BERLÍN.- Alemania, el principal contribuyente de la Unión Europea, dijo el
viernes que España no necesita un rescate, enfriando las expectativas de
que Madrid reciba un respiro con las compras de bonos del Banco Central
Europeo.
Las declaraciones del ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang
Schäuble, que contrastan con la presión que ejerce Francia para que
Madrid despeje el camino para que el BCE pueda comprar sus bonos,
parecen apuntar a desalentar al jefe del Gobierno español, Mariano
Rajoy, respecto a una solicitud de ayuda.
"España no necesita un programa porque está haciendo lo correcto y
tendrá éxito", dijo el ministro a corresponsales extranjeros en Berlín.
"Lo que necesita España es la confianza de los mercados financieros y
es ahí donde España tiene problemas reales", agregó.
En Madrid, la vicepresidenta del Gobierno negó una información de
Reuters que decía que el Gobierno estaba considerando congelar las
pensiones, dentro de su plan por implementar recortes y cumplir así con
las eventuales condiciones de un rescate.
"El presidente del Gobierno ha dicho públicamente que lo primero
que hizo cuando llegó al poder fue actualizar las pensiones y eso
debería ser respetado. En sus palabras, eso sería lo último que
tocaría", dijo a la prensa Soraya Sáenz de Santamaría.
Reuters citó además a fuentes con conocimiento del tema diciendo
que España estaba considerando aumentar la edad de jubilación a 67 años
desde los actuales 65.
El Gobierno se ha comprometido a subir en un 1 por ciento las
pensiones y a hacer un ajuste regular del 3 por ciento por inflación
para fin de año. Suspender la relación entre pensiones e inflación
podría permitirle a Rajoy argumentar que no ha tocado las pensiones y al
mismo tiempo ahorrar dinero en términos reales.
Los costes de endeudamiento de España han comenzado a subir
nuevamente, conforme las autoridades del Gobierno y sus socios de la
zona euro envían señales confusas sobre la necesidad de un rescate.
El país enfrenta un pago de deuda por 27.500 millones de euros a
finales de octubre, pero las autoridades de la UE han dicho que no
esperan que Rajoy presente un pedido de ayuda antes de las elecciones en
su comunidad natal de Galicia el 21 de octubre, lo que sería demasiado
tarde para recibir el respaldo del BCE antes de ese plazo.
El BCE ha condicionado sus compras de deuda en el mercado
secundario a que los países que se verían beneficiados pidan ayuda
primero con estrictas condiciones.
Italia podría caer también en la mira de los mercados tras decir
el jueves que la contracción de la economía será mucho más fuerte de lo
previsto este año y subir la meta de déficit.
Estos hechos demuestran que la calma que compró el BCE al
anunciar su programa de compra de bonos podría tener una vida corta, a
menos que respalde sus palabras con hechos.
El ministro de Finanzas alemán dijo además que nadie en la zona
euro quería que Grecia dejara el área monetaria, pero señaló que Atenas
debía demostrar que estaba respetando los términos del segundo plan de
rescate.
"No hay ninguna garantía de que puedan seguir convenciendo a la
gente de los otros países" de que está en su interés que Grecia
permanezca en la zona euro, agregó el ministro.
Las autoridades de la UE y fuentes de Alemania dijeron que un
informe crucial de la troika de acreedores sobre si la deuda de Grecia
es manejable podría ser demorado hasta después de las elecciones del 6
de noviembre.
Pese a que esto fue desmentido por Grecia y por una alta fuente
de la Comisión Europea, un escenario de ese tipo dejaría a Grecia
peligrosamente corta de efectivo.
En Portugal, otra de las víctimas de la crisis, el primer
ministro Pedro Passos Coelho prometió "escuchar al pueblo" tras una
semana de masivas manifestaciones contra un plan para aumentar los
impuestos. Esto sugiere que las medidas podrían ser suavizadas.
"No somos sordos frente a las dificultades que enfrenta el país",
dijo el primer ministro ante el parlamento, en referencia a las
protestas contra un plan para subir las contribuciones a la seguridad
social.
Portugal está sumida en su peor recesión desde la década de 1970 y
la popularidad del Gobierno de centroderecha se encuentra en mínimos
históricos.