LISBOA.- Portugal, que en mayo de 2011 tuvo que pedir el rescate, ha comenzado 2013 con buen pie a nivel financiero, aunque en el plano económico sigue aparentemente lejos de vislumbrar el fin del retroceso del PIB y del aumento del paro.
El caso luso refleja la dificultad
que existe para que las buenas noticias financieras influyan
positivamente en la economía real -tal y como señaló recientemente el
Fondo Monetario Internacional (FMI)- después de tres años consecutivos
de austeridad, una situación que no tiene visos de cambiar en el país,
al menos hasta 2014.
El momento culmen de la notable mejoría
registrada en el plano financiero se produjo esta semana, cuando el país
regresó a los mercados de deuda a largo plazo con más de seis meses de
antelación y por primera vez desde que solicitara la ayuda de la Unión
Europea y el Fondo Monetario Internacional.
El éxito en esta
subasta -4,89 % de interés por sus títulos a cinco años- ha generado
cierto optimismo en Portugal, algo inédito desde que arreciara la
crisis, a finales de 2010, y ha permitido al Gobierno luso defender los
efectos positivos de sus duros ajustes.
La emisión coincidió con
la disposición de la Unión Europea a conceder más tiempo al país para
que devuelva el importe de su rescate, que le da un mayor margen a la
hora de emitir deuda.
La caída de la penalización sobre su deuda,
el éxito de sus subastas o la subida de la Bolsa de Lisboa son algunos
de los motivos que invitan al optimismo entre los expertos, aunque
contrastan con la espiral recesiva que sufre el país
El dato más
positivo es el visible alivio de la presión de los mercados sobre
Portugal 21 meses después de recurrir a la ayuda externa debido,
precisamente, al encarecimiento de su acceso a financiación.
En el
mercado secundario las obligaciones lusas a diez años cotizan por
debajo del 6 % de interés, tres veces menos que en enero de 2012, cuando
la presión del mercado alcanzó su cenit.
También a nivel bursátil
las cosas parecen mejorar y el principal selectivo lisboeta, el PSI-20,
superó la barrera de los 6.000 puntos por primera vez en los últimos 15
meses.
Pero no todo son buenas noticias. El Banco de Portugal ya
agravó sus cálculos de recesión para este año, situándola en el 1,9 %
-casi el doble que la estimada por la UE-, lo que de confirmarse se
sumaría al retroceso del 4,7 % sufrido por la economía entre 2011 y
2012.
La misma tendencia al alza se espera en el desempleo, ya
cerca del 16 %, una tasa nunca vista en el país y que equivale a más de
800.000 personas en paro.
Entre los menos optimistas se sitúa el
catedrático de Economía de la Facultad de Oporto Abel Fernandes, quien advierte de que las mejoras "no se pueden
atribuir a una evolución favorable" de Portugal, sino al momento de
calma en los mercados debido a "condiciones externas", que ha
beneficiado a otros países, como España e Italia.
"Los problemas
originales de Portugal -su bajo crecimiento económico entre ellos- se
mantienen e incluso pueden llegar a ser más graves por cómo se ha
gestionado la crisis, lo que alargará sus consecuencias durante mucho
tiempo", explicó.
Pese a seguir la estela de la también rescatada
Irlanda en el plano financiero, Fernandes recuerda que el país
anglosajón prevé crecer un 1,5 % en 2013 y un 2,5 % en 2014, además de
contar con un tejido industrial del que no dispone Portugal.
En su
opinión, la recuperación económica pasa por que fluya crédito de los
bancos a empresas y familias, algo que en la actual coyuntura no es
probable.
"Las entidades financieras no prestarán dinero si el
riesgo es mayor" debido al continuo cierre de empresas y el aumento del
paro.
Fernandes recordó que tampoco ha mejorado de momento la
relación deuda/PIB, que subió entre junio y septiembre de 2012 tres
puntos, hasta el 120 %, afectada precisamente por la caída de la
economía, que altera la ecuación.
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