MADRID.- La agencia de calificación crediticia
Standard & Poor's (S&P) ha decidido mantener sin cambios el
rating 'BBB+' con perspectiva 'negativa' de la deuda a largo plazo de
España por el fuerte compromiso de las autoridades españolas con los
ajustes fiscales y económicos, según informó la agencia en un
comunicado.
S&P, que también ha decidido mantener también
sin cambios la calificación 'A-2' de la deuda a corto plazo, explica que
la nota de España está respaldado por una economía "diversificada y
próspera, un sistema político estable y la implementación ya en marcha
de una completa agenda de reformas fiscales y estructurales".
En cambio, la calificación se ve aún limitada por el alto endeudamiento
exterior del sector financiero español, por unos pasivos contingentes
significativos y por las aún existentes rigideces de la economía,
especialmente "un mercado de trabajo todavía altamente dual".
En su opinión, la economía española se está ajustando rápidamente desde
la demanda interna hacia la externa, como demuestra el buen
comportamiento de las exportaciones desde 2010, pero advierte de que una
consecuencia de esta reorientación de la economía más rápida de lo
esperada ha sido la disminución de los ingresos por impuestos
tributarios, sobre todo los indirectos, que ha supuesto que el déficit
público y la deuda hayan superado consistentemente sus previsiones.
S&P explica que durante 2012 el ritmo de desapalancamiento se ha
acelerado y es probable que se produzca una contracción todavía mayor de
la inversión y el consumo tanto en el sector privado como en el
público, lo que podría seguir poniendo en riesgo el ambicioso objetivo
fiscal del 6,3% del PIB en 2012, especialmente por la importancia de la
recaudación de impuestos indirectos.
De hecho, aunque espera
que el déficit se reduzca sustancialmente durante este año, cree que
superará ligeramente el objetivo del 6,3% del PIB este año y solo caerá
por debajo del 4% en 2015, y alerta del riesgo de un mayor deslizamiento
en 2012 y 2013, pese a las medidas de ajuste adicionales.
Asimismo, también remarcó el nuevo Fondo de Liquidez Autonómico, dotado
inicialmente con 18.000 millones de euros, es probable que requiera más
financiación en 2013, teniendo en cuenta los elevados vencimientos de
deuda a los que muchas regiones tendrán que hacer frente el próximo año.
Por otro lado, Standard & Poor's prevé que la deuda neta pública de
España se mantenga por debajo del 80% del PIB después de 2015, ya que
cree que los préstamos públicos a las entidades financieras españolas en
dificultades serán finalmente mutualizados entre todos los Estados de
la eurozona.
Además, prevé que el coste real para el Estado
del apoyo a los bancos españoles en dificultades será
"significativamente menor" que los 100.000 millones de euros estimados,
dado el compromiso del gobierno para minimizar la carga de la
reestructuración bancaria sobre los contribuyentes, algo que se logrará
mediante la absorción de las pérdidas a través de capital e instrumentos
híbridos así como compartiendo la carga entre los tenedores de deuda
subordinada.
La agencia también confía en que España siga
recibiendo el apoyo, "incluida financiación", de sus socios europeos y
del Banco Central Europeo (BCE), lo que debería ayudar a los esfuerzos
del gobierno por restaurar la confianza en el sector financiero y sentar
las bases para una recuperación sostenible.
Sin embargo,
avisa de que el país es "vulnerable" a los retrasos o contratiempos en
los planes de la eurozona para reunir suficientes recursos comunes que
permitan respaldar el apoyo financiero a los Estados, crear una unión
bancaria con un solo regulador y un marco de resolución común antes de
finales de 2012, y avanzar hacia una mayor integración fiscal.
"Desde nuestro punto de vista, si la fragmentación en la financiación
de la zona euro no se invierte, la economía española podría contraerse
bruscamente, el desempleo aumentaría todavía más, la cohesión social se
desvanecería y las reformas se estancarían o darían marcha atrás",
alerta.
Por otro lado, la agencia ha decidido dejar la perspectiva del rating
en 'negativa' por dos motivos: la posibilidad de una contracción del PIB
todavía más pronunciada de lo esperada, como consecuencia del rápido
desapalancamiento del sector financiero y de un debilitamiento de la
demanda externa, y cambios en sus estimación del coste de la
recapitalización del sector financiero español.
Asimismo,
podría rebajar el ratings de España, incluso al grado de 'bono basura',
si considera que el apoyo de la eurozona no logra generar confianza
suficiente para mantener los costes de financiación del Estado a niveles
compatibles con la sostenibilidad de la deuda y un saldo fiscal
primario en equilibrio.
Por el contrario, apunta que revisar
la perspectiva del rating a estable si las reformas presupuestarias y
estructurales del gobierno, junto con un exitoso programa de apoyo de la
eurozona, estabilizan las principales medidas que determinan de calidad
crediticia de España.