CIUDAD DEL VATICANO.- Benedicto XVI instó anoche, víspera de Navidad, a
hallar espacio para Dios en sus aceleradas vidas llenas de los más
recientes aparatos tecnológicos. El Santo Padre de 85 años, conmemorando la octava
Navidad de su pontificado, celebró una solemne Misa del Gallo en la
Basílica de San Pedro, durante la cual pidió una solución al conflicto
árabe-israelí y el fin de la guerra civil en Siria.
En la misa para unas 10.000 personas retransmitida a
millones más por televisión, el Sumo Pontífice elaboró su homilía en
torno al tema del lugar de Dios en el mundo moderno.
"¿Tenemos tiempo y espacio para él? ¿No es precisamente
a Dios mismo al que rechazamos? Y así se comienza porque no tenemos
tiempo para él", dijo el Vicario de Dios, luciendo atuendos dorados y
blancos.
"Cuanto más rápidamente nos movemos, cuanto más
eficaces son los medios que nos permiten ahorrar tiempo, menos tiempo
nos queda disponible. ¿Y Dios? Lo que se refiere a él, nunca parece
urgente. Nuestro tiempo ya está completamente ocupado", agregó.
El líder de los 1.200 millones de católicos del mundo
dijo que las sociedades han llegado al punto en que muchas personas
creen que los procesos no les dejan espacio ni siquiera para la
existencia de Dios.
"Aunque parece llamar a la puerta de nuestro
pensamiento, debe ser rechazado con algún razonamiento. Para que se sea
considerado serio, el pensamiento debe estar configurado de manera que
la 'hipótesis Dios' sea superflua", declaró.
"No hay sitio para él. Tampoco hay lugar para él en
nuestros sentimientos y deseos. Nosotros nos queremos a nosotros mismos,
queremos las cosas tangibles, la felicidad que se pueda experimentar,
el éxito de nuestros proyectos personales y de nuestras intenciones.
Estamos completamente 'llenos' de nosotros mismos, de modo que ya no
queda espacio alguno para Dios", añadió.
Campanas dentro y fuera de la basílica sonaron cuando
el Papa dijo "Gloria a Dios en las alturas", las palabras que los
evangelios dicen que los ángeles cantaron al momento del nacimiento de
Jesús.
Anteriormente el lunes, apareció en la ventana de su
residencia en el palacio apostólico y encendió una vela de la paz,
mientras se presentaba un pesebre en la plaza de San Pedro.
Reflexionando sobre la versión de los evangelios de que
Jesús nació en un establo debido a que no había espacio para María y
José en la posada, dijo que cuando la gente no encuentra espacio para
Dios en sus vidas, pronto no encontrarán espacio para otros.
"Roguemos al Señor para que estemos vigilantes ante su
presencia, para que oigamos cómo él llama, de manera callada pero
insistente, a la puerta de nuestro ser y de nuestro querer", dijo.
"Oremos para que se cree en nuestro interior un espacio
para él. Y para que, de este modo, podamos reconocerlo también en
aquellos a través de los cuales se dirige a nosotros: en los niños, en
los que sufren, en los abandonados, los marginados y los pobres de este
mundo", agregó.
Pidió oraciones para la gente que "vive y sufre" en Tierra Santa.
El Santo Padre pidió paz entre los israelíes y
palestinos y para los pueblos de Siria, Líbano e Irak, y oró para que
"los cristianos en aquellos países donde ha tenido origen nuestra fe
puedan conservar su morada; que cristianos y musulmanes construyan
juntos sus países en la paz de Dios".
El Vaticano está preocupado por el éxodo de cristianos
desde Oriente Próximo, muchos de los cuales se van porque temen por su
seguridad. Los cristianos ahora representan un 5% de la
población de la región, frente al 20% de hace un siglo.
Según algunas estimaciones, la actual población de 12
millones de cristianos en Oriente Próximo podría caer a la mitad antes
de 2020 si la seguridad y las tasas de nacimientos siguen cayendo.
Al mediodía de hoy (11:00 GMT) el Papa pronunciará su
bendición bianual "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo) y su mensaje
desde el balcón central de la Basílica de San Pedro.