MADRID.- La economía española agudizó su contracción
durante el cuarto trimestre de 2012, al registrar un descenso del 0,6%
en tasa intertrimestral, tres décimas más que el dato del trimestre
anterior, y una caída del 1,7% en tasa interanual, con lo que en el
conjunto del año el PIB cayó un 1,3%, según las estimaciones del Banco
de España.
En su último boletín económico, la autoridad
monetaria indica que detrás de este descenso del PIB se encuentra un
"debilitamiento notable" de la demanda en el cuarto trimestre. Así, se
intensificó el retroceso del consumo de los hogares, en un contexto en
el que diversos factores de carácter transitorio, como el efecto del
adelanto de las compras previo a la subida del IVA o la supresión de la
paga extra de diciembre de los funcionarios, se sumaron a la debilidad
del mercado de trabajo.
Como consecuencia de todo ello, la
demanda nacional registró un retroceso en el conjunto de 2012 del 3,9%,
superior a la del año precedente, y a la que contribuyeron todos sus
componentes, tanto de consumo como de inversión. Concretamente, el
consumo privado cayó en torno al 2%, lastrado por el impacto que han
tenido sobre las familias las medidas de ajuste fiscal y por el
incremento de precios de los bienes que éstas consumen.
Por el
contrario, la demanda exterior neta atenuó, un año más, el impacto de la
contracción del gasto interno sobre la actividad, con una aportación
positiva de 2,6 puntos porcentuales en el promedio del ejercicio,
apoyada tanto en el avance de las exportaciones como en el descenso de
las importaciones.
Por el lado de la oferta, el Banco de
España afirma que todas las ramas productivas empeoraron sus registros
respecto a 2011, con descensos del valor añadido en la industria, en los
servicios de no mercado y, sobre todo, en la construcción, y un
crecimiento prácticamente nulo en los servicios de mercado.
En concreto, indica que la inversión residencial siguió disminuyendo en
los últimos meses del ejercicio, con el que sector inmobiliario habría
culminado su quinto año de ajuste, con un descenso superior al 7% en
2012.
El Banco de España añade que los cambios regulatorios
introducidos el pasado año, que entraron en vigor en 2013, como la
eliminación de la deducción por vivienda y la previsible aprobación de
la reforma de la Ley de Arrendamientos, introducen "alguna
incertidumbre" sobre el desarrollo del mercado inmobiliario en los
próximos trimestres. Así, indica que las condiciones que prevalecen por
el lado de la demanda y la persistencia de un elevado saldo de viviendas
sin vender sugieren que el ajuste podría continuar en 2013.
La inversión empresarial, continúa la autoridad monetaria, se vio
igualmente afectada por unas perspectivas de demanda interna y externa
poco favorables. De esta forma, tanto la inversión en bienes de equipo
como la realizada en otras actividades disminuyeron en el tramo final de
2012, con lo que estima que el año cerró con sendos descensos del 5% y
del 15%, respectivamente.
Por su parte, el empleo disminuyó a un ritmo superior al del año
previo, estimándose un descenso del número de ocupados del 4,3%, en
parte como resultado del retroceso del empleo público, que cayó por
primera vez desde que se iniciara la crisis, ya que al ajuste que
realizó la Administración Central también se sumó el realizado por las
comunidades autónomas tras los planes de reequilibrio financiero.
Como en años previos, el descenso del empleo se concentró, según
explica el instituto emisor, en los trabajadores con contrato temporal y
se mantuvo el mejor comportamiento relativo de los empleos a tiempo
parcial.
El Banco de España resalta que tras el incremento del
año anterior, los costes laborales retomaron la trayectoria de
moderación iniciada en 2010, y el pasado año registraron un descenso del
0,6%, "muy influido" por la bajada de los salarios públicos.
En cuanto a la reducción del déficit público, señala que la información
más actualizada, referida a la ejecución presupuestaria de octubre y
noviembre, apunta a una reducción "muy significativa" de las desviación
de la recaudación impositiva en estos meses, debido a la aceleración de
los ingresos por IVA y Sociedades, y a una mejora adicional en el grado
de aproximación del gasto al objetivo programado, tras recogerse el
impacto de la eliminación de la paga de diciembre a los empleados
públicos (ahorro de 5.000 millones) y la decisión de no actualizar las
pensiones con la desviación de la inflación (2.000 millones menos).
A pesar de ello, destaca que el cumplimiento del objetivo del 6,3% de
déficit público para 2012 dependerá de que las medidas de consolidación
fiscal, tanto de la Administración Central como de las comunidades,
hayan generado los efectos esperados en el tramo final del año.
De cara al objetivo del déficit del 4,5% para el año que viene, el
Banco de España advierte de que su consecución requerirá acometer un
esfuerzo fiscal adicional "muy ambicioso", tanto por parte de la
Administración Central como de las comunidades autónomas.
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