LISBOA.- El futuro del euro fue defendido hoy por el presidente de la Comisión
Europea, José Manuel Durao Barroso, al desestimar las amenazas contra
la vigencia de esa moneda y la prolongación de la crisis.
El máximo dirigente del ejecutivo europeo también censuró las voces que
se empeñan en situar a la Unión Europea (UE) como el origen de la
crisis.
Tal percepción fue calificada de interpretación inapropiada, pues en su criterio no existe vínculo entre el inicio de la desestabilización financiera y ese bloque.
Durao Barroso aseguró que la crisis financiera no fue generada por la comunidad europea, pero sí por deudas públicas insostenibles creadas por los gobiernos y por comportamientos irresponsables del dominio financiero.
Al respecto afirmó que "no hay crisis del euro, hay crisis de la deuda soberana", por lo que consideró a la UE una víctima y no un problema, a pesar de admitir que la integración de economías diversas puede colocar desafíos específicos.
También criticó a los que pronosticaron el fin del euro y una eventual salida de Grecia de la Eurozona, posibilidades que consideró alejadas gracias a la consolidación presupuestaria promovida por varias naciones.
El presidente de la Comisión Europea elogió los recientes acuerdos para una mayor integración económica e institucional de la región, en particular la unión bancaria y el supervisor único.
Resaltó la necesidad de que los gobiernos se unan para dar mayor solidez a las instituciones que se encargan de estabilizar la moneda, siendo este un paso fundamental para la recuperación económica de los países.
Tal percepción fue calificada de interpretación inapropiada, pues en su criterio no existe vínculo entre el inicio de la desestabilización financiera y ese bloque.
Durao Barroso aseguró que la crisis financiera no fue generada por la comunidad europea, pero sí por deudas públicas insostenibles creadas por los gobiernos y por comportamientos irresponsables del dominio financiero.
Al respecto afirmó que "no hay crisis del euro, hay crisis de la deuda soberana", por lo que consideró a la UE una víctima y no un problema, a pesar de admitir que la integración de economías diversas puede colocar desafíos específicos.
También criticó a los que pronosticaron el fin del euro y una eventual salida de Grecia de la Eurozona, posibilidades que consideró alejadas gracias a la consolidación presupuestaria promovida por varias naciones.
El presidente de la Comisión Europea elogió los recientes acuerdos para una mayor integración económica e institucional de la región, en particular la unión bancaria y el supervisor único.
Resaltó la necesidad de que los gobiernos se unan para dar mayor solidez a las instituciones que se encargan de estabilizar la moneda, siendo este un paso fundamental para la recuperación económica de los países.
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