MADRID.- España lo va a tener difícil para cumplir este año con sus
necesidades de financiación sin recurrir a la ayuda externa debido a la
necesidad de cubrir parte de la deuda de las regiones, el incremento de
los costes de financiación, la nueva revisión del déficit público y la
aversión de los mercados al riesgo España.
El Tesoro Público español requerirá 10.000 millones de euros más de lo
previsto a principios de año para financiar el nuevo objetivo de déficit
público acordado con la Unión Europea, a los que se sumarán otros
12.000 millones por el nuevo fondo de liquidez que se va a constituir
para financiar a las regiones.
De esta forma, las necesidades de financiación para lo que queda
de año sumarán unos 50.000 millones de euros (sin incluir emisiones de
Letras), desinflando el colchón de financiación logrado por el Tesoro
durante los primeros meses del año, cuando el Banco Central Europeo
inyectaba fondos a tipos muy bajos en los mercados para garantizar la
compra de deuda soberana.
Fuentes oficiales españolas habían presumido en los últimos meses
que el Tesoro no tendrá dificultades en la segunda mitad del año tras
colocar en el primer semestre 59.000 millones de euros de los 86.000
millones inicialmente presupuestados.
Pero esta ventaja se ha evaporado al requerirse fondos
adicionales para cubrir el déficit adicional -- 6,3 por ciento del PIB
en vez del 5,3 por ciento inicialmente fijado -- y para la asistencia
financiera de las Comunidades Autónomas.
Las finanzas públicas españolas han estado en el punto de mira de
los inversores internacionales desde que el país incumpliese de largo
el objetivo de consolidación de 2011 y dijese que tampoco alcanzaría la
meta fijada para 2012.
Los problemas de solvencia de parte del sistema financiero
español y la recaída de la economía nacional en una nueva recesión -- la
segunda en tres años -- han empeorado la situación.
Como consecuencia, los costes de financiación del Tesoro han
alcanzado sus niveles máximos desde el lanzamiento del euro. El
miércoles, la rentabilidad del bono español a 10 años rozaba el 7,60 por
ciento, muy por encima del nivel crítico del 7 por ciento, considerado
como insostenible para la financiación de la deuda de un país en la zona
euro.
El Tesoro puede usar el dinero que tiene en las cuentas del Banco
de España y en otras entidades para hacer frente al próximo vencimiento
de deuda de 12.870 millones de euros a finales de julio. Pero una
prueba más exigente se presentará los días 29 y 31 de octubre cuando
expirarán un total de 20.270 millones de euros en bonos.
Actualmente, el Tesoro dispone todavía de un colchón de 28.900
millones de euros tras bajar este saldo desde los 44.000 millones de
euros en abril, según información de diversos medios que tanto Economía
como el Banco de España no han confirmado.
Además, los meses de julio y octubre suelen ser meses favorables
para España en términos fiscales al coincidir con los periodos de mayor
recaudación impositiva, pero la evolución de los ingresos fiscales ha
sido decepcionante y la recaudación impositiva ha caído un 5 por ciento
en la primer mitad del año.
En caso de que España no pueda colocar un volumen suficiente de
bonos a medio y largo plazo, podría emitir letras, aunque el uso de
emisiones a corto plazo para financiar necesidades a largo plazo no
resolverá el problema e implicará un incremento de los costes con cada
renovación.
El martes, España emitió letras por un volumen algo superior a
los 3.000 millones de euros, pero tuvo que ofrecer las segundas
rentabilidades más altas desde el lanzamiento del euro.
El Tesoro dijo durante el primer semestre que tenía previsto
emitir este año letras por importe de 100.000 millones de euros para
suavizar su curva de vencimientos. Hasta la fecha, colocó 47.000
millones de euros y le quedan por renovar vencimientos por importe de
35.000 millones de euros antes de finalizar el año.
Hasta la fecha y gracias a la "barra libre" del Banco Central
Europeo, el fuerte incremento de las rentabilidades de la deuda española
en el mercado secundario aún no se ha trasladado a los costes de
financiación, que siguen por debajo de los niveles de los años
anteriores.
La rentabilidad media de la deuda española era del 3,27 por
ciento a finales de junio, muy por debajo del 3,90 por ciento registrado
hace un año, según datos del ministerio de Economía publicados el
martes.
Pero el mantener los costes financieros en niveles sostenibles
requerirá encontrar a nuevos compradores para los bonos. En las últimas
semanas, los inversores extranjeros han reducido su exposición al
mercado español mientras los bancos nacionales se muestran cada vez más
reticentes a la hora de comprar deuda ante sus propios problemas de
liquidez.
Una nueva rebaja del rating de la deuda española, actualmente a
un escalón del "bono basura", complicaría aún más la tarea para el
Tesoro.
"No hay compradores internacionales. Los bancos pequeños no
tienen capacidad para comprar más y los grandes solo renuevan los
vencimientos y, en un principio, los únicos compradores reales son los
bancos intervenidos por el Estado", dijo un analista de deuda soberana.
No obstante, agregó que España aún tendría capacidad de
financiarse por sí misma para lo que queda de año siempre que recibiera
alguna ayuda en concepto de liquidez
Una de las posibles fuentes de soporte podrían ser los cientos de
miles de millones de euros depositados por la banca con el BCE tras las
inyecciones de liquidez a largo plazo de diciembre y febrero.
Otra opción sería el apoyo del fondo de rescate permanente en
forma de compras de bonos en el mercado primario o secundario. Pero el
nuevo mecanismo de estabilidad europeo no se implementará antes de
septiembre y, dado que aún no dispone de todo el capital acordado, su
capacidad de intervención inicial no será suficiente para proteger
completamente a España de los ataques de los mercados.
"Hasta que no tenga todo el capital (este mecanismo) solo puede
disparar una vez. Así que creo que la zona euro esperará hasta el último
minuto antes de usarlo a favor de España porque, de no acertar con el
primer tiro, morirá", explicó el analista.