BRUSELAS.- Lo peor de la crisis de deuda de la zona euro puede haber pasado,
pero los Gobiernos no deben abandonar las reformas o los recortes
presupuestarios si quieren dejar el caos definitivamente en el pasado,
dijo anoche la principal autoridad económica de la Unión Europea
(UE).
En un discurso para diplomáticos y directivos industriales, el
comisarios de Asuntos Económicos y Monetarios de la UE, Olli Rehn, pidió
priorizar la inversión, combatir el desempleo juvenil, continuar
reduciendo los déficits presupuestarios y lograr una mayor integración
económica en los 17 miembros de la zona monetaria.
"Nuestro paciente puede haber salido de cuidados intensivos, pero
va a tomar algo de tiempo antes de que pueda ser dado de alta", dijo
Rehn. "Por eso es que cualquier lapso de complacencia sería
imperdonable. Necesitamos mantener las reformas en curso para
revitalizar la economía europea", remarcó.
Para superar la crisis, la zona euro acordó el año pasado un
tratamiento especial para mantener los presupuestos equilibrados o con
superávit, redujo deudas y lanzó un fondo de rescate permanente para la
región: el Mecanismo de Estabilidad Europeo (ESM, por su sigla en
inglés), de 500.000 millones de euros.
Los países de la zona euro también negociaron nuevos paquetes de
rescate para Grecia, incluyendo una reestructuración de la deuda, y
acordaron un préstamo para recapitalizar los bancos españoles.
Además, decidieron que la zona euro tenga una unión bancaria con
un supervisor único y, eventualmente, un mecanismo de solución conjunta
para los bancos y un sistema de garantía de depósitos.
La maniobra que finalmente convenció a los inversores fue la
promesa del Banco Central Europeo de comprar cantidades ilimitadas de
bonos de un Gobierno que solicita ayuda del ESM y acuerda la puesta en
marcha de reformas.
Sin embargo, los niveles menores de déficit siguen siendo un tema
central para salir de una crisis de deuda pública que ya lleva tres
años, a pesar de que crece el debate por el impacto de las medidas de
austeridad en el crecimiento.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) dijo a finales del año
pasado que el daño de una austeridad agresiva podría ser tres veces
superior al imaginado previamente, después de haber recetado profundos
recortes de déficit para la zona euro.
Desde entonces, el FMI ha modificado su consejo y se ha expresado
en contra de la idea de obligar a los países muy endeudados, como
Grecia, a reducir su déficit demasiado rápido.
Rehn dijo que el estudio del FMI realizado en octubre, que fue
actualizado este mes, no era aplicable a todos por igual y que no tenía
en cuenta que los inversores esperan que los Gobiernos controlen su
deuda.
"Hay que tener en cuenta el efecto de confianza", subrayó Rehn,
agregando que el impacto de las medidas de austeridad difería en los
distintos países dependiendo de si seguían teniendo acceso a los
mercados.
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