BRUSELAS.- Los gobiernos europeos se acercaron el miércoles a un acuerdo que dé al Banco Central Europeo (BCE) nuevos poderes con los que supervisar el sector bancario europeo, después de que Alemania mostrara estar dispuesta a un compromiso sobre el alcance de la ambiciosa reforma financiera.
La semana pasada, el ministro de Finanzas de Alemania, Wolfgang
Schäuble, chocó públicamente con su homólogo francés, Pierre Moscovici,
por elementos clave del plan, pero con cada vez menos tiempo antes de la
fecha límite de final de año, ambos redujeron sus diferencias,
aumentando las esperanzas de un avance decisivo.
El acuerdo sobre un supervisor bancario común es un primer paso
crucial para una "unión bancaria" de mayor alcance, o un enfoque
compartido de la zona euro que permita lidiar con bancos en problemas
que en los últimos años han hundido a países como Irlanda y España.
"Creemos que hay buenas posibilidades de llegar a un acuerdo hoy
", dijo Schäuble a los periodistas tras una reunión en Bruselas con sus
homólogos de la Unión Europea. "Mi intención es que encontremos una
solución para la unión bancaria antes de Navidad".
Por su parte, Moscovici dijo a sus colegas en la reunión que "todos los parámetros" para un acuerdo están sobre la mesa.
De todos modos, incluso aunque la eurozona pueda solucionar la
mayor parte de sus diferencias, quedan otras cuestiones complicadas.
En una cumbre realizada en junio, los jefes de Estado y de
Gobierno de la UE prometieron que una vez que entre en vigor el
supervisor bancario común, el mecanismo de rescate tendría competencia
para recapitalizar directamente a las instituciones con problemas.
Países como Francia, Italia y España están a favor de que esos
poderes entren en vigor lo antes posible. Pero Alemania, preocupada por
la posibilidad de verse forzada a pagar la cuenta de todos los bancos
con problemas, no tiene prisa.
En sus primeros comentarios en la reunión, Schäuble evitó
cualquier discusión sobre las recapitalizaciones bancarias y dijo que
llevaría más de un año lograr que el nuevo supervisor esté formado y
funcionando.
A largo plazo, hay desacuerdos en torno a cómo debe compartirse la liquidación de los bancos problemáticos.
Un documento de compromiso
presentado por el presidente rotativo de la UE, Chipre, obtuvo un gran
apoyo en la reunión, tanto de parte del BCE como de los estados
miembros.
En las últimas semanas, Alemania se ha mostrado en contra de dar
al BCE una responsabilidad de supervisión de los 6.000 bancos que hay en
Europa, preocupada porque el nuevo sistema pudiera volverse
inmanejable.
Bajo la propuesta chipriota, los bancos con activos de 30.000
millones de euros o mayores que una quinta parte de la producción de su
país, serán supervisados directamente por el BCE y no por el organismo
nacional. Además, da al Banco Central Europeo autoridad para ampliar su
supervisión a entidades de menor tamaño si entraran en problemas.
Berlín se muestra receloso sobre un potencial conflicto de
intereses entre el papel del BCE como supervisor y como guardián de la
política monetaria. El conflicto podría surgir si por ejemplo el BCE
tuviera que mantener los tipos de intereses bajos para reforzar a los
bancos.
En un guiño para Alemania, la propuesta dice que el nuevo supervisor podría no estar operativo hasta abril de 2014.
Después de tres años de medidas graduales contra la crisis, un
acuerdo sobre una unión bancaria establecería una piedra angular de una
unión económica más amplia y supondría el primer intento concertado de
integrar la respuesta del bloque a los problemas de las entidades.
Pero para alcanzar un acuerdo, que los dirigentes de la UE
quieren cerrar cuando se reúnan en una cumbre el jueves y el viernes,
habrá que abordar las preocupaciones de Alemania, cuyo respaldo es
crucial, y a la vez satisfacer a Francia y a otros países con profundos
intereses en el tema como Reino Unido, Suecia y Holanda.
Pero Francia también tiene demandas.
"Podemos prever grados de supervisión dependiendo del tamaño de
los bancos, pero con una condición, que al final el Banco Central
Europeo tenga la responsabilidad final", dijo esta semana el
ministro francés de Finanzas, Pierre Moscovici,
Esta preocupación es compartida por analistas.
"El BCE a fin de cuentas es el consejo de gobierno", dijo Guntram Wolff de Bruegel, un centro de estudios en Bruselas.
"No dejar la última palabra al consejo de gobierno significa que
creas una nueva institución. Si creas una nueva institución, no tendría
la credibilidad del BCE", agregó.
Los 27 estados de la UE deben dar su aprobación para que el
proyecto siga adelante, incluso aunque solo los países que integran la
zona euro entrarían dentro de la unión bancaria.