MADRID.- El Banco de España asegura que no existen
precedentes cercanos en España de una doble recesión, lo que plantea
"importantes interrogantes" sobre la capacidad de respuesta de la
economía española, en un momento en el que sus ineficiencias lastran la
recuperación y obstaculizan el restablecimiento de una nueva senda de
crecimiento sostenible.
En su informe anual, el Banco de España repasa la evolución de
la economía española en 2011 y la recaída que se ha producido en 2012
por la intensificación de la crisis de deuda soberana y su interacción
con la situación del sistema financiero, que han empeorado las
condiciones de financiación de la economía y la confianza de los
agentes.
La institución asegura que la recaída se produce en un momento
en el que todavía prosigue el ajuste en el sector inmobiliario, no se
ha detenido la destrucción de empleo, el sector privado está inmerso en
un "complicado" proceso de recuperación de la competitividad y
desapalancamiento financiero y el bancario en otro de saneamiento,
recapitalización y reestructuración, al tiempo que se avanza en un
"severo" proceso de consolidación fiscal en un escenario sin
crecimiento.
"Estos factores, que han influido en la recaída, condicionan
asimismo la salida de esta compleja situación", señala el Banco de
España, quien asegura que, a muy corto plazo, las perspectivas siguen
condicionadas por la necesidad de corregir los desequilibrios pendientes
y de enderezar las fragilidades que han surgido durante la crisis, lo
que obliga a completar los ajustes y limita las posibilidades de
crecimiento.
Sin embargo, cree que el seguimiento de una "agenda ambiciosa"
de saneamiento y reformas permitirá restablecer los equilibrios
macroeconómicos y la competitividad necesarios para reanudar una senda
de crecimiento "sólido" a medio plazo y evitar el riesgo de que la
economía quede atrapada en un escenario de escaso dinamismo durante un
periodo prolongado de tiempo.
"Cuánto más rápidamente se culminen los ajustes y se afronte
las debilidades propias que han situado a la economía en una posición de
vulnerabilidad, no sólo se restablecerán más prontamente las bases de
un crecimiento sólido, sino que también será mayor la protección frente a
las perturbaciones y accidentes que se puedan producir en el todavía
inestable escenario de la zona euro", señala.
En este sentido, el supervisor financiero advierte de que el
desarrollo de la crisis de deuda soberana continuará siendo un
condicionante externo "importante", por lo que la capacidad de reacción
propia y la "adecuada respuesta" de los agentes determinarán "más que
nunca" la forma en que se superará la "difícil encrucijada" en la que se
encuentra la economía.
Para el Banco de España, la superación de la crisis requiere
una política económica "firmemente anclada" en una orientación a medio
plazo para culminar la corrección de los desequilibrios y profundizar en
el saneamiento de los sectores, aunque las medidas concretas puedan
tener un efecto contractivo a corto plazo.
En este sentido, pide una agenda de política económica que se
articule en torno a tres pilares: la reestructuración de las entidades
de crédito, la culminación de un proceso fiscal "ambicioso" y el avance
en las reformas estructurales, sobre todo en la del mercado de trabajo.
A pesar la actual situación, el Banco de España espera que
comiencen a apreciarse los primeros estadios de una "recuperación más
duradera" en el año 2013, y cree que la recaída es indicativa tanto de
la fragilidad de la recuperación anterior como de la intensidad de los
elementos que se acumularon en 2011 y "dieron al traste" con la mejora
gradual del producto.
Por otro lado, repasa la reacción europea a la crisis y
asegura que los progresos en políticas nacionales, gobernanza europea y
política monetaria han sido "desiguales y no exentos de dificultades".
"El camino por recorrer es todavía importante", señala la institución
que gobernará a partir del lunes Luis Linde, tras resaltar la necesidad
de completar los movimientos con el diseño de una agenda "más ambiciosa"
para avanzar hacia una unión económica "más fuerte y profunda".
El Banco de España analiza también el mecanismo permanente de
gestión crisis, el ámbito en el que ahora se necesita más "ambición,
consenso y determinación" por parte de los gobiernos. A su parecer, el
proceso de creación del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) ha sido
"demasiado lento" y ha estado sometido a "excesivas fricciones", dada la
magnitud de la crisis y su velocidad.
Según la institución, los debates sobre su dimensión y sobre
el abanico de instrumentos de los que se le dota, aunque necesarios, se
han dilatado "más de lo deseable" y han evidenciado demasiados
desencuentros. "Los inversores han percibido las dificultades para
avanzar en este terreno y han reaccionado ante la ausencia de consenso
con una extra de desconfianza", ha dicho.