críticas. Otros analistas plantean que Angela Merkel puede instaurar en el mes de junio una nueva dirección que sume al control del déficit una batería de estímulos para el crecimiento económico en la eurozona. Merkel necesita el apoyo del SPD para aprobar el Pacto Fiscal en el Bundestag y los socialistas conscientes de esto han dejado caer algunas condiciones. El establecimiento de un impuesto sobre las transacciones financieras, inversión de los fondos estructurales europeos en proyectos de crecimiento, refuerzo del Banco Europeo de Inversiones y emisión de deuda europea vinculada a proyectos concretos.

Alemania pretende impulsar un plan de crecimiento sin aumentar demasiado el gasto o recurrir al crédito pues esta opción generaría más deuda. A priori parece complicado que se consiga crecer sin invertir previamente.

Pero la preocupación por un eventual derrumbe de la economía española ha traspasado las fronteras de la UE. Según The Washington Post "si la crisis de España agrava la recesión en la UE puede llevar a toda la economía mundial a una depresión persistente". Este hipotético escenario mermaría las posibilidades de reelección de Barack Obama en los comicios de Noviembre. Probablemente ante el temor a que ese escenario se transforme en realidad Obama y Mariano Rajoy se reunirán en el mes de junio. Es por tanto muy probable que el presidente de EEUU intente presionar a la canciller Angela Merkel para incluir nuevas directrices centradas en el crecimiento y el apoyo a los países periféricos de la UE. Eso si no lo ha hecho ya.

Hasta ahora, las únicas certezas son la incapacidad para resolver los problemas de la deuda soberana (los eurobonos aún son un tabú) y la ausencia de mecanismos para resolver las crisis bancarias o frenar la especulación.

Los días pasan, las decisiones clave no terminan de llegar, los pasos no parecen estar claros y el margen del Gobierno español si todo continúa igual cada vez es más estrecho. Sobre todo si sumamos la posibilidad de que Grecia abandone el euro si el resultado de las elecciones que se celebrarán el 17 de junio vuelve a dejar fuera de juego a los partidos favorables al plan de rescate, Nueva Democracia y PASOK. Los problemas económicos de los países periféricos se agravan sin que se adviertan soluciones en el horizonte.

Paul Krugman: "La salida de la crisis está bloqueada por la falta de lucidez y de voluntad política"

NUEVA YORK.- El azote de los neoliberales ha vuelto, si es que alguna vez se fue. Tras su columna en New York Times en el que pronosticaba la salida de Grecia del euro y un corralito en España , ahora publica el ensayo ¡Acabad con esta crisis!, un alegato en defensa de las tesis económicas de Keynes y un latigazo a políticos y economistas neoliberales a quienes culpa de la recesión y el estancamiento económico. “La crisis que estamos atravesando es fundamentalmente gratuita: no hace falta que suframos tanto ni destruir la vida de tanta gente”, escribe y recoge 'Público'.

A lo largo de la obra, Krugman desmiente uno a uno los dogmas neoliberales y señala la senda de la recuperación. Sus fórmulas, sin embargo, no son novedosas. Ni siquiera son reformuladas. Para Krugman el camino de la recuperación fue descubierto en 1929 con la Gran Depresión, aunque, a su juicio, los actuales economistas de Estado y sus predecesores, desde los años 80, sufren una amnesia selectiva acerca del éxito de las fórmulas keynesianas.
Por ello, para el economista más famoso del mundo la recuperación económica pasa por, principalmente, tres acciones. “La forma más directa es que el gobierno gaste donde el sector privado no lo hace”, afirma. El Nobel señala que está “más que demostrado” que los cambios en el gasto gubernamental mueven la producción y el empleo en la misma dirección. “si se gasta más, crecerán tanto el PIB real como el empleo, si se gasta menos, el PIB real y el empleo menguarán”, añade. 
Continuando con este razonamiento, Krugman señala se deberían haber iniciado proyectos como inversiones en carretera, sistemas hídricos o mejoras en los ferrocarriles, pero sobre todo, aumentar las partidas de gasto social destinadas a las clases más necesitadas. “Si das dinero a gente que lo necesita, lo va a gastar seguro”, asevera. La segunda de las vías pasa por la actuación de la Reserva Federal en Estados Unidos y por el Banco Central Europeo en el viejo continente.
La más novedosa de sus aportaciones pasa por la vivienda. El premio Nobel aboga por rebajar las deudas de las familias con los bancos para, de esta manera, puedan consumir más otro tipo de productos. Además, esta rebaja de las hipotecas estaría justificada porque el valor de los inmuebles ha bajado notablemente a lo largo de la presente crisis.
Por último, el economista señala otra serie de medidas alternativas, complementarias a las anteriores, que empujarían a la economía a la senda del crecimiento como una apuesta decidida y realista por la economía verde. A este camino se llegaría imponiendo a las empresas medidas de restricción de emisión de gases o partículas nocivas y estableciendo incentivos para las empresas que inviertan en nuevas técnicas menos perjudiciales para el medio ambiente.
Pero el economista no sólo construye alternativas, también desmonta falacias, mitos y dogmas neoliberales. Por ejemplo: hemos vivido por encima de nuestras posibilidades. La culpa de esta crisis financiera global es de los gobiernos por empujar a las entidades financieras a dar crédito a las familias. Durante los treinta años de políticas neoliberales, Occidente ha crecido como nunca antes en su historia. La solución a esta crisis pasa por la austeridad. 
Para Krugman toda esta retahíla de frases que tanto han oído los ciudadanos en los últimos años no son más que un puñado de falsedades pronunciadas por políticos y economistas a sabiendas de que están mintiendo en muchos casos. Mienten, porque, admitir que hay otras alternativas que las suyas a la salida de la crisis sería admitir que su movimiento político y económico (el neoliberal) está equivocado. Porque el problema no empezó en el 2008, sino en los 80 con las políticas que iniciaron Ronald Reagan en Estados Unidos y Margaret Thatcher en el Reino Unido, que posteriormente se trasladaron a Europa.
“Para meternos en esta depresión han hecho falta décadas de malas directrices políticas y malas ideas (…) porque durante mucho tiempo estuvieron funcionando muy bien para un puñado de gente rica y con muchísima influencia”, escribe. Entre esas políticas está permitir que se fusionen la banca tradicional y la banca de inversión, la eliminación de límites a las tasas de interés, permitir la liberalización total de los productos financieros y así un largo etcétera de medidas tomadas entre los años 80 y la actual que han desembocada en crear una serie de grupos de presión como los bancos que no pueden caer.
España y Europa
Para Krugman España es el ejemplo arquetípico que refleja la crisis europea. Durante los primeros años de la zona euro, España recibió grandes flujos de dinero, que alimentaron una enorme burbuja inmobiliaria y, además, provocaron un considerable aumento de sueldos y precios en relación con las economías del núcleo de Europa. Por ello, la solución que plantea para España y que Europa busca es ajustar los costes de producción, es decir, bajar los salarios y los precios para volver a ser competitivos frente a terceros países.
Este proceso de devaluación interna, tal y como lo está planteando la Unión Europea, provocará “un largo período de tiempo con tasas de desempleo elevadísimas”, argumenta. La causa: no disponer de una moneda propia para devaluar automáticamente la moneda o la emisión de eurobonos que permita que el Banco Central Europeo dé cobertura a los países miembros en casos de emergencia financiera.
Por ello, Krugman propugna que Europa ponga “coto a los ataques de pánico”, ofrezca “garantías a los ataques de pánico” y se olvide de su ataque de austeridad máxima al que califica de “austeríaco”. “La economía no es una obra moral. Si has gastado mucho, demasiado, durante un tiempo, la solución no es la rectitud fiscal.”

El Gobierno afianza en España el plan de una banca pública

MADRID.- El Gobierno avanza progresivamente en la idea de conformar una banca pública liderada por José Ignacio Goirigolzarri ante el tibio interés que el sector financiero ha mostrado por las subastas de entidades nacionalizadas y la falta de recursos del fondo de garantía de depósitos, informaron hoy fuentes financieras.
 
   Los bancos no han mostrado excesivo entusiasmo por los procesos de adjudicación pendientes, los de Banco de Valencia y Catalunya Caixa, a los que se añadirá, con toda probabilidad, el de Novacaixagalicia, ya que exijen un elevado respaldo público para quedárselas.
   La idea inicial del Gobierno de Mariano Rajoy era concluir las adjudicaciones de las nacionalizadas durante el primer semestre del ejercicio y que el coste de la reestructuración del sistema financiero recayese exclusivamente sobre la banca y no sobre el contribuyente.
   No obstante, los dos últimos decretos de saneamiento financiero aprobados por el Gobierno obligan a la banca a acometer un esfuerzo en provisiones para cubrir eventuales pérdidas por el ladrillo de 84.000 millones de euros, lo que ha congelado su interés comprador.
   Asimismo, tanto las entidades como el Ministerio de Economía ven lógico aplazar las subastas hasta conocer las valoraciones que hagan sobre la banca española Oliver Wyman y Roland Berger de acuerdo al encargo del Gobierno para despejar las dudas de los mercados sobre la valoración de los activos.
   Además, la última adjudicación de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) al Sabadell ha dejado esquilmado al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD), instrumento que se nutre de las aportaciones privadas de las entidades y con el que se están sufragando las subastas.
   El rescate de Bankia, que acarrea respaldo público por importe global de 23.465 millones de euros, ha terminado de desbaratar el escenario del sector financiero, que ahora cuenta con la presencia del Estado en la quinta parte de su accionariado.
   Con este telón de fondo, el departamento que dirige Luis de Guindos es consciente de las dificultades de devolver las entidades nacionalizadas al sector privado, por lo que ha puesto sus ojos en Goirigolzarri, flamante presidente de Bankia, para liderar un banco público que aglutine a las entidades nacionalizadas.
   Las tres entidades nacionalizadas por el Estado suman un volumen de activos de 466.000 millones de euros en activos consolidaddos y contarían con una cartera conjunta de más de 17 millones de clientes y una red comercial compuesta por 5.475 oficinas.

El relevo en el Banco de España puede abrir otro conflicto jurídico

MADRID.- El anunciado relevo en el Banco de España, habida cuenta de que el actual gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, abandona el cargo el día 10 de junio, puede abrir un nuevo conflicto jurídico entre dos leyes sobre si el candidato debe o no comparecer previamente ante el Congreso para ser examinado.
 
   Esta situación deriva de la Ley de 2006 de Conflicto de Intereses de los Altos Cargos, que dejó establecido que los candidatos a los órganos constitucionales y reguladores debe ser sometidos a un examen en el Congreso "con carácter previo al nombramiento" para certificar su idoneidad para el puesto y la ausencia de incompatibilidades.
   El conflicto jurídico ya se produjo con el presidente del Consejo de Estado, José Manuel Romay Beccaría, que no se sometió a examen previo porque el Gobierno, cuando le nombró, optó por seguir la ley específica de la institución, más antigua que la de 2006 pero de mayor rango por su carácter orgánico.
   Ante las protestas del PSOE, al final el Gobierno congeló el nombramiento hasta que Romay Beccaría compareció en el Congreso, donde pasó el examen sin problemas, y fue después cuando ya tomó posesión.
   Con el Banco de España puede suceder ahora lo mismo, según aseguran fuentes parlamentarias. La ley del organismo regulador, de 1994, establece que el gobernador será nombrado por el Rey, a propuesta del presidente del Gobierno, y que, "con carácter previo", el ministro de Economía y Hacienda habrá de informar al Congreso sobre el candidato.
   En cambio la citada ley de 2006 da a entender que quien debe ser examinado con carácter previo es el propio candidato a gobernador, pues habla de que el examen de idoneidad es exigible al "presidente y los miembros de los órganos rectores de cualquier organismo regulador y de supervisión".
   La cuestión es que no hay mucho tiempo para decidir el procedimiento, habida cuenta de que Fernández Ordóñez ha anunciado su marcha para el día 10 y se espera que su sustituto esté ya en su despacho al día siguiente, lunes 11 de junio, cuando recibirá los resultados de las auditorías independientes sobre el sector financiero encargadas a dos empresas extranjeras.
   Los ajustados plazos harían por tanto necesario que socialistas y 'populares' negociaran esta decisión a lo largo de esta próxima semana, especialmente si es necesario que el candidato comparezca en la Cámara baja, si bien la presidenta de la Comisión de Economía, Elvira Rodríguez, ha confirmado que este órgano no tiene prevista ninguna sesión hasta la semana siguiente.
   En todo caso, se espera que esta vez el relevo en la cúpula del Banco de España se haga con consenso entre los dos grandes partidos, con opción a que el PSOE pueda aportar nombres para el puesto de subgobernador.
   Hasta ahora despuntan tres nombres para suceder a Fernández Ordóñez: Luis María Linde, que acaba de ser nombrado consejero y cuya edad no le permitiría completar su mandato (todo gobernador debe dejar el cargo al cumplir 70 años); Fernando Bécquer, consejero autonómico y alto cargo del PP en los noventa y actualmente directivo de Iberdrola pero también de la nacionalizada Bankia; y José Luis González Páramo, que acaba ahora mandato en el Banco Central Europeo (BCE).
   Como subgobernador y a sugerencia del PSOE se ha mencionado a Vicente Salas, el consejero del Banco de España que ha sido relevado hace sólo una semana.
   Los socialistas se fían de la palabra del ministro Luis De Guindos de que elegirán a alguien con un "perfil profesional y adecuado" y esperan que no haya motivo para que tener que protestar. Por el mismo motivo, también confían en que el PP no les ponga trabas al nombre que propongan como subgobernador.
   Lo que sí han acordado los dos grandes partidos es negociar los nombramientos lo más cerca posible a la sucesión para evitar filtraciones y situaciones de interinidad. Ahí se decidirá quién presenta la propuesta al Parlamento, si es el ministro Luis De Guindos, como parece más probable, o se habilita una comparecencia del candidato a gobernador.

El PP niega presiones de Alemania para que España recurra al fondo de rescate

MADRID.- El portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Alfonso Alonso, ha negado este domingo presiones de Alemania para que España recurra al fondo de rescate, al tiempo que ha pedido descartar los "mensajes alarmistas" respecto a una posible intervención.

   En una entrevista en Onda Cero, Alonso ha afirmado que "se saldrá de la crisis con el camino de las reformas", puesto que "se están haciendo los deberes" para resolver la crisis.
   No obstante, ha reiterado que el actual contexto económico también es "una crisis del euro" que requiere una "responsabilidad compartida y una nueva definición de Europa". Así, a su entender, lo necesario a día de hoy en Europa es "voluntad política".
   Respecto a la falta de acuerdos con el PSOE, Alonso ha explicado que esta situación no se debe a "no hacer esfuerzos". "El PSOE tiene dos almas, una a la hora de hacer declaraciones y otra a la hora de votar, pero desde el PP esperamos que las palabras de Rubalcaba tengan traslación al Congreso. Echamos de menos un apoyo a las reformas", ha resaltado.
   Por otra parte, ha defendido la importancia de "conocer con exactitud el relato de lo sucedido" en torno a la situación de Bankia, si bien ha destacado la necesidad de "ser cautelosos y manejar bien los tiempos".
 "Estamos abiertos a que se conozcan estas cosas, queremos que se sepa la verdad, pero la mejor formula no es la comisión de investigación", ha asegurado.
   Respecto a la salida del expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, ha incidido en "no centrarse en el ruido" que puedan generar sus declaraciones, al tiempo que ha solicitado "estar en el trabajo serio", aludiendo a la necesidad de garantizar los depósitos de la entidad financiera.